El conglomerado nacionalista vasco ha desvelado por fin su receta contra la crisis en Navarra. Su diagnóstico, como no podía ser de otra manera, abona las tesis nacionalistas de que todos los problemas vienen de fuera y de que las soluciones pasan siempre por cerrarse al exterior. Txentxo Jiménez ha llegado a hablar incluso de endogamia: “Nafarroa Bai siempre ha propuesto y defendido la necesidad de cambiar el modelo económico y empresarial potenciando un sector industrial, primario o de servicios basados en empresas y personas endógenas que arraigadas al territorio y apoyadas en el I+D+I miren al mundo desde Navarra. Muy al contrario, hoy sufrimos todas estas consecuencias derivado de las decisiones y reajustes que ante una crisis económica de carácter global se toman en despachos a centenares o miles de kilómetros de Navarra.”
Curiosamente, la endogamia y la autarquía fue la receta “de progreso” a la que se vio forzada la política económica de Franco en la posguerra. Una política que, aparentemente, Nafarroa Bai no sólo acaba de descubrir ahora, sino que propone aplicar de manera voluntaria.