El regreso del personaje, que lejos de asumir ninguna responsabilidad se convirtió en acusador y denunciador de todo tipo de teorías conspirativas contra él, fue ratificado sin titubeos en su cargo por Nafarroa bai, abanderada durante la campaña de lo que entonces denominaban “otra forma de hacer política”.
El desastre, en mayo, parecía tener remedio.
IU, a pesar de todo, consiguió presentar una propuesta de modificación de la Ley existente que permitiría una nueva votación en septiembre. La nueva votación, en teoría, repararía el daño provocado por el comportamiento de Jiménez. Al menos así se veían las cosas en mayo, lo cual, quién sabe, pudo tener algún peso en la decisión de ratificar a Jiménez.
Ahora el PSN dice que no.
Lo cierto es que muchas cosas podían pasar entre mayo y septiembre. Una de ellas era que Txentxo Jiménez, agotado por el verano, volviera a escapar de vacaciones al iniciarse el nuevo curso parlamentario. La presencia de Txentxo, sin embargo, parece que volverá a ser inútil una vez más. La noticia es ahora que el PSN se ha replanteado en este tiempo la ampliación de la zona y ha decidido esperar nuevos estudios antes de adoptar una posición al respecto. De este modo, el daño del ratificado Jiménez a su propia formación se convierte en permanente, dándose la curiosa circunstancia de que el portavoz de la formación abertzale será nada menos que el enterrador del vascuence en la zona mixta. Un comportamiento inexplicable, pero avalado sin fisuras por el conglomerado nacionalista. Un hecho del que, sin duda, el resto de grupos sabrán sacar partido.