Poco a poco comienza a extenderse entre la ciudadanía un atisbo de comprensión acerca de que los políticos, los estados y los gobiernos no pagan nada. Absolutamente todos los gastos públicos los pagan los contribuyentes con sus impuestos presentes y futuros. Cuando un gobernante anuncia tal o cual medida a bombo y platillo no la va a pagar él de su bolsillo, la va a pagar usted. Puede que la hiperactividad y el entusiasmo de los gobernantes no fuera el mismo si todos los planes que conciben los tuvieran que pagar ellos mismos.
El variado repertorio de medidas “anticrisis” no es una excepción a la norma. Así, quienes han percibido una subvención para comprar un coche nuevo se están encontrando con una desagradable sorpresa en la presente campaña del Impuesto sobre la Renta (IRPF). Resulta que la subvención recibida hay que declararla y tributar por ella puesto que fiscalmente tiene el carácter de un ingreso.
Consiguientemente, es posible que los beneficiarios tengan que tributar ahora hasta un 43%.
- Ingresos entre 5.050€ y 17.360€: 24%
- Ingresos entre 17.360€ y 32.360€: 28%.
- Ingresos desde 32.360€ a 52.360€: 37%.
- Ingresos por encima de 52.360€: 43%.
Naturalmente esto no quiere decir que los contribuyentes aún se beneficien del otro 57%. Como se explicaba al principio, el conjunto de los contribuyentes acabará pagando de uno u otro modo el 100%. En realidad pagaremos más, puesto que este tipo de medidas han conducido al estado a un endeudamiento que habrá que pagar con intereses a costa de nuestros impuestos presentes y futuros.
La buena noticia es que en el caso concreto navarro, a diferencia del ultraprogresista gobierno de Zapatero, el gobierno foral previó esta situación decidiendo que las ayudas percibidas en virtud de los planes Renove quedaran exentas de tributación. Minipunto en este caso para el gobierno navarro.
Un comentario
Un matiz: no sólo Navarra fue ejemplar y pionera, sino que el Gobierno vasco tuvo que convencer a las Diputaciones (en manos del PNV)para que establecieran la misma exención con efectos retroactivos porque habían metido la pata.