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En las últimas horas ha tenido lugar un suceso nunca visto en la España moderna: cientos de manifestantes congregados en Sevilla contra el Impuesto de Sucesiones de la Junta de Andalucía, el más alto de España junto con Asturias, comunidad también gobernada por el PSOE. Según un informe elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), por ejemplo, un contribuyente de 30 años que hereda de sus padres bienes valorados en 800.000 euros abonará en impuestos 164.049 euros en Andalucía y solo 134 euros en Canarias. En el medio se ubican el resto de comunidades autónomas. Castilla y León exige 89.168 euros y Madrid 1.586 euros.
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De acuerdo con un estudio de la Tax Foundation, la fiscalidad aplicada en nuestro país a las herencias puede llegar a alcanzar un tipo máximo del 34% frente al 15% que, de media, marca la OCDE. La realidad es aún más gravosa, ya que al tipo general del 34% hay que sumarle un coeficiente multiplicador en función del grado de parentesco y al patrimonio preexistente del heredero.
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Pero es que si queremos ser como Suecia… en Suecia no hay impuesto de sucesiones.
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La manifestación de Sevilla es la punta del iceberg de un movimiento ciudadano más amplio, que a través de la web stopimpuestosucesiones.org ha sumado ya más de 32.000 apoyos.
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El impuesto de la muerte y la doble imposición
No es justo que después de que alguien se haya pasado toda su vida pagando impuestos el estado intente cobrar un impuesto por la muerte a sus herederos. Todo aquello por lo que el estado pretende cobrar otra vez, ya ha pagado antes todos los impuestos correspondientes en vida del que deja la herencia. Cuando alguien cobra su sueldo, el estado le quita cerca de la mitad entre IRPF y cotizaciones sociales. Cuando después de haber pagado esos conceptos esa persona decide comprarse algo, además tendrá que pagar, pongamos, un 21% de IVA. Pero al fin la cosa que ha comprado es suya y ya no tiene que pagar más impuestos. ¿Seguro? No, el estado también le cobrará por el patrimonio. Y si se muere, el estado intentará cobrar otro impuesto más a sus hijos para que puedan heredar. No digamos si en vez de los hijos hablamos de alguien soltero cuyos herederos son parientes más lejanos.
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El estado acecha tu muerte para expoliarte hasta en el más allá
El estado, durante la vida, nos quita cerca de la mitad de lo que ganamos (liberación fiscal del español medio a primeros de julio). Si no obstante conseguimos acumular un patrimonio, cada año nos quitarán un 1%, por ejemplo. Es decir, en 50 años el estado nos puede quitar un 50% del 50% que no nos había quitado. Cuando te mueres, a tus herederos el estado les quita hasta el 34%. O más. Cuando tu cadáver se enfría, a lo largo de tu vida el estado te puede haber quitado el 90% de lo que has generado.
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Sería bueno empezar a manifestarnos contra los impuestos
La revolución estadounidense empezó con el motín del té (de donde el Tea Party), una revuelta que tiene en su origen una subida de impuestos a las colonias para sostener el imperio. A diferencia de los estadounidenses, quizá a nosotros nos falta una cultura de rebelarnos contra los impuestos. La forma de adormecernos es el estado del bienestar. Cierto es que recibimos una serie de servicios y que buena parte de esos servicios son importantes y se pagan con impuestos. Pero por un lado la gestión para que ese estado del bienestar cueste lo menos posible a igualdad de servicio no siempre es la más eficaz. Y por otra parte es obvio que no todo el dinero de los presupuestos se va en hospitales y colegios. Los hospitales y los colegios son la excusa para cobrarnos por pabellones, circuitos, estaciones, aeropuertos, televisiones, inmersiones lingüísticas y todo tipo de gastos discutibles y prescindibles que, a menudo, sólo se justifican desde el punto de vista político, no desde el punto de vista del interés del ciudadano.
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Algo pasa cuando el estado se queda con la mitad o más de lo que ganamos. No hablamos de ricos, sino del español medio. Algo pasa cuando el estado intenta aprovecharse fiscalmente hasta de tu muerte, a costa de los herederos. Ya está bien. Los políticos no van a dejar de exprimirnos si antes no hay una rebelión. Y no va a haber una rebelión si antes no hay una concienciación.
