De creer lo que mayoritariamente han estado reproduciendo los medios en las últimas horas, Austria ha asistido a una segunda vuelta electoral en la que la extrema derecha empataba con la izquierda moderada, incluso le aventajaba ligeramente, hasta que gracias al voto por correo, por los pelos, se ha conseguido frenar a los ultras y asegurarse la victoria de los moderados.
Obviamente cabe cuestionarse quiénes son los ultras y quiénes los moderados, o si todos son moderados, o todos ultras y por qué.
Es decir, perfectamente se puede alegar que en Austria la ultraizquierda ha conseguido llegar al poder gracias al voto por correo, por ejemplo, y el moderado era el candidato de la derecha. Y es que el candidato de la izquierda (o ultraizquierda) pertenece a los verdes, un partido inscrito en un grupo que en el Parlamento Europeo se alinea con Ecquo o Iniciativa per Catalunya Verds, que a su vez forma la coalición Catalunya Sí que es Pot, que integra a Podemos y mantiene en la alcaldía de Barcelona a Ada Colau. Los Verdes son también los que han invitado a Arnaldo Otegui a intervenir en el Parlamento Europeo como una especie de tótem del progreso y la paz. ¿Por qué entonces el candidato de la derecha era un ultra y el de la izquierda no?
Cierto es que el candidato de la derecha en Austria, Norbert Hofer, pertenece al famoso Partido de la Libertad que en su día lideraba el difunto Jörg Haider, aunque después se separaría de él para crear su propia formación. El ascenso de Haider dio lugar a un boicot internacional contra el gobierno austriaco que podría dar lugar a alguna reflexión. Cuando la extrema izquierda gobierna o es necesaria para gobernar, hay que habla con ella. En ausencia de violencia hay que escuchar a todo el mundo. Cuando gana un radical de extrema izquierda o un populista hay que analizar las causas en vez de anatemizarlo. No se puede boicotear a un gobierno de extrema izquierda salido de las urnas porque sería antidemocrático. En España Podemos es el cambio, la esperanza, el probemos algo porque no tenemos nada que perder, los que vienen a acabar con la casta lo que merece un respeto. Bildu es la regeneración y el cambio en Naavrra. Todo esto, por lo visto, no resulta aplicable cuando el ultra es de extrema derecha, o cuando al menos se le pone esta etiqueta, que en general se le pone a todo el que no es de izquierda para que así no se pueda ni hablar con él, sea ultra o no.
El colapso de los partidos del sistema en Austria
Lo sucedido en Austria, en todo caso, viene a subrayar el sino de los tiempos poniendo de manifiesto el colapso de los partidos del sistema, lo que podríamos entender “equivalentes” del PP y del PSOE en Austria. Es decir, el resultado que se acaba de producir es consecuencia de una segunda vuelta electoral en la que los dos candidatos más votados han sido el citado Hofer y Alexander Van der Bellen, el candidato de los Verdes finalmente ganador por el voto por correo. Los dos partidos del sistema quedaron en la primera vuelta en tercer y cuarto lugar por lo que en la segunda vuelta se tenía que elegir entre los partidos “radicales”. No es un escenario inverosímil y de hecho algo parecido estamos viviendo en España. El PP aguanta de momento como primera fuerza pero Podemos podría rebasar al PSOE. El PP, por otro lado, aguanta pero sólo con un 30% de votos. En Francia asistimos también a un hundimiento de los partidos que históricamente han gobernado y al surgimiento del Frente Popular. Cabría decir de todas formas que ni lo nuevo es tan nuevo ni lo viejo tan viejo. ¿Son nuevos los comunistas o los lepenistas, a fin de cuentas, por no decir sus ideas?
La inmigración
Uno de los ejes que ha polarizado la campaña en Austria es la inmigración, y específicamente la inmigración musulmana. El país ha quedado dividido en dos en torno a esta cuestión. En España, donde el discurso dominante es progresista, resulta más difícil de apreciar, pero salta a la vista que la inmigración masiva genera problemas y esos problemas facilitan el ascenso de la extrema derecha. En Pamplona tenemos una docena de chabolistas y el Ayuntamiento es totalmente incapaz de solucionar el problema con un mínimo de eficacia y dignidad. ¿Qué creen que pasaría si tuviéramos a 20.000 chabolistas? O los asimilábamos perfectamente, cosa que no parece probable a la luz de lo que pasa con sólo una docena, o se nos iba a generar un problema, la clase de problema que crea el caldo de cultivo de la extrema derecha. Y luego a lamentarse por ello.
