Si los jóvenes navarros emigran, ¿es una pérdida o un beneficio?

El titular, del que se han hecho eco varios medios navarros, es que el coste de la emigración juvenil para Navarra es de 1.756 millones de euros. Esta cifra sale de un informe del Consejo de la Juventud de España.

Si se acude a dicho informe para saber cómo se ha llegado a esa cifra, lo que nos encontramos es que simplemente se ha estimado lo que ha costado la formación educativa de todos los jóvenes que han emigrado, contabilizándolo como una pérdida. ¿Pero esto es simplemente así?

Es decir, imaginemos que todos esos jóvenes, que en el caso de Navarra son 3.300 entre 2009 y 2013, se quedaran en Navarra cobrando el paro en vez de ir a buscar trabajo fuera. ¿Eso habría que restarlo o que sumarlo a los 1.756 millones de euros de pérdidas?

Si todos esos jóvenes están en el paro pese a la formación recibida, en virtud de la lógica del informe puede entenderse que el dinero invertido en su educación es una pérdida lo mismo se queden en España o se marchen fuera. Pero si se quedan en España cobrando el paro u otras ayudas y subsidios, además habría que anotar todo ese gasto como otro coste añadido, cosa que se evita si buscan trabajo en el extranjero. Entonces, ¿cuál es problema que provoca la pérdida, que estén en paro o que estén en casa? Salta a la vista que no íbamos a dejar de perder 1.756 millones sólo por retirarles el pasaporte e impedir que se fueran, si no les podemos ofrecer trabajo en Navarra. Y además íbamos a tener que pagarles.

Cabe también preguntarse por qué jóvenes que han recibido una determinada formación tienen que irse al extranjero a encontrar trabajo. En España se nos repite continuamente, especialmente desde el pensamiento progresista, el mantra de que la Educación no es gasto, que es inversión, como si fuera imposible invertir mal el dinero en Educación.

Imaginemos en cambio que en España sólo hicieran falta 5.000 abogados y que en cambio tuviéramos 50.000. Naturalmente habría ó 45.000 abogados en paro, ó 45.000 abogados que tendrían que emigrar ó 45.000 abogados repartiendo pizzas en vez de pidiéndolas desde su bufete. En la base del problema tendríamos una disfunción del sistema educativo. Estaríamos dedicando dinero absurdamente a formar muchos más abogados que los que necesitamos. Es un claro ejemplo de que el dinero también se puede malgastar e invertir mal en Educación.

Y si un titulado en derecho emigrara a Gran Bretaña donde trabajara de camarero o de panadero, ¿es un caso de fuga de cerebros totalmente solucionado? ¿Ha merecido la pena esa licenciatura? ¿Y por qué no encuentra trabajo de camarero o de panadero en España? No suele ser políticamente correcto recordarlo, pero estamos en una etapa de jóvenes españoles que tienen que emigrar la cual llega tras una etapa de recibir millones de inmigrantes viniendo aquí a trabajar. A lo mejor hay o no alguna relación.

Por consiguiente, ¿qué tenemos que hacer para no perder miles de millones invertidos en Educación? Parece que de entrada analizar si todo lo que gastamos en lanzar jóvenes formados al mercado laboral se ajusta a la demanda de ese mercado laboral, ya sea por volumen o por tipología. Es decir, si por ejemplo el mercado laboral demanda tantos universitarios y si concretamente demanda tantos periodistas, tantos abogados o tantos ingenieros como formamos.

Un titular alternativo podría ser el de que a España le cuesta miles de millones de euros invertir en una formación que luego o no se adecúa a la demanda o que el mercado laboral no es capaz de absorber. Por tanto tenemos que adecuar nuestra inversión en formación y/o aumentar el tamaño de nuestro mercado laboral, facilitando el comercio, la competitividad, la contratación y la apertura de empresas.

Siendo esto así, ¿es una pérdida o una ganancia que haya jóvenes que emigren? O a la inversa, ¿es una pérdida o una ganancia que vengan inmigrantes? Pues depende. Pero en este caso parece que la emigración no es el problema, sino una consecuencia del auténtico problema.

http://www.juventudnecesaria.es/wp-content/uploads/2015/02/JUVENTUD-NECESARIA-Informe-completo.pdf

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5 respuestas

  1. «facilitando el comercio, la competitividad, la contratación y la apertura de empresas»

    Mientras no diga el CÖMO facilitar todo eso este artículo es pura demagogia.

  2. El sistema público de educación especialmente la ¿universidad? no proporciona la oferta de licenciados que el mercado y las empresas demandan, porque están dirigidas por políticos con criterios políticos, lo cual explica las causas de su fracaso y del despilfarro, que se incrementa exponencialmente cuando los formamos en batúa, 10 alumnos por aula para un idioma que no se demanda ni tiene salida exterior.

    Y desde luego ningún naziprogre protestaba cuando se iba gente y empresas por culpa de la represión etarra , al contrario, le venía muy bien la limpieza étnica e ideológica.
    La misma que por otros medios va a llevar #elgobiernodelaanexión sin excesiva prisa pero sin pausa.
    Los efectos de la nazificación de la administración y los medios de comunicación pronto lo podrán ver, hasta los ciegos. En la educación lo primero, PAI, C1, todos los días un mordisquito…

  3. En mi opinión es una pérdida tanto lo uno como lo otro. Es una inversión muy difícilmente recuperable. La universidad necesita de profundos cambios, para empezar subir las notas de acceso, y al que las supere, matricula gratuita, siempre y cuando estudie y apruebe. Con segundas y terceras matrículas habría que ir subiendo el porcentaje del coste real que se paga con la matrícula.
    Por cierto, se os ha olvidado incluir a aquellas personas que estudian segundas y terceras carreras porque se aburren, eso también es una pésima inversión. Que yo sepa no tenemos demanda de cuñados que se chuleen en las comidas familiares de todas las carreras que tienen.

  4. Lo expuesto en el artículo, es una de las consecuencias de tener que alimentar una «industria» universitaria planificada claramente con fines políticos. Algunos datos:

    España tiene una población universitaria superior a la de Francia, Alemania o Reino Unido, teniendo estos países una población total superior a la nuestra.

    En España existen 79 Universidades, ninguna entre las 150 primeras del mundo. California, con una población similar a la de España, tiene 10 Universidades, 7 de ellas entre las 150 mejores del mundo.

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