> N. C. Aunque el otro día no quiso aparecer en la foto de Diario de Navarra con otros candidatos, Uxue Barkos también comienza su campaña electoral. No vaya a ser que, como dicen algunos medios, se le acuse de tener poco interés por Pamplona. Ha comenzado con una carta en la que expone las grandes líneas de su cambio para la capital navarra, no exenta de dosis de poesía: “Veo una ciudad quebrada, partida en dos, gobernada en los gestos del siglo XIX, vetusta, que se quiere sea provinciana, una ciudad gobernada desde la regencia. Una ciudad transformada desde las soluciones para las megalópolis, en aquellas ciudades que han desbordado lo humano y parchean a golpe de obras su impotencia para dar dimensión de entorno urbano a la medida de las personas”. Uxue apuesta por un mayor diálogo entre pamploneses y pamplonesas en una ciudad que “debemos construir todos”. Sus grandes propuestas son la de crear una ciudad artística, “Iruñea necesita de la genialidad de la creación artística: falta arte en nuestras calles, música en las avenidas mucho más allá de dejarlas encerradas en un baluarte”, y una ciudad por la paz. “Con los ecos aún recientes del último atentado de ETA, una ciudad especialmente golpeada por el terrorismo necesita actuaciones concretas, efectivas y ambiciosas par a hacer posible la convivencia en paz”. En este último punto no sabemos si peca de ingenuidad o de cinismo. Más allá, Uxue nos habla de una ciudad participativa, accesible, sostenible, saludable y, no se lo pierdan, trilingüe. “Ésta es, a grandes rasgos, mi idea de ciudad, la que quiero para mi hijo y para mis padres; la que ellos conocieron hace 70 años y la que conocerá mi hijo dentro de otros 70. La vieja y la nueva Iruñea. Pero no es una idea cerrada, no vale ni más ni menos que la que tienen otros miles y miles de pamplonesas y pamploneses con los que quiero contar”. Es conmovedor.