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La juez consejera del Tribunal de Cuentas, María Antonia Lozano, nombrada a propuesta de IU, desestimó finalmente la causa contra Uxue Barcos por el cobro de dietas fantasma en el Ayuntamiento de Pamplona.
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La consejera de cuentas considera en su resolución que las famosas reuniones de grupo, en las que se basa el grueso del cobro de las dietas, “no parecen desproporcionadas ni difíciles de realizar”. Eso sí, la celebración de todas esas reuniones sólo resulta proporcionada y fácil bajo la premisa de que podían celebrarse sistemáticamente fuera del Ayuntamiento y en fechas vacacionales, cosa que la consejera de cuentas acepta sin vacilación.
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La consejera del Tribunal de Cuentas establece para fundamentar su decisión que “no está probado que la demandada cobrara dietas por asistencia a reuniones de su grupo municipal que no se realizaran”. Como ya señaló NC en artículos anteriores, la gran baza a favor de Barcos en este caso era que, por la perversión del sistema de cobro, no eran las personas que cobraban las que tenían que probar las reuniones realizadas, sino que para poder condenar a Barcos había que probar que las reuniones no se habían realizado. Si además la consejera de cuentas aceptaba, como así ha sido, que las reuniones se podían celebrar con el Ayuntamiento cerrado, en una cafetería, cinco minutos antes de coger el avión, a las cuatro de las madrugada o el día de Navidad, efectivamente hay fechas suficientes para que las reuniones de grupo de la presidenta en Pamplona casen con sus viajes a Madrid.
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Con eso y con todo, la consejera de cuentas señala la “escuálida probanza” del sistema de dietas a la hora de cobrar por las reuniones. La consejera, de hecho, denuncia en su escrito que, “en efecto, el carácter anticipado de los pagos unidos a la imposibilidad de poder conocer a través de los documentos acreditativos de las reuniones del grupo municipal celebradas con derecho a dieta favorece la opacidad en la gestión de los fondos públicos, minimiza las posibilidades de control sobre los mismos y potencia escenarios de posible enriquecimiento injusto por indebidas percepciones de dietas no justificadas que podrían encubrir sobresueldos”.
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La verdad material nunca se sabrá
Como conclusión de todo lo anterior, el resultado es que Uxue Barcos queda absuelta y que la verdad material nunca se sabrá. Es decir, se confirma el carácter de “dietas fantasma” derivado de los cobros por reuniones de grupo, ya que es imposible saber si todas esas reuniones se produjeron o no, pero si precisamente la imposibilidad de saber si existieron o no es lo que jurídicamente determina la absolución de Barcos, aunque al mismo tiempo, políticamente, es lo que determina la sospecha razonable de muchos navarros.
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Un comentario
Que digo yo que para lo que investiga en Tribunal de Cuentas (al menos con la información que se le ha pasado ), mejor lo disolvemos y que les den un puestecillo en la ONCE.