Andan en los últimos días el gobierno y los medios, los medios y el gobierno, recalentando la inquietud de la ciudadanía por el número de contagios. No obstante, cuando terminó el estado de alarma hace ya casi cuatro semanas, la incidencia acumulada de los contagios en Navarra a 14 días era de 188 frente a la actual de 139. Es decir, de momento no sólo no estamos peor que antes de acabar del estado de alarma sino mejor y más libres, pero es que llegados a este punto a lo mejor es el momento de preguntarse si sigue teniendo sentido calibrar fundamentalmente la situación de la pandemia por el dato de los contagios.
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El dato de los contagios puede resultar muy engañoso porque el efecto del COVID es totalmente diferente si se trata de 100 contagiados adolescentes o 100 contagiados octogenarios. En el estado actual de la vacunación lo cierto es que los contagios se propagan entre la parte más joven y no vacunada de la sociedad, por otra parte la menos vulnerable a la gravedad del virus. Atendiendo a los últimos datos publicados por el gobierno foral relativos a la distribución de los contagiados por franjas de edad, los grupos mayoritarios son el de menores de 15 años, con un 28%, y el de 30 a 44 años, con un 24%. A continuación, el grupo de 15 a 29 años, con un 22%, y el de 45 a 59 años, con un 19%. Finalmente, se encuentra el grupo de 60 a 75 años, con un 6%, y el grupo de mayores de 75 años, con el 1% de los nuevos contagios.
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Como puede apreciarse entre los mayores de 75 años, donde la vacunación es casi total, apenas hay ya contagios, y comparativamente muy pocos entre los mayores de 60, donde poco se va completando la vacunación. Por consiguiente decir que hoy hay 100 contagios no tiene el mismo sentido que hace un año, ya que los 100 contagiados de hoy excluyen a los más vulnerables. De los 100 contagiados de hoy van a producirse muchos menos fallecimientos e ingresos hospitalarios que de los 100 contagiados de hace un año, por tanto ya no tiene mucho sentido atender tanto al dato de los contagiados para hacer el seguimiento de la pandemia como al de fallecidos y hospitalizados.
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Obviamente todavía no estamos al final del túnel y no se puede bajar la guardia por completo, pero no falta mucho. La situación es mucho mejor que hace unos meses y mejora a gran velocidad. Da la sensación de que algunos gobiernos y sus medios andan a la busca del dato que les pueda permitir reimplantar restricciones, recortes de derechos y situaciones de excepcionalidad. No por la pandemia, sino por la adicción a una forma autoritaria de gobernar. Por el contrario, no sólo resultaría injustificable un retroceso sino que son muchos los derechos que todavía quedan por recuperar completamente. No podemos dejar de estar vigilantes para exigir al gobierno salir de esta crisis sin dejar ni un derecho atrás.
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