Como ya les venimos advirtiendo hace meses en Navarra Confidencial, las cuentas de múltiples ayuntamientos navarros se encuentran cercanas al colapso. Son, por analogía a los “activos tóxicos” popularizados a lo largo de esta crisis, los que nosotros hemos bautizado como “ayuntamientos tóxicos”. El primer ayuntamiento claramente tóxico ha sido Cintruénigo, pero ya advertimos que ni mucho menos sería el último. Esperábamos acontecimientos cuando venimos a enterarnos de que este año, en Milagro, las vaquillas van a ser imaginarias. Nueva definición probable de ayuntamiento tóxico: aquel en el que, a causa de la crisis, las vaquillas pasan a ser imaginarias. Mucho nos tememos que las vaquillas son sólo la mecha del cartucho.
Las cuentas de Milagro.
Mucho antes de que las vaquillas se volvieran invisibles, incluso bastante antes de la crisis, un repaso a las cuentas de Milagro muestra a este ayuntamiento como un buen candidato para derivar en tóxico. Recordarán ustedes que venimos utilizando como señales de alarma para detectar la vulnerabilidad de un ayuntamiento dos conceptos que explicamos en su día: el ahorro neto y el remanente de tesorería. Pues bien, en virtud de ambos conceptos estamos en condiciones de afirmar que la lista de ayuntamientos tóxicos seguirá creciendo a lo largo de este año. En el caso de Milagro, por ejemplo, ambas magnitudes ya eran negativas incluso antes de la crisis, en las cuentas del año 2005.
.
.