Yolanda Barcina sorprendía el pasado lunes a los numerosos votantes provida de su partido con unas curiosas declaraciones. Entrevistada por Ana Pastor en Los Desayunos de TVE, Barcina aseguraba que UPN es “un gran defensor de la vida”, y que la vida “es la que hay que defender”. Pero a la hora de concretar si esta defensa de la vida suponía volver la ley anterior, la presidenta de UPN declaraba que “pues para mí sí, sería volver a la ley anterior”. Desde el punto de vista de la defensa de la vida, sin embargo, al poner la ley nueva al lado de la vieja resulta difícil señalar con precisión cuál de los dos resulta más perversa:
Para terminar de entender ambas leyes, resulta preciso aclarar que la ley de 1985 mantenía la tipificación general como delito del aborto, que tan sólo se despenalizaba en una serie de supuestos, mientras que la nueva ley elimina el artículo 417 bis del Código Penal convirtiendo el aborto en un supuesto derecho. No obstante, a efectos operativos, resulta muy difícil determinar cuál de las los normas resulta más atentatoria contra la vida humana. Y es que la legalidad española sigue la definición de salud formulada por la OMS como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Partiendo de esta definición de salud (intercambiable por la de felicidad absoluta e igual de inalcanzable), la más mínima incomodidad física, mental o incluso social justifica legalmente el aborto. Según las propias cifras del Ministerio de Sanidad, el 98% de los abortos se realizan en España acogiéndose al supuesto de riesgo para la salud física o psíquica de la madre, bajo el paraguas infinito del concepto salud-felicidad que les hemos descrito. Este supuesto permitía bajo la ley anterior el aborto sin límite de plazo hasta el momento mismo del embarazo.
Lo que dice el programa del PP
Puesto que UPN se presenta conjuntamente con el PP a las elecciones generales, interesa conocer lo que propone respecto al aborto el recién estrenado programa electoral del PP, que no propone exactamente una vuelta a la ley de 1985 ni lo contrario, sino literalmente lo siguiente:
La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores.
La incógnita ante estas palabras es si la anterior ley del aborto, al amparo de la cual venían a abortar a España las mujeres fuera de plazo de todos los países de Europa, para Mariano Rajoy o Yolanda Barcina resulta que reforzaba la protección del derecho a la vida.
8 respuestas
La Sra. Barcina, asi como el PP, nos creen bastante tontos. Ni se molestan en preparar unas repuestas medianamente demagógicas. Sueltan la verdad a la primera de cambio.
Las diferencias entre el PP, el PSOE, PNV y UPN son solo de cara a la galeria, y encuanto se quieren afinar las preguntas nos vuelven a la cruda realidad.
Y no solo en el gravisimo tema del aborto.
¡Los mismos perros con distintos collares, segun a que electorado se dirijan!
Sinceridad ante todo: abortistas pero no mentirosos, no engañan (a nadie que no se quiera dejar engañar).
Al final de la primavera pasada, ella hablaba sobre UPN como un partido progresista, un partido que buscaba el progreso de Navarra, y ya se sabe que en nuestro tiempo es casi inconcebible un progresismo antiabortista.
Al menos no engaña. Lo que más me llama la atención es que todavía existan personas a las que les sorprenda que Barcina y su partido, al igual que el PP, son ABORTISTAS.
Ni un voto católico en las urnas!
Me parece que elena, zaramaya y amadeus deben ponderar y, en su caso, tomar los asesoramientos oportunos, sobre 1º si la línea recta siempre es el camino más corto entre dos puntos, de esto saben mucho los ingenieros de caminos que han trazado líneas férreas por orografías nada fáciles; 2º si la descalificación -sin más argumentos, que espero con gusto- es saludable para las almas y las mentes; 3º el porqué de la irritación de Leyre & Co.
La posición tanto del PP como de UPN me merecen respeto y cuando menos no me parece estúpida. Y para mi, la altura moral de la Presidenta está fuera de toda duda.
Cuando un político habla hay que llevarse la mano a la cartera por precaución. La Sra. Barcina actúa con inteligencia usando la palabra «pro-vida» porque sabe que en los caladeros de votos en los que piensa echar la red ese termino suena bien.
¿Realmente su programa es pro-vida? Me temo una norma que permite eliminar una vida humana inocente(tiene ADN humano) no puede considerarse pro-vida. Porque no olvidemos que el aborto es una destrucción deliberada y consciente del embrión. Será el mal menor o lo que sea pero no es pro-vida.
Y aquí viene la habilidad de la política atraigo los votos pro-vida diciendo que soy una de las vuestros pero a la vez dejo una norma que asumible dentro de las tragaderas morales que imperan en España.
Puro Maquievelo. Lo que importa es el poder por encima de la moralidad.
D. Oscar:
Si realmente respeta esa opción, es decir que la comparte, ya que sino la combatiría, le rogaría que me explique cómo se puede compatibilizar dos contrarios: a) ser pro-vida y b) permitir la realización de abortos quirúrgicos. Yo le doy vueltas y no veo cómo.
Respecto a las consideraciones morales y la línea recta hay temas en los que no cabe el mal menor y uno de ellos es este. Aquí no caben las medias tintas o se sostiene que el embrión es autónomo (y dependiente) o se sostiene que puede ser sacrificado por motivos diversos.
Pues sea, D. Oscar, vamos a ponderar.
1º Sólo se pueden comparar cosas comparables y no se me alcanza la relación entre la geometría euclidiana y la protección del derecho a la vida. En esto no hay alcorce, ni vericueto, ni compleja obra de ingeniería. Ante el derecho a la vida no se puede estar un poco a favor, relativizar y matizar. Eso de aceptar como normal algo que realmente debería provocar rechazo moral se llama anestesia moral. Pero sí veo influencias newtonianas en los partidos políticos por los muchos intereses que gravitan sobre sus estructuras. Desde la ley de interrupción voluntaria del embarazo de 1985 son señeros los políticos opositores en el ámbito nacional y regional.
2º Describir no es descalificar. A veces se pretende eludir las responsabilidades más altas como si la labor de los poderes públicos se redujese a hacer de testigos, registradores o notarios de la voluntad popular. Por su preeminencia pública y su autoridad moral, los políticos pueden, con su ejemplo, inducir a otros al bien o al mal. No añadiré nada sobre la calificación moral pues los canonistas y Ordinarios saben del Canon y del Catecismo.
3º Efectivamente, a la postura del PP y de UPN no le falta inteligencia, pero en la acepción de habilidad y experiencia para obtener los votos del «mal menor».
Por cierto, el postulado de Euclides dice que por dos puntos diferentes sólo pasa una línea recta pero no dice cuan larga o corta.
UPN es “un gran defensor de la vida”.
Sobre todo «de la buena vida».