Mientras se comentan sus apuros financieros, Davalor habla de crear 300 puestos de trabajo en Navarra

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Según se puede leer en Navarra Capital, el próximo mes de noviembre Davalor instalará el primer Evaluador de la Visión Automatizado (EVA) en una óptica en Navarra. Al mismo tiempo se ultima la fabricación de la primera unidad en la factoría de Jofemar en Peralta afrontando las últimas fases de la auditoria que le permitirá la obtención del marcado CE definitivo, paso previo imprescindible para su lanzamiento y venta. En el momento en que cuando se logre ese ‘hito’ se daría paso a la “fase de industrialización”, que según los cálculos de Davalor podría generar en Navarra 300 empleos. El principal objetivo sería superar la actual capacidad de fabricación de 200 EVAs al mes en Jofemar hasta llegar al millar.

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Por otro lado, Davalor responde al préstamo público de 1 millón de euros alegando que ha aportado 912.154 euros a las arcas públicas en concepto de IRPF y 775.127 en Seguridad Social.

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Empezando por esto segundo, hay una cierta trampa en este razonamiento. Del relato de Davalor se podría deducir que da igual si la empresa va bien o mal porque las arcas públicas ya han recibido de Davalor más de lo prestado, lo cual es absurdo porque en tal caso no se podría invertir mal nunca el dinero público. Hasta el Circuito de Los Arcos genera riqueza por un lado, sólo que la destruye por otro. Davalor no ha aportado todo ese dinero a las arcas forales, lo han aportado sus trabajadores. El dinero a su vez no ha salido de los beneficios de Davalor, que no los ha tenido, sino del bolsillo de las personas que han decidido invertir en Davalor. Si esas personas no hubieran invertido en Davalor ese dinero hubiera tenido otro destino: hubiera sido invertido en otra empresa (La Lechera S.A., por ejemplo) o usado para comprar zapatos. En cualquiera de los dos casos las arcas forales hubieran ingresado el mismo dinero a través del IVA, los beneficios de la zapatería, el IRPF de los empleados de la zapatería, o el sueldo y las cotizaciones de los empleados de La Lechera S.A. Hasta que Davalor genere beneficios sólo está moviendo recursos de un sitio a otro, no creando riqueza en absoluto.

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Otro factor a tener en cuenta es que si por un lado tenemos a Davalor y por otro a La Lechera SA, y Davalor quiebra y La Lechera prospera, Davalor generará unas pérdidas a los inversores mientras que invertir en La Lechera hubiera generado un beneficio. Ambos escenarios son totalmente diferentes para los inversores, para los trabajadores, para la recaudación fiscal y para los acreedores, lo que ahora mismo incluye a los contribuyentes navarros. Evidentemente no es lo mismo un universo en el que Davalor devuelve el préstamo y otro en que no. Por consiguiente, por lo visto en el párrafo anterior no hemos ganado ya dinero con Davalor y por lo visto en este no es indiferente lo que pase con Davalor para recuperar o no recuperar el millón.

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En cuanto a lo primero, verdaderamente esperamos que sus expectativas se cumplan y se generen en Navarra esos 300 empleos, que buena falta hacen. No obstante, Davalor, que hace tiempo que ya no es una startup, carga a sus espaldas una abultada mochila de expectativas pasadas defraudadas. Por ejemplo, en 2014 Davalor aseguraba que las primeras 1.000 máquinas serían distribuidas en 2015 y que en 2016 esperaba. tener 10.000 en funcionamiento. Por otra parte, resulta un tanto llamativo que todavía no se haya fabricado ni una máquina en la factoría Jofemar de Peralta y ya se nos hable de su desfase y que habrá que ampliar su capacidad de producción de las 200 hasta las 1.000. Obviamente los 300 empleos se crearían en uno de estos escenarios futuros que Davalor, de momento, parece mucho más capaz de dibujar que de generar. Pero ojalá nos equivoquemos y le vaya estupendo. Por muchas razones, pero sobre todo porque como contribuyentes ya estamos metidos en Davalor lo queramos o no.