El populismo
Si en Francia o Austria la inmigración está constituyendo el caldo de cultivo de la extrema derecha, en España la situación es distinta, al menos por el momento. Aquí el ascenso de los populistas de extrema izquierda se basa más bien en otros dos elementos. Por un lado décadas de discurso dominante progresista en virtud del cual todos los males del mundo tienen su origen en el capitalismo, los empresarios, el afán de lo lucro, la religión, el libre mercado, la competencia, la propiedad privada, la familia y la defensa de los fetos. A la izquierda las buenas personas, a la derecha los malvados, que diría Cristina Pedroche y suscribirían tantísimos otros. Ser de izquierdas es tan bueno que ser de extrema izquierda es mucho mejor que ser sólo de izquierda, lo que está llevando a la aniquilación del PSOE. En Navarra, que somos unos adelantados, ilustrando la caída y prescindibilidad de los partidos tradicionales de gobierno tenemos un cuatripartito que manda sin necesidad de contar con el PSN. El otro elemento es la corrupción: los partidos del sistema han conseguido ser percibidos como los causantes de todos los males del mundo, reales, inventados o exagerados, y además como los causantes de un estado absoluto de corrupción. En el dilema de votar corrupción o lo que sea, hay muchas personas dispuesta a votar lo que sea. Podemos se beneficia de este dilema y el PP, concretamente Mariano Rajoy, parece empeñado en alimentar este dilema empecinado en no depurar responsabilidades políticas, empezando por las propias.
4 respuestas
Durante muchos años se ha infantilizado a la población, se la ha reducido a unos bebés que llorar pidiendo teta de estado y cambio de pañal, a lo sumo llegan algunos a niños malcriados lloriqueando para recibir alguna exigencia tonta.
Y ahora son mayoría. Pero existe una cosa que se llama REALIDAD.
El tortazo va a ser morrocotudo. Lo malo es que en vez de madurar, tanto niño malcriado, va a devenir en adolescente psicópata. Ya la tenemos liada parda si no les paramos los pies, y son los psicópatas los que tienen acceso al presupuesto, al dinero, y hasta a las armas.
El partido de Hofer (FPO) tiene como lemas «Identidad, Tradición y Soberanía». Quiere recuperar para Europa la cultura y valores cristianos, frenar la masiva entrada de inmigrantes de otras culturas, especialmente la musulmana, el cierre de mezquitas, los derechos de los austriacos prioritarios a los de los inmigrantes ilegales, la protección de la familia natural, la disolución de la UE que considera corrupta, manipulada y dictatorial.
A mi personalmente, todas esas ideas me parecen bien. ¿Como se define hoy en día «extrema derecha»?. Nadie lo dice. Es extrema derecha todo el que no es rojo. Yo no soy roja, ergo debo de ser «extrema derecha».
No me importa, si extrema derecha es todo lo que he expuesto antes del partido de Hofer, lo que si me importa es que,- sin definir lo que significa esa «extrema derecha» y sin dar argumento alguno-, la tilden de ogro del cuento de Pulgarcito, de bruja de Blancanieves y del Anticristo (en que no creen). Que en un país gane escaños lo anuncian como una gran tragedia para ese país, pero no dicen porqué. La gente es muy manipulable, por lo que esta maniobra cala fuerte. Es una pena que la gente acepte sin mas lo que lee en nuestra prensa. Eso si es una tragedia.
Los denominados «partidos ultraderechistas» no difieren mucho del modelo de estado que quieren en países tan ultras como Canadá, Australia, Suiza o Nueva Zelanda. Es decir soberanía y control de la inmigración.
Estos partidos están interesados en la pureza racial ni nada de esas asustaviejadas de la prensa sino que solo vengan extranjeros técnicos o para trabajos que no quieran hacer los nacionales, exactamente como en Canadá, NZ o cualquier país de los nombrados antes.
En países como Colombia, Venezuela, Panamá… el 80% de las plantillas deben ser nacionales. Por cierto, probad a ir a estos países con billete de ida, ya veréis que risas en el aeropuerto
Más que euroescepticos estos partidos yo creo que los demás son euroadictos
Esas políticas de control inmigratorio y de seguridad tendrían que ser en todos los países europeos, respaldado por normativa tanto nacional como europea. Se acabarían muchos problemas y se separaría el grano de la paja.