Sólo con los días hábiles, a Barcos no le cuadran las cuentas

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Sólo con los días hábiles no le salen las cuentas a Uxue Barcos. De este modo, su defensa ayer intentó presentar el año entero como hábil para llevar a cabo las famosas “reuniones de grupo”, de las que no existe evidencia alguna que se realizaran más allá de la propia palabra de Uxue Barcos. El abogado de Barcos alegó que “según sus presunciones, no quedaban días libres para reunirse. Pero es que los fines de semana, los festivos, las fiestas y meses enteros los retiran en bloque al considerarlos inhábiles para mantener reuniones. Eso es arbitrario”.

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La defensa de Barcos, por tanto, parece que al final descansa tan sólo sobre el argumento de que la ahora presidenta podía celebrar reuniones de grupo en un 25 de diciembre o un 7 de julio. Y no necesariamente en el consistorio sino en una cafetería o en su casa. El argumento resulta más inverosímil incluso cuando se refiere a los meses de verano o a períodos inhábiles en los que no se celebran en el Ayuntamiento plenos ni comisiones. Si la defensa de Barcos tiene que basarse en supuestas reuniones de grupo celebradas en julio o agosto, y el sentido de estas reuniones es preparar intervenciones en plenos y comisiones a meses vista y cuyo contenido ni conocía a esa fecha, resulta difícil aceptar sin reservas la tesis de la defensa y casi podría decirse que de tener que creer en la ubicuidad de la presidenta habría que pasar a creer en sus dotes para la futurología.

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El libro de Barcos como prueba de cargo

La enfermedad de 2011 y el libro («Contra viento y marea») en el que la presidenta y algunos de sus allegados relatan su experiencia fue aportado por Justitita et Veritas como prueba, ya que en el libro, según aportó el abogado de esta asociación atendiendo a la crónica del juicio de Diario de Navarra, se cuenta que en el primer semestre de 2011 sólo acudió a dos sesiones municipales (“tras hacer un esfuerzo sobrehumano”, según un compañero de Barcos), aunque cobró dietas por 60 reuniones en ese período. En el segundo semestre de 2011, según expuso el abogado, el libro explica que se dedicó a descansar con los suyos aunque declaró 86 reuniones en ese período.

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Los abogados discutieron también sobre el nivel de detalle de los viajes de Barcos. El abogado de Justitia et Veritas reprochó a la defensa no haber aportado, pudiendo hacerlo, el detalle de cada viaje. De este modo, la defensa puede alegar que algunos días la presidenta podía reunirse en Pamplona antes de partir para Madrid, pero esta alegación la sustenta en una suposición en vez de en los datos ciertos que podía haber presentado. Dio la impresión de que, para el abogado de Justitia et Veritas, si se puede suponer que algunos días caben viaje y reunión de grupo, es precisamente por no haberse presentado el detalle de los viajes y que por eso no se presentaron. “A nosotros como terceros no nos la entregan, pero a ellos sí. Podían haberla aportado para destruir las presunciones, pero no lo han hecho”. El abogado de Justitia et Veritas argumentó también que, como diputada del Grupo Mixto, Barcos era de las primeras en intervenir por lo que tenía que estar para las 9 en Madrid, no pudiendo por tanto estar reunida en Pamplona.

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La juez y consejera de cuentas, María Antonia Lozano, tendrá ahora que determinar con exactitud cuántas reuniones en Pamplona caben en el calendario. Tendrá que valorar todas las pruebas y argumentos aportados y establecer también no sólo si es posible creer que se celebraron todas las reuniones declaradas, sino si es razonable creerlo (no todo lo posible es creíble) e incluso aceptable, si para ello se precisa incluir las vacaciones y los períodos inhábiles.

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