¿Qué esta pasando con la nueva agresión a la Guardia Civil en Alsasua? Por lo visto durante el fin de semana, hay prisa por dar carpetazo al asunto y pasar a otra cosa. No conviene que haya otro problema en Alsasua. La tesis del Noticias, por ende del nacionalismo y la extrema izquierda, o viceversa, es que es normal que haya un pueblo que celebre el día de la expulsión de los guardias civiles, en el que es normal que se quemen muñecos de guardias civiles, es normal que se publiquen videoguías de cómo sacar a golpes a los guardias civiles de los bares, es normal que el pueblo este cubierto de pancartas y pintadas pidiendo a los guardias civiles que se vayan, es normal en ese contexto que haya una agresión en grupo a dos guardias civiles y sus parejas, es normal que los agredidos y sus familias tengan que abandonar el pueblo, es normal que de madrugada se corten las calles y ardan contenedores, es normal tirar botellas y dar patadas en la espalda a los guardias civiles cuando acuden a retirarlos. También es normal que haya manifestaciones en favor de los agresores y que el parlamento y el gobierno se manifiesten a favor de los agresores. O que la madre de uno de los agresores se convierta en diputada. Esto que es normal y pasa en todas partes sólo es noticia si pasa en Alsasua. Hay gente malvada que le tiene manía a la normalidad de la que se goza en Alsasua.
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Desde luego no había mucho que esperar del nacionalismo y la extrema izquierda, la incógnita era ver la reacción del Gobierno de Navarra y de la Fiscalía. Algo que por otro lado ya se intuía. De todos modos no deja de ser llamativo cómo se ha sepultado políticamente todo este asunto. En los medios gubernamentales la agresión se ha calificado reiteradamente como “leve”. El acuerdo de la fiscalía con el acusado, que tiene antecedentes pero cancelables y eso es todo lo que ha trascendido a los medios, implica la aceptación de una pena menor por la que no entrará en prisión y el pago de una multa. En los hechos probados se relata que el acusado golpeó “fuertemente” al guardia civil herido, que fue trasladado al hospital y tiene para cinco días de baja. Es lo que tienen los golpes fuertes en las agresiones leves. El portavoz del Gobierno de Navarra, Javíer Ramírez, hablaba la semana pasada de “tumulto”, pero leve, como la leve quema de contenedores. También hubo alguna botella que voló durante el tumulto, pero al parecer levemente.
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Los que tiran de los hilos de la txabalada no han dicho ni mu, lo que también resulta curioso. No han organizado ninguna concentración de protesta por la detención, ni denunciando el montaje policial, ni la represión contra la juventud vasca en Altsasu. Podemos preguntarnos si que peguen a la Guardia Civil en Alsasua es normal, pero que detengan al agresor y no haya protestas eso sí que no es nada normal. Esto se queda en nada, no os pongáis nerviosos, tenemos controlada la situación.
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Da la impresión de que se ha dispensado un ibuprofeno procesal y mediático al cáncer político y social, pero una vez más no se ha ido al origen del problema: la desactivación o no de la txabaleria violenta nacionalista. Tampoco pidamos peras al olmo: a un gobierno obsesionado por ver cómo saca a la calle a unos golpìstas que montan un pucherazo, que echan la gente a la calle y declaran una república independiente, tampoco se le va a pedir severidad por un leve patadón fuerte a un agente que total sólo tuvo que ir al hospital a ser atendido y estar 5 días de baja, menos aún sin un vídeo en el que se pueda apreciar la sangre o la huella de la suela en el uniforme.
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Por lo demás de nuevo se constata que no es que ahora el nacionalismo condene la violencia, sino que ahora la niega. Ahora todo son meras “txabaladas”, trifulcas, encontronazos, peleas de borrachos, montajes policiales, provocaciones, exageraciones de los enemigos de la paz y empujoncitos leves que te dejan 5 días de baja. La novedad es que ahora cabe temer o que la fuerte patada realmente fuera leve en el leve tumulto, o bien que el gobierno, la fiscalía y los medios satélites se estén sumando al coro negacionista. A fin de cuentas quizá no conviene que se vea mucho la violencia nacionalista cuando gobiernas con los nacionalistas.
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