Varios cientos de jubilados, convocados por la Plataforma Navarra por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, se manifestaron el jueves en Pamplona, en consonancia con las movilizaciones que están teniendo lugar a escala nacional, en defensa del sistema público de pensiones y como protesta ante la subida anual de sólo un 0,25%.
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El comunicado de la plataforma organizadora proclamaba como diagnóstico que “las reformas laborales y de pensiones han precarizado y exiliado a los jóvenes con salarios de miseria, provocan unas cotizaciones insuficientes a la Seguridad Social y por tanto impiden unas pensiones dignas”, y que el PP gobierna “para una minoría privilegiada que controla el poder económico”.
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En cuanto a la parte propositiva del comunicado, se exigía “mantener el actual sistema de reparto”, incluir las pensiones en los Presupuestos Generales del Estado para compensar todos los déficits del sistema, el reembolso de lo sustraído de la hucha de las pensiones o la jubilación a los 65 años.
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Antes de pedir más, entender de dónde sale el dinero
Hay seguramente quien piensa que las pensiones las paga el gobierno, Como si el gobierno pagara con su dinero. O como si el gobierno sacara el dinero de la nada y pudiera pagar todo lo que cualquier manifestante pidiera. Es por ello que nunca se insiste lo suficiente en la evidencia de que el gobierno no paga nada. El gobierno paga con el dinero que se le quita a la gente que paga sus impuestos. De modo que cuando se dice que el gobierno pague más a uno, siempre es a costa de quitar a otro. Interesa por tanto considerar algunos números.
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En Navarra hay:
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640.000 habitantes.
280.200 ocupados.
134.000 pensionistas.
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De los 280.200 ocupados, 43.000 son asalariados públicos.
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Por tanto hay 237.200 ocupados navarros que aportan dinero a las arcas públicas y 177.000 navarros que cobran de las arcas públicas. No es que los pensionistas o los empleados públicos no paguen impuestos para alimentar las arcas públicas, pero es que el dinero que pagan viene a su vez de las arcas públicas.
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La consecuencia es que la ratio entre quienes cobran de las arcas públicas y quienes alimentan las arcas públicas es de sólo 1,34.
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Esta ratio, además, cada vez empeorará más por la tendencia a aumentar el empleo público y, sobre todo, por la estructura de la pirámide de población. Cada vez, fruto de décadas de baja natalidad en las que no se cumple ni la tasa de reposición, hay menos jóvenes y menos trabajadores en relación a los jubilados.
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Una vez entendido todo esto, salta a la vista lo absurdo de pensar que el sistema de pensiones se mantiene por sí mismo con independencia del número de cotizantes. Porque la pensiones no las paga el gobierno, sino los cotizantes. A quien están pidiendo un mayor sacrificio lo manifestantes no es a Mariano Rajoy o a Pedro Sánchez, sino a los cotizantes. ¿De verdad creen todos esos manifestantes que los cotizantes están para que se les aprietan aún más las clavijas y que la solución futura para el sistema de pensiones es que se estrangule aún más a un decreciente número de cotizantes? Aunque coreen consignas contra los recortes, salvo que crean que el dinero llueve del cielo, los manifestantes no se dan cuenta de que hay que recortar los ingresos a los ocupados para aumentar los de los jubilados. El sacrificio que exigen los manifestantes no lo va a hacer el gobierno, sino los ocupados.
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También sería un error que podrían cometer los manifestantes el pensar que a ellos se les está pagando con lo que han cotizado a lo largo de su vida. No es así. Ellos cotizaron para pagar las pensiones de los jubilados del presente y las pensiones presentes dependen de los cotizantes del presente. Obviamente uno no puede defender un sistema de reparto y después tratar de cobrar una pensión que no tenga nada que ver con el número de cotizantes.
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Igual de absurdo es pretender que el gobierno reembolse a la hucha de las pensiones el dinero pagado para pagar las pensiones. ¿Para qué se supone que está entonces la hucha de las pensiones? ¿Cuánto de lo cobrado en los últimos meses querrían reembolsar los pensionistas al gobierno para que volviera a meterlo en la hucha de las pensiones?
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Carece de sentido asimismo pensar que las pensiones se podrían pagar con todos los jóvenes que han salido de España a buscar trabajo. En primer lugar hay jóvenes que salen de España a buscar trabajo porque quieren ver mundo, porque quieren aprender idiomas o porque tienen mejores oportunidades. No se le puede pedir a España que ofrezca las mejores ofertas de trabajo del planeta a todo el mundo en todos los puestos en cualquier trabajo y para siempre. Ningún país puede ofrecer eso. Por el contrario, si a un joven que se marcha porque aquí no encuentra trabajo no se le deja marcharse, lo que tendremos no es un cotizante más sino un parado más, cobrando un subsidio más, lo que en vez de una aportación será un problema más para pagar las pensiones y cuadrar las cuentas del estado.
