Bildu, PNV, Podemos y los partidos nacionalistas catalanes han firmado un manifiesto pidiendo una amplia excarcelación de presos a cuenta del coronavirus. A nadie se le escapa que los principales beneficiarios de esta excarcelación serían los presos de ETA y los del “procés”. A los atroces e inhumanos sufrimientos que continuamente sufren las familias de los etarras y los golpistas, y que continuamente denuncian las citadas formaciones, se suma ahora un nuevo padecimiento en forma de coronavirus. Se trataría por tanto de aplicar un poco de humanidad a la situación de todos estos presos para que se vayan todos a su casa. Puesto que es más o menos lo de siempre, lo del coronavirus suena como mero pretexto. Por otro lado, la posición de todas estas formaciones políticas respecto a los presos siempre suele caracterizarse por un par de elementos significativos. El primero de ellos es que para estas formaciones nunca hay un preso debidamente encarcelado, al que le llamen criminal y asesino, que esté sano y que sea justo que cumpla su pena en la cárcel. El segundo es una asimetria llamativa respecto a la preocupación por el sufrimiento de los verdugos y sus familias y el sufrimiento de las víctimas y sus familias.
X
x
La noticia además coincide en el tiempo con otra que llega desde Italia y el escándalo que se ha desatado por la decisión de excarcelar allí, también con la excusa del coronavirus, a unos cuantos cientos de mafiosos. El escándalo ha obligado al gobierno italiano a revisar el asunto, pero resulta difícil resistirse a establecer un claro paralelismo entre la ETA y la mafia, y entre los tentáculos políticos de la ETA y los de la mafia.
X
x
Alternativamente, alguien podría pensar que el coronavirus debería ser considerado más bien un motivo para alargar la condena de los presos de ETA o golpistas. Es decir, hay por ejemplo algunas marcas que han anunciado su decisión de descontar los meses de confinamiento de las garantías de sus vehículos. Si el cliente no ha podido circular, no es justo que se consuma en ese tiempo la garantía. Si en la práctica estamos todos en unas condiciones que equivalen a un encarcelamiento, y puede que algunos encarcelados estén mucho mejor que algunas personas confinadas, ¿no debería suspenderse el cómputo de sus penas? Es decir, la pena de cárcel lo es si se pierde la libertad, pero no cuando esa libertad ya no se puede perder. Encarcelar a alguien que de otro modo también estaría confinado es un poco como aplicar la pena de muerte a un cadáver. No se le puede quitar la vida o la libertad a alguien que ya la ha perdido por otro motivo. La pregunta entonces, quizá, es si estos meses de confinamiento no deberían computar a los presos de Eta o los golpistas como cumplimiento de pena. Puede que en el fondo sea una consideración disparatada o cruel, pero no mucho más que estar constantemente tratando de buscar su impunidad.
X
x