Toda Cataluña, menos la mitad de Cataluña, menos el 3%

La crisis catalana ha tenido como elemento más importante en los últimos días la manifestación del sábado bajo el lema “Libertad presos políticos. Somos república”. Según la Guardia Urbana de Barcelona asistieron a la concentración 750.000 personas. El momento cumbre de la manifestación, que además nos vendrá bien después, fue aquel en el que los asistentes, tras ponerse el sol, encendieron las linternas de sus móviles para crear esa imagen de luz en la oscuridad, resultona pero en alguna medida inconveniente, pues facilita la labor de contar.

x

La concentración del sábado presentaba especial interés porque se trataba de la manifestación más reciente bien organizada y planificada con cierta antelación, por un lado, pero por otra parte posterior a todos los acontecimientos de los últimos tiempos incluyendo la DUI, el 155, el encarcelamiento de los ex consejeros de la Generalidad o la huida de Puigdemont. Si alguna concentración independentista tenía que ser masiva era la del sábado, con o sin linternitas.

x

En este sentido, incluso asumiendo las cifras oficiales, ya podemos adelantar que la manifestación fue un fracaso. Los 750.000 asistentes según la Guardia Urbana de Colau ya serían un fiasco. Hace apenas dos meses, la misma Guardia Urbana cifraba en un millón la asistencia a la Diada. Si además alguien se toma la molestia de estimar por sí mismo el número de asistentes en virtud del espacio ocupado por los manifestantes, la cifra de 750.000 cae por su propio peso.

x

x

Como pueden apreciar en el mapa y las imágenes, el espacio ocupado por la manifestación resulta fácil de calcular gracias a la idea de utilizar las linternas de los móviles. El espacio ocupado es simplemente el espacio iluminado. El recuento más optimista sería el correspondiente al tramo de Carrer de la Marina entre la Sagrada Familia y la Avenida d´Icaria, unos 50.000 metros cuadrados y por tanto un máximo en torno a 150.000 asistentes, estimando 3 personas por metro cuadrado.

x

x

Si nos retrotraemos a la mentada Diada del pasado 11 de septiembre, antes de la DUI, del 155, de la fuga de Puigdemont o del encarcelamiento de “los Jordis” y los exconsejeros, frente al millón de la Guardia Urbana o los 2 millones de otras organizaciones, nosotros medíamos 165.000 metros cuadrados ocupados (50.000 el sábado). Huelga decir que a igual densidad de manifestantes, habría que pensar que tras todos esos acontecimientos se manifestó el sábado menos de la tercera parte de personas que el 11S. Algunas fuentes consideran que había manifestantes hasta la calle Industria, un poco más atrás aún que la Sagrada Familia. Tal cosa no se verifica en las imágenes, pero incluso en ese supuesto apenas se añadirían unos pocos miles más de asistentes correspondientes a 2.500 metros cuadrados.

x

Como conclusión, una vez más se demuestra el error de pensar que los separatistas son Cataluña o la mayoría de los catalanes. Ni tal cosa se refleja en las manifestaciones, ni sobre todo se refleja en las urnas. Nunca repetiremos suficientemente que los golpistas han declarado una república independiente (ahora ante el juez dicen que de broma o simbólica) con sólo el 47,7% de los votos, al menos en las últimas elecciones celebradas con garantías en el recuento. Los antidemócratas, los golpistas y los que pretenden acallar a la mayoría de los catalanes son los separatistas, cueste lo que cueste lo que digan Yoko Ono o Pamela Anderson.

x

En cuanto a las cifras oficiales de asistencia, no nos podemos extrañar de que la Guardia Urbana sobrestime groseramente las cifras de asistencia siendo Ada Colau una de las asistentes. Tampoco puede extrañar que Ada Colau sea conocida como la “emperatriz de la equidistancia”, o la emperatriz del postureo, o la emperatriz de la inconsistencia, cuando tan pronto dice que ni DUI ni 155 como rompe con los socialistas en el Ayuntamiento o se manifiesta bajo el lema “Somos república”. Al menos en esto Podemos es lo mismo en Cataluña que en Navarra: la muleta, la marca blanca o la rueda de repuesto del separatismo. El problema es que la mayor parte de sus votantes no le dieron el voto para eso a Podemos ni en Cataluña, ni en Navarra, ni desde luego en el resto de España.

x