Tengo miedo de no ser independentista

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Pensábamos que no podía pasar nada peor en Cataluña y entonces han empezado a publicarnos encuestas. Pasaremos muy por encima por los resultados porque en realidad tenemos otro objetivo. Por lo que se refiere estrictamente al reparto de escaños en unas hipotéticas elecciones anticipadas en Cataluña convocadas al amparo del 155, todos los resultados entran en uno de estos dos supuestos: en general todo sigue más o menos como hasta ahora, pero o los nacionalistas conservan la mayoría (en diputados, no en votos) por un poco, o los no nacionalistas consiguen por poco una mayoría alternativa, pero en todo caso teniendo que contar con Podemos. Lo dejamos como punto de meditación respecto a si unas elecciones en este momento resuelven o no resuelven algo, para pasar al siguiente asunto.

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Hay otro aspecto de una de las encuestas que se ha publicado, concretamente la que ha ofrecido en las últimas horas El Periódico, que evidencia una situación llamativa como poco, mucho más allá del voto, anterior al voto, pero en parte también determinante del voto, porque la creación de opinión y el voto es una consecuencia de la situación reflejada en este apartado del cuestionario.

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Nos referimos al grado de libertad que sienten para expresarse los catalanes, según sean nacionalistas o no nacionalistas. Se supone que los perseguidos por sus opiniones son los nacionalistas, los “Jordis”, los oprimidos por el estado franquista opresor. Puesto que los Guardiola y las gentes de bien sólo se interesan por la libertad de expresión de este segmento de la población, sería de esperar que fueran los catalanes nacionalistas los que sintieran más temor a la hora de expresar su opinión. Pues bien, sucede justo lo contrario. Son los catalanes no nacionalistas, aunque ahora empiezan a luchar contra ese temor, los que no se atreven en Cataluña a expresar su opinión.

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Los resultados de esta encuesta ponen de manifiesto la farsa nacionalista y algo de esto sabemos también en Navarra. Son ellos los opresores. Son las banderas españolas las que no se pueden llevar por la calle. Es oponiéndonte a entrar en su dinámica como no te dan un empleo o una subvención. Es la gente no nacionalista la que siente temor. Y cuanto más pequeña es la localidad y más poder tiene el nacionalismo, menos libertad tiene el que no es nacionalista. Ya puede salir una actriz en un vídeo haciendo pucheros y diciendo mentiras que, a más nacionalismo, menos libertad.

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