Vayan por delante un par de datos abrumadores. El primero de ellos que España tiene la energía eléctrica (incluso antes de impuestos) más cara de Europa junto a Malta y Chipre. El segundo que, según propia confesión del ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, las subvenciones a las renovables (que luego pagamos en la factura y en deuda pública) nos costarán 70.000 millones de euros (han leído bien) hasta el año 2020. Aunque por alguna extraña razón casi nadie habla de ello, se trata de una cifra superior al cacareado rescate del sistema financiero.
Del New York Times y el NASDAQ al ERE de Gamesa
Ayer Navarra era el referente de las renovables en el mundo, hoy el Parlamento Foral suplica a Gamesa que busque fórmulas alternativas a los despidos masivos. Tan recientemente como en el mes de febrero del año 2011 los miembros del “Foro de la Energía” y del “Grupo de Energías Sostenibles” se congregaban en el salón de actos del New York Times, en la calle 41 de la isla de Manhattan, sorprendiéndose gratamente al escuchar de boca del Presidente de Navarra (véanse las fotos) que la Comunidad Foral cubrió en 2009 más del 81% de sus necesidades eléctricas mediante las energías “limpias”. Ante los costes de la energía descritos en el párrafo anterior, la crisis en la que nos encontramos sumidos, algún pelotazo particular, viajes memorables vendiendo molinos o el ERE de Gamesa… cabe ahora preguntarse si eso era bueno o malo, o por los menos tan bueno como nos lo estaban contando. Cuando el Parlamento de Navarra suplica a Gamesa que no ejecute despidos en masa, las fotos de Miguel Sanz en el salón de actos del New York Times y en el NASDAQ (mercado bursátil en el que cotizan las principales empresas tecnológicas) aparecen bajo una luz bastante más amarga:
El estatalismo vuelve a fracasar
Sin duda sería exagerado afirmar que las renovables no tienen un papel que jugar en el mercado energético, pero a la vista de los datos actuales parece evidente que España necesita abordar, junto a otras muchas, también una reforma energética. La planificación estatalista de la economía vuelve a apuntarse un fracaso alrededor del cual han medrado a la sombra del poder y el calor del dinero público los negocios subvencionados. Cabe decir a favor del expresidente Sanz que, quien hace unos años hubiera alzado la voz contra la inversión y desarrollo en lo verde, lo renovable, lo sostenible y lo ecológico, que ahora levante la mano. El resultado ahora de tanta buena intención es energía cara, poca competitividad y mucho paro. ¿Una historia de éxito? ¿Por qué no tenemos entonces la sensación de que estamos triunfando?
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8 respuestas
Yo lo tengo claro incluso en el nivel personal y doméstico. El ecologismo es para.cuando hay pasta.
Y no confundir ecologista con ecolojeta o ecologista.sandía, que son sociatas.y komunistak disfrazados de hippies.
Más que historias de éxito habría que hablar de historias de timos. A unos pocos, que disponen del capital necesario para desembolsar la inversión, se les garantiza una rentabilidad financiera con cargo al erario público, es decir, con cargo a las rentas de ciudadanos y empresas, y nuestros gobernantes se visten de verde y alardean de ecologismo, y de paso nos hacen pagar la energía más cara… Pero aquí no huele a corrupción, no, eso sólo pasa en marte. Por eso, de las primeras cosas que hizo nuestra presidenta tras el nombramiento de los ministros del PP fue tener una charla con el titular de industria y energía, para expresarle su honda preocupación por este sector tan verde al que Navarra ha contribuido con jugosas inversiones privadas… y que sólo se sostiene porque está completamente subvencionado. Y como nuestros gobernantes se preocupan tanto por nosotros, crearon las viviendas protegidas. Pero esta es otra historia de éxito pata otro momento…
Además de todo lo dicho, tengan en cuenta que la energía eléctrica -que, por definición, no se puede almacenar, salvo una pila, que es lo máximo conseguido por la ciencia- tiene que producirse más o menos al mismo tiempo que se consume. Dejando de lado las exportaciones de energía y el famoso mercado ibérico de la electricidad (otro pufo famoso), el problema es determinar en caso de sobreproducción qué energía entra antes en la red. Pues bien, han acertado, las energías renovables, con un precio hasta 100 veces superior a la energía nuclear (no estoy defendiendo ésta, aclaro). Como la tecnologia es muy cara y el coste de producción muy variable y dependiente de factores exógenos (que haya sol, viento, etc.) se subvencionó (lo que el artículo denomina correctamente prima a la producción). Para que el productor y distribuidor de energía eléctrica no repercutiese todo el coste al consumidor, el Estado (o sea nosotros) estableció unas primas que no podía pagar pero que lastraban las cuentas de las empresas eléctricas, que lo apuntaban como créditos. La solución fue la creación del Fondo de Titulización del Sector Eléctrico (una suerte de Deuda pública especial) que debe rondar los 23.000 millones de euros. Teóricamente en 2013 tendría que concluir la subvención pero la bola sigue engordando.
