A menudo se nos bombardea con la idea de que vivimos en un mundo injusto y desigual, no ya si nos comparamos con Botswana, sino incluso en nuestra propia sociedad. Y efectivamente vivimos en un mundo y una sociedad desigual, pero no tanto. Es frecuente por tanto pensar cosas como que hay un 1% de ricos que goza del 99% de la riqueza. Este tipo de ideas, a su vez, son las que llevan a mucha gente a pensar que todo puede pagarse exprimiendo a ese 1% de privilegiados y que viviendo en una sociedad tan injusta es inaceptable pedir al otro 99% recortes, esfuerzos o sacrificios. Ahora bien, ¿es real esta visión de nuestra sociedad que tanta gente comparte?
La siguiente imagen muestra la curva de ingresos y recaudación de los contribuyentes españoles. Si realmente hubiera un 1% de ricos que acumularan el 99% de la riqueza, toda la riqueza aparecería en un extremo de la curva. Por el contrario, ¿donde se encuentra acumulada la mayor parte de la riqueza? En el centro de la curva. Ahí es por tanto donde hay que echar las redes para pescar más peces. No se dejen engañar por tanto. La riqueza se encuentra mejor repartida de lo que se piensa y, cuando se habla de subir impuestos o aumentar la recaudación, es en el centro de la curva donde los políticos meten las manos. No por nada, sino porque ahí es donde realmente se encuentra el dinero.
Como hemos subrayado en alguna otra ocasión, huelga recordar que sería imposible pagar el estado del bienestar sólo con lo que se recauda de los ricos. De hecho, incluso doblando los impuestos a los más ricos e incautándonos del 100% de sus ingresos, apenas pagaríamos el 15% del estado de bienestar. Así que ya saben: cuando se habla de aumentar el tamaño del estado y el gasto público, sepan que el 85% lo pagaremos los que no somos ricos.
Para rematar esta reflexión, cabe hacer también un cálculo consistente en dividir el PIB por el número de españoles. Dividiendo la riqueza generada entre la población tendríamos algo así como el salario perfecto, o al menos igualitario. Lo llamativo de hacer esto es que si el PIB estuviera perfectamente repartido la gente no ganaría de media, como podría pensarse, 100 veces más ni 10 veces más de lo que gana, sino como mucho el doble o el triple.
Teniendo en cuenta que el PIB ronda el billón de euros y que el estado del bienestar cuesta casi 500 mil millones, nos quedan otros 500 mil millones a repartir. El resultado sería unos 10.600 euros por cabeza. ¿O se pensaba usted, podemíticamente, que le iban a tocar varios millones si se repartía equitativamente el PIB? Incluso dividiendo únicamente entre la población activa, sólo tocarían a unos 21.000.
Pero en ese caso habría que pagar lo mismo a todo el mundo. Al que dedica años de vida a formarse y cualificarse igual que al que no tiene ninguna cualificación, lo que desincentiva formarse, cualificarse y en general esforzarse, o arriesgar y asumir responsabilidades, que es en general lo que genera riqueza, lo que poco a poco conduce a que el PIB baje y la cantidad a repartir sea cada vez menor. Por no mencionar que al mes de haber repartido todo equitativamente unos habrían doblado su parte y otros la habrían reducido a la mitad, de modo que en unos meses todo volvería a ser tan desigual como antes salvo que una y otra vez volviéramos a repartir. Obviamente nadie se esforzaría por sobresalir en nada si su esfuerzo no iba a tener recompensa o si lo que ganara se lo iban a quitar, lo que explica que en todas partes donde se ensayó el comunismo el resultado fuera un fracaso global. Especialmente para la gente más humilde, por cierto.
2 respuestas
«El día que tengamos en España más creadores de riqueza y menos redistribuidores de la nada, nos salimos». No recuerdo quien lo dijo pero, desde luego, dio en el clavo.
Y con en reparto, «casualmente», algunos, y siempre los mismos, se hacen muy ricos. Eso si, progres. Pero inmensamente ricos. Y sin dar palo al agua.