Todas las mentiras durante años sobre la corrupción de UPN

Hace cuatro años la oposición a UPN bramaba exigiendo un cambio que pusiera fin a la absoluta corrupción que impregnaba a todos los niveles el gobierno de UPN, evidenciada en múltiples casos como la CAN, los patrimonio de Goñi y Sanz, las oscuras maniobras de Lourdes Goicochea, las reiterades ilegalidades de Simón Santamaría en el ejercicio de su cargo, el pelotazo de Guenduláin, el caso Egüés… ¿Alguien podía dudar que la corrupción había impregnado por completo a la administración de UPN y que todos sus cargos eran todos unos corruptos y unos fuera de la ley? Echar a UPN era por tanto una cuestión que iba más allá de la política y la ideología convirtiéndose en una necesidad moral para regenerar la vida pública y la administración. Y efectivamente a través de los partidos de la oposición y sus terminales mediáticos se generó una oleada de indignación ciudadana que dio con estos partidos en el poder y con UPN en la oposición. Sin embargo, ¿qué ha quedado al cabo del tiempo de todas aquellas denuncias y de todas aquellas personas a las que mediáticamente se les linchó?

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No seremos tan ingenuos como para defender que todo lo que se hizo durante las últimas legislaturas de UPN fue intachable. La propia UPN y los propios interesados han venido en muchos casos a reconocer que no fue así, devolviendo por ejemplo dietas que, si bien eran legales, por otra parte eran de dudosa justificación desde el punto de vista de la ejemplaridad. No todos en otros partidos han hecho lo mismo ni mucho menos en una situación similar. Respecto a todo lo demás, de todas las acusaciones volcadas sobre UPN no ha quedado piedra sobre piedra en los tribunales. Todas y cada una de las acusaciones se han ido archivando una tras otra. De todas las denuncias presentadas no ha quedado nada de nada. De todo lo que se sostenía en los titulares, nada se ha podido mantener en los tribunales. La recopilación del cierre de todos los casos contra UPN a lo largo de estos últimos años resulta bastante reveladora.

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A la vista de todo lo anterior, remedando al poeta, cabría concluir que después de tantos sucios tratos y mentiras, de gestos a destiempo y de palabras irreales e ilusorias, de las acusaciones sólo queda un testamento de ceniza que el viento mueve, esparce y desordena. O todos los líderes de UPN eran unos delincuentes, o todos los portavoces del cuatripartito eran unos expertos en convertir la política en fango. A la vista de todos los pronunciamientos judiciales de los últimos años, juzguen ustedes mismos si era lo uno o lo otro.

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