Socialistas y batasunos y viceversa

Navarra Suma llevó ayer a cabo un movimiento un tanto osado: ofrecer al PSN su abstención en los Presupuestos de Navarra para no tener que negociarlos con Bildu. El PSN tardó lo que una neurona de Alzórriz tarda en echarle un grito a otra, cuestión de horas, en contestar que de ninguna manera, que no era tiempo de vetos ni de exclusiones, que Navarra Suma demuestra una vez más ser un coalición de fachas y antidemócratas y que bajo ningún concepto el PSN renuncia a abrazarse y hacerse mimos con Bildu. Para ser precisos, según se informa, el PSN rechazó la propuesta ya de mañana incluso antes de que Navarra Suma se la presentara formalmente por la tarde.

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👉Alzórriz: “no admitimos chantajes ni vetos, la ciudadanía pide unidad política y presupuestaria para salir de esta pandemia sin dejar a nadie atrás”

✅El PSN-PSOE valora el liderazgo, la responsabilidad y la toma de decisión del Gobierno de Navarrahttps://t.co/wLgocU60nS pic.twitter.com/tTiCvtHdFy

— Socialistas Navarra / ❤️ (@PSNPSOE) October 13, 2020

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La maniobra de Navarra Suma tenía un riesgo evidente y es que el PSN hubiera aceptado el trato. Uno de los grandes activos de Navarra Suma, de todo el que se oponga ahora mismo al PSOE en general, será en el futuro una hemeroteca plagada de declaraciones de los líderes socialistas acusándola de no haber querido cooperar en nada con su maravilloso gobierno. De todos los desastres acaecidos y aún por ocurrir, que el PSOE no pueda decir que hay una responsabilidad compartida en nada. Que de todos los desastres acaecidos y aún por ocurrir, Navarra Suma o el partido que sea pueda alegar en su favor que no tuvo nada que ver y que no cooperó con los socialistas en absoluto. En algún momento del futuro eso será no sólo una enorme bagaje político y electoral sino sobre todo moral.

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Podríamos dudar si Navarra Suma lanzó la oferta esperando que el PSN la aceptara o esperando que la rechazara, pero en todo caso el PSN hizo sin duda lo mejor para Navarra Suma. En caso de que Navarra Suma lanzara la oferta esperanzada en que el PSN la aceptara, por el bien de Navarra, la formación navarrista ya tenía que saber, y si no ya lo sabe ahora, que el PSN no va de la mano de Bildu o de Podemos por necesidad sino por voacación. Desde luego esto quedó más que demostrado ayer cuando a los socialistas se les dio una alternativa a Bildu y escupieron a la mano que se les tendió. Exactamente lo mismo sucede en Madrid. El PSOE está atrapado por la gravedad de un agujero negro radical del que ya no puede salir. Precisamente por eso es tan grave la situación.

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No tiene sentido plantearse un acuerdo con el PSN-PSOE porque siendo imposible, por voluntad del PSOE, decae el debate sobre si sería deseable, que a lo mejor tampoco lo sería. El PSOE ha hecho una apuesta casi existencial que terminará cuando la exacerbación de la agenda política pactada con los comunistas y los separatistas colapse en una implosión cataclísmica. Esto podría parecer muy exagerado hace unos meses, quizá un poco exagerado ahora, pero es de temer que se hará bastante evidente dentro de no mucho tiempo. Para empezar la separación entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial ya ha sido liquidada por completo, aunque los efectos tarden en manifestarse todavía algún tiempo. Es probable que la mayor parte de la población estuviera mucho más alarmada si ayer se hubieran quemado 1.000 coches esta noche en varias ciudades españolas, pero sin embargo es mucho más grave desde cualquier punto de vista, para quien no se niegue a verlo, lo que ha sucedido con la justicia.

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Lo que ha sucedido con la justicia, por otro lado, revela que la voluntad de la izquierda en todo momento ha sido no negociar la renovación del CGPJ. Han buscando el enfrentamiento con toda intención exactamente para llegar a esto, a una reforma legal que les de el control absoluto de la justicia. Este control no puede tener otro sentido que pretenderlo para perseguir a sus rivales, sean inocentes o culpables, y para exculpar a los suyos, sean también inocentes o culpables. No se busca el control con tanto ahínco y pisoteando todas las formas para no hacer después eso. Que es por otro lado lo que está escrito en el manual de cualquier partido subversivo como Podemos.

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A poca gente se le escapa que, de seguir dando uno tras otro el siguiente paso lógico por este camino de radicalismo, llegamos al abismo, pero existen bastantes personas aún que piensan que los socialistas en algún momento se darán cuenta del peligro y sabrán detener la progresión. ¿Pero y si no es así? ¿Y por qué habría de ser así? Sucede para empezar que los errores de uno mismo son mucho más evidentes para los demás que para uno mismo. Si el que tiene que detener el proceso es el mismo que erróneamente ha decidido ponerlo en marcha, descienden las posibilidades de que tenga la claridad mental, la humildad y la valentía de saber parar a tiempo. Por otra parte, es mucho más fácil no tirarse por un tobogán que intentar parar a mitad de camino. La pendiente hacia el abismo acelera la caída a cada segundo y a cada metro. Cada vez es más difícil parar. Una vez iniciada la carrera lo extraordinariamente difícil es parar, no estamparse con la pared.

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La buena noticia es que resulta muy difícil que de esta el PSOE no salga muy mal parado. La mala noticia es el precio que a lo mejor vamos a tener que pagar. Contra la pared no se va a pegar sólo el PSOE sino todo el país. Todo lo que se está haciendo anticipa para este guión un final catastrófico. Ante esta situación es ingenuo ofrecer alternativas, aunque se ofrezcan de buena fe, porque nunca se van a aceptar. La única alternativa política y moral es una oposición total a la ruta hacia el abismo que ha diseñado este gobierno de extremistas, explicando y advirtiendo a la población. Sería deseable que esas explicaciones y advertencias fueran útiles para evitar el desastre, puede que lo sean, hay que trabajar para que lo sean, pero si al final no lo evitan que al menos sirvan para que la población, siquiera a posteriori, sea capaz de entender por qué y cómo ocurrió todo y quién fue el que lo propició.

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