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3 respuestas
No hace mucho, en Andalucía se ha dado el siguiente caso:
Un padre de varios hijos decide hacer donación de una vivienda en favor de una de sus hijas que sufre cierta incapacidad. Los otros hermanos aceptan tal decisión. Según la actual ley impositiva, el padre (porque la hija está impedida) hace frente al vigente impuesto de donaciones. Antes de transcurrir un año, fallece la hija y la vivienda que le había sido donada vuelve, por herencia, a ser nuevamente del padre… previo pago del correspondiente impuesto de sucesiones. ¡¡Manos arriba!!. ¡¡Viva la justicia social!!
Ahí tienen Vds. un listado de los impuestos que nos están cobrando. Como personas físicas pagamos por todo esto:
– Por lo que ganamos (IRPF)
– Por lo que gastamos (IVA)
– Por lo que ahorramos (IRPF)
– Por lo que tenemos (Impto. Patrimonio)
– Por lo que cobramos al vender nuestros bienes (Plusvalías)
– Por lo que trabajamos (Cuota a la S.S., entre la empresa y el trabajador)
– Por ser despedidos del trabajo (Impto. a las indemnizaciones por despido)
– Por lo que heredamos (Impto. sobre sucesiones y donaciones)
– Y a los que más suerte tienen… ¡Impuesto a las loterías!.
La gente debería ser consciente de que si suben los impuestos, cae la recaudación. Parece paradójico pero no lo es (curva de Laffer). Subir los impuestos equivale a bajar los salarios. Con el mismo salario y más impuestos compramos menos cosas que antes. Al bajar nuestro poder adquisitivo se enfría la economía. Al enfriarse la economía sube el paro, caen los cotizantes, aumentan los subsidios, suben los gastos… y cae la recaudación. Lo mejor sería pagar TODOS menos impuestos, y que las prestaciones que se paguen con ellos, sean SOLO para los necesitados y para desarrollar servicios colectivos imprescindibles; los demás, ya somos mayores para organizar nuestra vida y pagarnos nosotros mismos nuestras necesidades, aficiones y caprichos. Donde mejor está el dinero es en el bolsillo del contribuyente. Lo contrario es dar más poder a los políticos para que nos lleven de la mano como a niños.
Lo dicho y bien expresado por el amigo Clarete 2011 , que se traduce que si tienes un coche: impuestos, la gasolina :impuestos, si tienes casa, impuestos, si tienes ahorros en el banco, impuestos, si tus padres te dejaron algo a costa de mil sacrificios y de ser una generación que trabajó como mulas y subieron la nación, Impuestos, y no te digo nada si vendes el piso familiar : impuestos , todos a mojar en la salsa : plus valías etc, si le quieres dar TU DINERO , a tu hijo o hija para ayudarlos impuestos . Sobre la factura de la luz impuestos.
¿ Que se han manifestado en Sevilla por el impuesto de sucesiones y donaciones? . No me extraña, se empezó con lo de la sanidad en toda Andalucía . Eso si, ayudas financiando proyectos para ciudades del Norte de Marruecos, asi en Alhucemas( antigua Villa Sanjurjo) o Tetúan o Larache donde se ha realizado proyectos de La Junta. De momento , nosotros financiamos proyectos y ellos han construido el mayor puerto cerca de Tánger., ¡Veremos! Algeciras el primer puerto de España, que pasa con la competencia del Tanger Med. Cooperación y ayuda hasta en Cuba y en otros lugares de Hispanoamérica, que hasta lo vería bien , pero ¡que proyectos! y en Gaza etc . Es que somos ricos, ¡compadre!.
¡Vamos ¡ Que va a servir lo de “ Si en vez de ser pajaritos fuéramos tigres bengala , a ver quién sería el guapito de meternos en una jaula( de la Murga de Emilio el Moro de Carlos Cano , cantante español, andaluz de Granada). No es necesario llegar a ser tigres, bastaría con mandar el mensaje que cuando nos digan , Votarnos . ¿ Votaros? . Por no ser grosero y remedando ,” un mantón de la China-na, China-na, te voy a regalar”. ¡Anda ya ¡y supriman esos impuesto que gravan por dos veces o al menos rebajen . En la Sevilla del XVII cuando pagaban impuestos especialmente los reinos andaluces, y Castilla y Leon aparecieron en la puerta de alguna iglesia impresos con una mujer con grandes pechos caída y se leía algo así que estos pechos me oprimen. Pues levantate.
Naturalmente pechos eran los tributos que se pagaban y pecheros los que los pagaban.