Es posible que los historiadores en España tengan que revisar el relato de la Guerra Civil. O sea, de la última guerra civil. De entrada, habría que reescribir que comenzó en 1936 y que continúa hasta la actualidad. El Ministerio de la Verdad pretende establecer que no se acabó en 1939 con la derrota de los republicanos, como concluía el falso relato impuesto por los vencedores franquistas, sino que la lucha continúa. Las últimas batallas que se están librando en el marco de este conflicto son la ilegalización de la Fundación Francisco Franco, la expulsión de los frailes del Valle de los Caídos, la reprogramación de este lugar, la posible demolición de la cruz que lo preside, la incorporación de asignaturas memorialísticas en los colegios y la aprobación de medidas penales contra quien, por cualquier medio, cuestione la perfección absoluta de la izquierda en toda época o lo que es lo mismo justifique a Franco y el fascismo, que eso y no otra cosa es cada vez más discutirle lo que sea a la izquierda.
X
Todo esto sucede con un gobierno social comunista en el gobierno dependiente de Bildu y de ERC, con 50.000 muertos, en medio de una pandemia, sostenido el estado por los fondos europeos y sumidos en una crisis económica de proporciones históricas. Es decir, alguien se podría preguntar si lo urgente y prioritario ahora es Franco o si Franco sigue siendo el último señuelo de la izquierda cuando quiere que no hablemos de los problemas actuales. En esto hay división de opiniones porque efectivamente hay quienes piensan que la izquierda es pragmática y usa a Franco como maniobra de diversión, pero también hay quien piensa que en realidad a la izquierda lo que más le preocupa en la vida, casi lo único, es ganar retrospectivamente la Guerra Civil y que frente a eso le da igual la economía, la convivencia, la democracia y hasta la salud.
X
Otra de las batallas libradas en este conflicto sin fin del que ya se cumplen 84 años de lucha es la declaración de la nulidad de todos los juicios sumarios del franquismo. En principio se trata de borrar la tacha de la culpabilidad a todos los represaliados del franquismo, pero indirectamente implica también la impunidad legal de todos los crímenes cometidos por la izquierda durante la guerra. Es decir, si de anulan todas las condenas del franquismo habría que volver a enjuiciar todos los crímenes de la izquierda. Es posible que no todos los represaliados del franquismo fueran culpables de crímenes previos, pero una parte sí que lo fueron. ¿O se trata de negar o dejar impune esa parte?
X
Abrir la puerta a castigar penalmente cualquier afirmación que se desvíe de la ortodoxia impuesta por la izquierda a través de la memoria histórica resulta también un elemento preocupante. ¿Dio o no dio el PSOE un golpe de estado en 1934? ¿Fue o no fue Companys un golpista? ¿Es o no es la Esquerra un partido golpista? ¿Se cometieron o no se cometieron miles de crímenes en las zonas controladas por la república durante la guerra? ¿Era o no era un partido demócrata el PSOE en los años treinta? ¿Era pacifista o violento? ¿Defendía el PSOE la democracia o la dictadura del proletariado? ¿Se puede publicar lo que el PSOE decía del propio PSOE? ¿Se pueden publicar las portadas de El Socialista o de Renovación (el periódico de la juventudes) aunque cuestionen que el PSOE fuera un partido pacífico y democrático? ¿Va a censurar el PSOE hasta sus propios archivos históricos de periódicos? ¿Cuándo por otra parte va a subir un líder de la oposición a la tribuna del Congreso a leer y recordar lo que decían los periódicos del PSOE antes de la Guerra Civil?
x
X
Superar la memoria histórica vs «recuperarla»
¿Por qué media España apoyó a Franco en vez de al bando republicano? La respuesta es porque la alternativa a Franco no era la democracia, sino el terror rojo, la persecución religiosa, el desmenbramiento de la nación y una dictadura izquierdista. Los que acabaron apoyando a Franco, exceptuando algún franquista convencido, no estaban eligiendo entre entre una horrible dictadura de derechas y la democracia, sino entre una horrible dictadura de derechas y una horrible dictadura de izquierdas, lógicamente eligieron la de derechas. En buena medida también para muchos Franco fue lo que salió, no lo que se buscó.
X
La reactivación de Franco, por otro lado, confirma el nuevo volantazo radical del PSOE de Pedro Sánchez hacia la ultraizquierda. Un movimiento como este no se da para aprobar unos Presupuestos con Ciudadanos y el PP rompiendo con Podemos. Desde el punto de vista cronológico, por lo demás, no tiene demasiado sentido hacerse ilusiones respecto al PSOE. En los 141 años de historia del PSOE, ha sido un partido moderando sólo durante unos 25 años, ni el 20% del tiempo que lleva existiendo.
X
Un comentario
«horrible dictadura de derechas». Para la gran mayoría de la población no tuvo nada de horrible. Esto es una mentira que forma parte de la falsedad histórica izquierdista. Durante el franquismo creció enormemente la clase media, se ampliaron los derechos de los trabajadores, aumentó el número de universitarios, se prosperaba en paz y con bastantes libertades desconocidas en los países soviéticos.
Si no hubiera sido por el genio militar de Franco, probablemente se habría perdido la guerra. Ni Mola ni después otros sublevados militares mostraron habilidad suficiente.
Franco no quería sublevarse, y retrasó el golpe cuanto pudo pero se vio obligado por las circunstancias generadas por las izquierdas. El asesinato de Calvo-Sotelo fue el detonante.