Decíamos ya el año pasado por estas mismas fechas, partiendo de una información de Diario de Noticias, que Pamplona es, en conjunto, la capital de entre Navarra y la CAV en la que los ciudadanos tenemos que pagar menos impuestos.
La comparativa mostraba que los vecinos de Pamplona (Yolanda Barcina, UPN) pagaban una tasa por la basura que oscilaba entre los 33,21 y los 95,96 euros. Por el contrario en San Sebastián (Odón Elorza, PSOE), había establecido una política “de progreso” más igualitaria, de forma que todos los donostiarras –ricos o pobres- pagan todos 113,14 euros. En otra curiosa demostración empírica de las políticas “de progreso”, Vitoria (Patxi Lázkoz, PSOE) podía presumir del mínimo más alto y el máximo más bajo para esta tasa: 43,16 y 73,42 euros respectivamente. La tasa en Bilbao (Iñaki Azkuna, PNV) oscilaba entre los 10,04 y 126,75 euros. En cuanto al autobús, Pamplona era la segunda capital más barata detrás de Vitoria. Uno de los elementos más terroríficos de la vida urbana, la grúa municipal, costaba en Pamplona 82 euros por los 94 de Bilbao, los 111 de San Sebastián y los 115 de Vitoria.
Con todo, el apartado en el que los ciudadanos de Pamplona salían más beneficiados era en el relativo al impuesto de circulación, que en la capital Navarra oscilaba entre los 17,65 y los 132,32 euros cuando en el resto de capitales el máximo asciendía hasta los 290,88 de San Sebastián, los 265,22 de Vitoria y los 262,10 de Bilbao.
Según decía Diario de Noticias, “un análisis en profundidad permite ver que Pamplona es una de las capitales con cuotas más asequibles mientras que San Sebastián es la ciudad más cara de las cuatro”.
Este año sólo Pamplona y Bilbao congelan los impuestos
Si ya el año pasado las diferencias a favor eran muy apreciables para los ciudadanos de Pamplona, esta año cabe sospechar que las diferencias se mantienen, cuando no han aumentado. Y es que sólo Pamplona y Bilbao han anunciado la congelación el año que viene de las tasas y precios públicos. Los alcaldes más progresistas, por el contrario, han optado por exprimir aún más durante la crisis a los ciudadanos. Es el caso de San Sebastián y Vitoria.
La conclusión final, un año más, es que votar a un alcalde “de progreso” se paga muy caro.
2 respuestas
Jopé, pues yo vivo en Cizur Mayor, Txitxur maior para los regres, y mi alcalde es nazionalista.
Cuando llegue a etxea voy a mirar el recibo de las basuras.
Y ya digo que no me importa pagar más si lo gastan bien, en cosas necesarias y no en bobadas, clases de hip-hop, etc.
Que el hip-hop está muy bien o muy mal pero que nos lo pagamos cada uno y los gestores públicos a gestionar el bien común y no el de los amiguetes.
Pagar impuestos, siempre y cuando su resultado sea palpable en la calidad de vida de la ciudad, no me parece descabellado.
Lo que me parece verdaderamente lamentable es pagar impuestos y tener la sensación de que caigan en saco roto.
Por otra parte, no encuentro del todo acertada la comparación entre Donostia y Pamplona, sobre todo teniendo en cuenta la amplísima oferta de servicios que brinda la ciudad a los donostiarras.
Un pequeño ejemplo: comparad la red de municipal de bibliotecas públicas de ambas ciudades.