Uxue Barcos ordena desinflar la creación de una nueva caja de ahorros

Caja Navarra ha sido sin duda uno de los principales elementos de desgaste del anterior gobierno de UPN, a cuenta de las dietas y de la propia desaparición de Caja Navarra. No es de extrañar por ello que, además de todas las críticas y acusaciones formuladas, las fuerzas del “cambio” propusieran estudiar la creación de una nueva entidad financiera de carácter público. De alguna manera se trataba de castigar a UPN por los sucesos de la CAN y después, para cerrar el círculo, reparar la desaparición creando una nueva entidad. El proyecto, no obstante, tenía mucho más sentido político que económico. Una vez cumplido el objetivo de sacar del poder a UPN, crear realmente una nueva banca pública, costearla y asumir los riesgos inherentes implica un importante cambio de nivel.

En el análisis sobre lo sucedido con la CAN, sin embargo, para entender algo no se puede limitar a Navarra. No es que los bancos no hayan sufrido lo suyo, pero es que prácticamente todas las cajas de ahorro de España han desaparecido. El famoso rescate “a la banca” del que tanto se habla desde instancias de progreso, básicamente ha servido para cerrar los agujeros de la banca pública, entiéndase las cajas. ¿Por qué ha ocurrido eso? Dietas y enriquecimientos particulares aparte, y por supuesto la crisis, indudablemente ha habido una mala gestión, ¿pero por qué casi todas las cajas estaban mal gestionadas? ¿Qué clase de error de base hay en las cajas para que prácticamente todas hayan ido tan mal?

Seguramente algunas de las características de las cajas explican esta peculiaridad, entre ellas el que no tienen un propietario o unos accionistas que se jueguen su dinero, o que los dirigentes no respondan ante una junta de accionistas sino ante los mandatarios políticos, que a su vez eran quienes nombraban a los dirigentes de la cajas y quienes recurrían a ellos para financiar su proyecto faraónico de turno. El capitalismo de amiguetes, el abertzalismo de amiguetes, o el bolivarianismo de amiguetes, por otra parte, siempre resultan más fáciles cuando se dispone del control de una caja de ahorros de por medio.

Salvo cuando se produce un colapso financiero como el que vivimos hace poco tiempo, momento en el que no hay crédito ni con cajas ni sin cajas, con los bancos el acceso al crédito se encuentra bastante garantizado para todo aquel que tiene un proyecto viable o puede avalarlo de algún modo. En cuanto a las prácticas más reprobables para los clientes, no hay ni una en la que las cajas no hayan incurrido tanto o más que los bancos, desde los sobresueldos a las preferentes. ¿Dónde está entonces la ventaja de una banca que en vez de jugarse el dinero de sus accionistas se juegue el de los contribuyentes? En todo caso hacia lo que habría que avanzar es hacia un sistema en el que no haya rescates a la banca y cada cual se haga cargo de sus pérdidas y sus malas inversiones particulares.

Discutible también parece la idea de tener una banca que tome el dinero de los contribuyentes para prestarlo a gobiernos, personas o proyectos a quienes no les prestaría ese dinero la banca privada, porque los considera préstamos demasiado arriesgados o de dudosa devolución. Una banca pública gestionada bajo el criterio de prestar a quien no presta la banca privada podría ir a la ruina en un tiempo récord, pero para prestar bajo los mismos criterios que la banca privada ya está la banca privada.

La novedad en todo esto, sin embargo, es que todos estos argumentos ahora empiece a predicarlos el Diario de Noticias, el domingo y en portada.

.

Hace un tiempo se viene rumoreando la incomodidad del Gobierno de Navarra, controlado por Geroa Bai-PNV, de cara a abordar este incómodo asunto con el que presionan algunos de los socios del cuatripartito. Que el Noticias inicie una campaña para desactivar la viabilidad de otra banca pública supone todo un síntoma de que Uxue Barcos ha movido ficha en contra de este proyecto.

El movimiento del Noticias, por otro lado, nos pone en la pista de dos de las claves más llamativas del actual gobierno del cambio: el control político de Geroa Bai-PNV sobre el Noticias y la división interna en el cuatripartito.

.