Viva el aborto: de delito despenalizado a derecho, y ahora a premio

El Ayuntamiento de Pamplona se propone premiar con el galardón Pañuelo de Pamplona (en su tercera edición) a los ginecólogos Elisa Sesma, Pablo Sánchez Valverde y Mari Cruz Landa, del centro de información y planificación sexual Andraize. A nadie se le escapa que no es casual que los tres galardonados fueran los primeros médicos que practicaron un aborto en Navarra, en el año 1987. UPN ha mostrado su rechazo a esta decisión y ha anunciado que no participará en el acto de entrega. Asirón ha calificado de “lamentable” esta decisión, ha señalado que «hacer este tipo de críticas está tan fuera de lugar y son tan desafortunadas como la caza de brujas a las que se les sometió hace un par de décadas» (tuvieron que hacer frente a una denuncia judicial de Acción Familiar, de la que fueron absueltos) y que UPN “una vez más, se queda solo en este tipo de cosas».

X

Hay que hacer notar que en el plazo que se abrió para presentar candidaturas a este premio, nadie presentó ninguna candidatura (alguien podría preguntarse por el interés que suscita este premio en la ciudadanía). por lo que las fuerzas del cuatripartito decidieron la candidatura de estos 3 ginecólogos por su cuenta y riesgo.

X

Dicho todo lo anterior, tal vez deberíamos pararnos un momento a pensar qué clase de sociedad no ya es que no castigue al que practica un aborto, sino que le de un premio por abortar. ¿Realmente es premiable eliminar a los no nacidos, todos esos no prematuros a los que se les niega el derecho a la vida por estar al otro lado de una capa piel respecto al batablanca que los elimina? Y si cometer un aborto es premiable, ¿hay que darle el mayor premio al que comete más abortos? ¿Hay que hacer un monumento al mayor abortista de Navarra?

x

X

Si visitamos la web del Ministerio de Sanidad y hacemos las cuentas, resulta que desde 1987 a 2016 (último dato disponible) se han practicado 15.749 abortos en Navarra. O para ser precisos, se han cometido 15.749 abortos por parte de personas con residencia en Navarra. Hay 15.749 navarros que ahora tendrían entre 2 y 31 años que sencillamente han sido eliminados, qué fácil es decirlo, en esta sociedad del bienestar, la solidaridad, los derechos sociales y el estado del amor, el progreso y el  derecho. Pero eran indeseados y molestos. Lo bastante como para que hoy yo calle por tí y mañana tú calles por mí, que cualquiera puede tener un descuido. De hecho cada vez hay más descuidos, evidenciando una vez más que esto de la educación pública de progreso es un fracaso, al menos para evitar abortos. En el 87 fueron 274, en 2016 fueron 924.

x

Como político, más bien mal político, Asirón no piensa en los 15.749 niños eliminados, sino en que hay una mayoría de electores que miran para otro lado. En ese sentido UPN debe quedarse tranquila: hay cosas peores que quedarse en minoría. Obviamente la verdad y la justicia no siempre coinciden con la mayoría. En la Alemania de los años 30, por ejemplo, estar en minoría había que tomárselo como un cumplido. Cuántos horrores no han amparado a veces las mayorías. Votar a ver quién tiene la mayoría es sólo algo que hacemos para ver cómo decidimos una cosa cuando tenemos una división de opiniones, en vez de matarnos, pero no quiere decir que la cosa más votada sea la mejor y más cierta sino, como es evidente, sólo que es la más popular. El comodín del público no siempre ofrece la respuesta correcta. Las mayorías además pueden cambiar con el tiempo y sin duda habrá algún día una mayoría que se espante ante la idea de que se hubiera podido premiar a alguien en el pasado por cometer abortos. Para esa posteridad, UPN deja el testimonio de que con esa barbaridad no todo el mundo estaba de acuerdo. Tal vez algún día los premiados sean los niños y la posteridad inunde Pamplona de miles de pañuelos recordando a todos los miles de niños que, al no ser deseados, estar enfermos o no ser considerados lo bastante perfectos, sencillamente fueron eliminados por aquella sociedad primitiva de bárbaros.

X