Primero fue Sanz el que dijo que a él no le incomodaba en absoluto la posibilidad de unas nuevas elecciones: “si el partido socialista tiene miedo por los resultados que puede tener en las elecciones generales pactando con los nacionalistas, y no quiere pactar con UPN, a nosotros no nos apura absolutamente nada el que haya nuevas elecciones”. Tras haber perdido la mayoría absoluta que le hizo presidente, Sanz no tendría ya nada que perder en unas nuevas elecciones. Por otra parte, Sanz ve probable poder recoger los escasos 2.000 votos que le separaron de esa mayoría absoluta de entre los votantes “que estén enfadados y que desde luego son antes navarros que socialistas”. UPN se presentaría además como la única fuerza coherente y estable frente a los socialistas y los nacionalistas, incapaces de ser alternativa por sí solos ni de pactar entre ellos.
Recientemente, ha sido Zabaleta el que ha alardeado de que una hipotética repetición de las elecciones “sería la mejor de las hipótesis para NaBai”. Aunque a continuación, “por responsabilidad”, declaró que haría todo lo que hiciera falta para que en ningún caso se produjera esa hipótesis.
Finalmente, elconfidencial.com nos pone hoy en la pista de que sea el propio Puras quien propicie esa posibilidad. Al parecer andan muy alterados en Nafarroa Bai porque Puras no contesta sus llamadas (a pesar de que de cara al público dicen ser ellos quienes esperan), y nada ayuda a sus temores que desde el PSN se les diga que “Puras está de vacaciones”. Comienza a cundir entre las filas nacionalistas la idea de que, la última propuesta de Puras el día 5, no tenía otro propósito que el de hacer levantarse de la mesa a los negociadores de Nafarroa Bai, trasladando a la opinión pública la imagen de que habían sido ellos los responsables de la ruptura. De confirmarse esta interpretación, habrían triunfado las tesis de Ferraz y de Moncloa sobre las preferencias del comité regional del PSN.
A partir de este escenario, Puras podría haber decidido abstenerse y permitir un gobierno en minoría de UPN, al menos hasta las elecciones generales. UPN, a su vez, podría aceptar un gobierno en minoría o podría no presentar candidato si no es con un pacto estable que respalde a su candidato para toda la legislatura. En ese caso, se produciría una repetición de las elecciones en las que UPN sólo podría ganar o quedarse como está en el peor de los casos.