Acaba de hacerse público el número de pensionistas existentes en Navarra durante el mes de febrero. El número por sí mismo, tal y como probablemente lo publiquen el resto de medios, no nos dice nada. Los problemas empiezan cuando lo ponemos en relación con otros tres datos: el número de ocupados en nuestra comunidad, el número de funcionarios y el número de parados. La alarma salta si además ponemos en relación estos resultados con los que obtuvimos hace poco menos de un año.
Para realizar los cálculos del gráfico, hemos tenido que considerar que de los 37.800 parados contabilizados por la EPA en el primer trimestre del año 2010, hemos pasado a 35.700. Pero este buen dato queda superado por el aumento de los funcionarios (de 37.400 a 41.200), y el de los pensionistas (de 118.962 a 120.407).
Si consideramos que el agua que cae del grifo es el dinero que aporta el sector privado, y que el agua que sale por el desagüe es el dinero que gasta la Administración, comprobamos que nos acercamos peligrosamente al momento en el que el agua que entra no sea suficiente para evitar que se vaya vaciando el depósito.
La bomba demográfica
El elemento clave para el futuro colapso del sistema, especialmente en lo que se refiere a las pensiones, puede observarse en la pirámide de población navarra. Salta a la vista que va a haber un problema cuando empiecen a jubilarse las personas que ahora tienen alrededor de 50 años, y tengan que ser sostenidas por las que ahora tienen entre 5 y 25.
Soluciones
Una manera, acaso la única, de evitar que las pensiones futuras desciendan drásticamente pasa por comenzar la transición de un sistema de reparto a otro de capitalización. Una de las cifras recién publicadas es que la pensión media en Navarra asciende a los 903 euros. Es decir, 12.642 euros anuales. Si capitalizáramos 350 euros mensuales durante 38 años a un 1,5% de interés real, obtendríamos un capital de 252.255 euros. Un fiel creyente en la solidez del estado podría invertir ese capital al jubilarse en obligaciones a 15 ó 30 años, y obtendría SOLO EN INTERESES y sin tocar el principal más de los 12.642 euros que el estado le paga actualmente con el sistema de reparto. Pero además tendría 252.255 euros ahorrados. Hagan ustedes sus propios cálculos.
3 respuestas
Muy interesante: el problema del reparto es que se podía intentar hace 15 años. Hemos perdido esos quince años,que con el problema de la curva, hará imposible financiar esa la transición.
Porque en esa transición se abre un hueco de dinero producido por la falta de nuevos fondos de los nuevos cotizantes -que capitalizan su aportación y por tanto su dinero no se reparte- y los que están en el sistema de reparto y tienen derecho a percibir. Si no entran nuevos fondos (de nuevos cotizantes, que ahora capitalizan) ¿quién pone el dinero? En este momento, es más bien imposible acometer semejante cambio, con un estado archiendeudado, imposible acudir a deuda, imposible pensar que la demanda interna va a crecer y va a haber más cotizantes.
Por supuesto hay muchos escenarios posibles. Pero uno de ellos es la progresiva depauperación de las pensiones del sistema de reparto, y la «obligación real» de constituir ahorro privado, vulgo, planes de pensiones.
Así llegaremos posiblemente a un sistema mixto.
Saludos,
No creo que sea modelo de bienestar el invertir 170 millones de euros en acciones de una empresa que cotiza en Bolsa (Iberdrola). Si sobra dinero, que aumenten los servicios o que rebajen los impuestos, pero no que inviertan en Bolsa violando, además, el primer principio del inversor bursátil: diversificación.
Menos justificación tiene la cobertura de dicha inversión: en vez de utilizar derivados como cobertura, hacen un seguro -con CAN- que el primer año cuesta 90 millones.
En fin, las comparaciones son odiosas, pero debo señalar que el nuevo edificio de Urgencias del Hospital de Navarra va a costar sólo 20 millones, y va a sustituir al obsoleto, cutre y tercermundista edificio actual que los navarros no nos merecemos.
¿Por qué no venden esas acciones de Iberdrola y dedican el dinero a mantener el estado del bienestar?
La dificultad que señala spurgus merece la atención de algún experto con experiencia. Ya se hizo en otros países, pero se partía de una situación de «desamparo» prácticamente total. En muchos fracasó, pero posiblemente por la falta de seguridad jurídica y el caos financiero de esos países. También se podría pensar en que el sistema de capitalización ya existe en España (voluntario, pero existe), si damos las cantidades aportadas al sistema público por perdidas (como aportes solidarios para dar principalmente empleo a unos cuantos ¿miles? de personas).