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Queda por decir que en el mundo real es imposible que los ocupados ganen más, la vida laboral sea más corta, los pensionistas ganen más, y cada vez haya más pensionistas y menos ocupados, pero todos ganando más y con menos recortes y las cuentas públicas cada vez más saneadas. No se puede repartir lo que no se genera. No hay manera de repartir más cocos sin producir más cocos.
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La realidad es que, a la vista de la pirámide de población, los más jóvenes van a tener que vivir con menos en el presente, y está claro que para hacerlo tendrán que recortar de donde no les sobra, para poder llegar con alguna reserva a su jubilación futura. ¿Y qué está haciendo el gobierno al respecto? Ahora castigar fiscalmente a los ahorradores y en el futuro, cuando después de negar el problema durante décadas no pueda pagar ni el 70% de las pensiones actuales, probablemente robarles sus ahorros, aunque eso tampoco resolverá el problema más que durante un tiempo. En Navarra las pensiones contributivas rondan los 1.200 euros mensuales y la pensión media está en los 1.068. ¿De verdad se creen los pensionistas actuales que viven muy mal? Pues ya verán lo que les van a envidiar los pensionistas futuros.
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2 respuestas
Tienen derecho legítimo a quejarse, lo tenemos todos. Porque los problemas demográficos que se avecinan se conocen desde hace décadas.
Como dijo Franco Modigliani, premio Nobel de Economía en 1985, la espoleta de la bomba de la seguridad social es muy larga, pero la espoleta del remedio es tan larga o más.
Y la clase gobernante que nos avasalla no ha querido enfrentar ese problema en ningún momento. A la hora de posponer soluciones el consenso ha sido total.
El problema está ya aquí y ahora el Estado se dispone a incumplir las obligaciones hacia los pensionistas. Los políticos tendrán que pasar vergüenza ahora. Si es que a la sociedad le queda algo de dignidad es necesario que la clase política salgan escaldados por que no quisieron conscientemente afrontar a tiempo.
De paso, que los gobernados reflexionen sobre la calaña política que tenemos en esta Partidocracia.
Después de comprobar lo fácil que es movilizar con la espontaneidad y el rigor característicos de las manifestaciones sindicales, al colectivo de jubilados generalmente mal informado pero demagógicamente adoctrinado, me permito hacer algunas puntualizaciones con respecto al vigente sistema de pensiones implantado en España:
El actual sistema de reparto a punto de colapsar, y manifiestamente ilegal si lo intentara poner en práctica una entidad privada, se está aplicando además de forma poco rigurosa y con sesgo claramente populista. Por un lado se fija un tope máximo a las pensiones más altas, o sea, los pensionistas que más han cotizado reciben mucho menos de lo que les correspondería. Si aplicando las reglas de “reparto” impuestas les corresponde p.e. una paga mensual de 3.000 €, resulta que no pueden cobrar más de los 2.500 € brutos que los gestores del sistema han determinado como tope máximo. Por otro lado, a los que menos han cotizado se les compensa al alza hasta a alcanzar la pensión mínima determinada, como no podía ser menos, con criterios llenos de rigor… político. Así podemos comprobar como a personas que con las vigentes reglas de “reparto” les correspondería una pensión de 60 € (sí, sesenta euros) se les incrementa la pensión, por diferentes vías, hasta cerca de 700 €. O sea, lo que se descuenta a los que más han cotizado sirve para aumentar la paga de los que menos aportaron, muchos de ellos porque no quisieron aportar más, caso de los autónomos. Por no hablar de quienes reciben las llamadas pensiones no contributivas, o sea, sin haber cotizado nunca. Ahí tenemos una injusticia más de las muchas que genera la aplicación de la bendita “justicia social”.
Lo malo de todo esto es que quienes deberían corregir estos desvaríos, los políticos de cualquier color, no piensan en otra cosa que no sea utilizar las pensiones de forma partidista. Lejos de buscar soluciones alternativas al caduco sistema de reparto (como hizo p.e. Suecia cuando vio las orejas al lobo en los años 90) tratan de parchearlo, siempre en perjuicio del que más aporta o del que más contribuye. Y es que, como bien dijo Jean-Claude Juncker, actual Presidente de la Comisión de la UE “Todos sabemos lo que hay que hacer, lo que no sabemos es cómo ser reelegidos si lo hacemos”, cuya traducción castiza, para que la entiendan hasta las víctimas de la ESO sería: “el que venga detrás que arree”. Y es que, por desgracia, todos nuestros gobernantes y gobernantas pertenecen a la misma oenegé “Irresponsables sin Fronteras”.