Hemos creado un sistema donde, además, las energías renovables son las primeras que se vuelcan a la red, con lo que el negocio está asegurado para los productores ya que se subvenciona no sólo el coste sino el beneficio. Y tengan en cuenta que 25 millones de usuarios españoles están pagando el TUR (tarifa de último recurso), que oculta parte del déficit tarifario.
Por otro lado y por no contarles el rollo técnico hay que tener presente que aunque en los recibos de la luz diga que el 100% de la energía que consumen es renovable (así sucede en Navarra) eso es imposible de saber.
El negocio de Gamesa era la producción de los «horribles» molinillos que pueblan nuestros montes; pues bien, llegaría un día en que la producción de molinillos tendría que acabarse porque el mercado se habría saturado.
¿Pagarlo con impuestos? Ya tenemos el de la electricidad que nos cobran en el recibo. Pero si se volcase todo el coste en el recibo la cifra sería astronómica, no tendríamos déficit residenciado en el famoso Fondo de Titulización, pero se resentiría el IPC, con los efectos en todos los ámbitos.
Pero no me negarán que la energía eólica (que es la que más conozco) genera innumerables puestos de trabajo con un poco de imaginación: baste con que en días de ausencia de viento pongamos a los parados, jubilados, amas de casa, amos de casa, etc, a soplar el famoso molinillo para que girase.
Para una cosa en la que somos punteros en el mundo (esto es cierto) resulta que nos sale carísima.
Unos datos para completar el acertado comentario de D. Fernando:
Catálogo de precios de la energía eléctrica:
-Hidraúlica: 6 euros el megavatio
-Carbón-nuclear: 30 euros el megavatio
-Fuel-Gas: 60 euros el megavatio
-Eólica: 90 euros el megavatio
-Fotovoltaica: 450 euros el megavatio
Esto puede servir para iluminar el criterio general, a menudo muy ideologizado. Si cada uno pudiéramos servirnos nuestro propio menú energético, como si fuera un self-service ¿Qué ingredientes elegiríamos?. Sirvanse Vds.
It would have been more correct to say «A succes story?».
Neither word is correct. The right spelling is “A success story?”.
Parece que la energía hidraúlica es la más conveniente económicamente (en algo Franco debía tener razón. Cierto que la construcción de un embalse es muy cara y además genera muchas afecciones, pero una vez hecho «gratis total» o casi. El problema es que dependes de las épocas de estiaje.
Así a bote pronto, parecería lo más correcto combinar la energía hidroeléctrica con la nuclear y la producida por combustibles fósiles, para paliar las épocas de estiaje.
Las llamadas energías ecológicas, muy caras, deberán, al menos al momento actual utilizarse de un modo testimonial y experimental y también de modo particular.
Algunos datos:
Coste de la fotovoltaica: ¿450 euros/MWh? Esa tarifa es de hace varios Reales Decretos… Varias empresas alemanas han manifestado su interés de construir parques en España y vendernos la energía generada con nuestro sol a precio de mercado (pool): 50 euros/MWh. Yo mismo estoy planteando instalaciones PEQUEÑAS para suministrar en el punto de consumo a un del coste de un 20% más barato del que puede ofrecer la compañía eléctrica. Sólo necesito que el Gobierno legalice este tipo de instalaciones de autoconsumo con balance de energía, para poder hacerlo. Todos sabemos que hay muchos intereses para que esa normativa no salga adelante.
La potencia fotovoltaica instalada en España es de unos 3,5GW. Alemania tiene 24,9GW. No hay duda de que si Alemania tuviera el nivel de radiación, los números serían mucho mayores. De hecho, a la vista de la saturación del sector de la automoción, uno de los motores de su economía, sabe que este sector solar es estratégico. Esa es la razón de que haya puesto en marcha Desertec, el mayor proyecto industrial de la historia. Pasa por delante de nuestra casa y construye una red gigante de proyectos termosolares, fotovoltaicos y eólicos para subir la energía a través de grandes redes y reducir su dependencia energética. Para ello, necesita castrar al que es su principal competidor tecnológico del sector: España. Tras la primera visita de Rajoy a Alemania, se vino con la solución para los alemanes puesta en bandeja: El primer Real Decreto de este Gobierno congela todas las renovables y no plantea ninguna alternativa. Eliminado el enemigo, ahora solo resta presionar a España para bajar salarios y que los coches de tantas firmas alemanas que se fabrican aquí salgan más baratos, así se reactiva negocio. Con dirigentes vendidos como los que tenemos, este país nunca va a salir del agujero. De hecho, Alemania necesita un hermano pobre y endeudado pero controlado a la vez en la Unión. Así el euro no se dispara y los del norte pueden seguir siendo competitivos en la exportación. Lo siento, pero yo lo tengo claro hace tiempo: cuando hay tanta gente dentro del país inoculados con el pensamiento que nos mantiene bajo la suela del zapato, tengo claro que este país no merece la pena.