La geografía del buen progresista.
A buen seguro que, cuando ustedes estudiaron geofrafía, nadie les indicó en qué provincia se encontraba la Meseta de los Besos, en qué capital podemos visitar la Plaza del Gozo, o dónde tenemos que alquilar un apartamento para poder bañarnos en el Mar de la Excitación. Esto es porque ustedes estudiaron la versión reaccionaria de la geografía, y no la de Educación para la Ciudadanía. Vean si no este “mapa corporal”, sobre el que hay que arrastrar correctamente la Fuente de la Pasión y otros puntos de interés del GPS progresista.
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El mapa que acaban de contemplar, sin embargo, es un alarde de sutileza. Con él puede que no todos los niños y niñas captaran en toda su magnitud el fino matiz que separa lo erótico de lo retórico. El siguiente mapa se encarga de disipar elegantemente este riesgo. Aquí se trata de que el chaval vaya clasificando las distintas zonas de su cuerpo en base a la cantidad de placer que le proporcionan al alumno. (Nota: el cartel del Plan E, estratégicamente colocado, es una aportación de Navarra Confidencial que no figura en el mapa original en absoluto).
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La guía no sólo limita sus lecciones a la geografía. Es también una guía de autoayuda. Así, invita a vivir la masturbación positivamente, individualmente o en grupo, para de este modo favorecer la autoestima y los valores personales (sic). Y con todo esto, ¿ustedes se pueden explicar que todavía haya padres que se opongan a esta asignatura?
Derechos Humanos y Constitución.
Este material didáctico abunda por lo demás en disquisiciones sobre cómo la orientación sexual responde a un complot machista y no a que, como en el resto de especies, exista una atracción biológica entre el macho y la hembra de la especie. También habla sobre la homosexualidad, el aborto, los anticonceptivos, la píldora del día después, todo ello en un sentido progresista, es decir científico, es decir indiscutible. Todo ello garantiza un mañana idílico sin violencia, sin embarazos no deseados y sin conflictos personales a las próximas generaciones de españoles. Tanto más a las mujeres que, gracias a esta asignatura imprescindible y desde su más tierna infancia, ya no tendrán que acarrear míticos complejos sobre el tamaño de sus pechos ni crecer con la perturbadora incógnita vital y existencial de si será cierto que da más placer un pene grande (sic). La niña pregunta; la EpC, responde. Y pensar en todo el tiempo que antes se perdía en el colegio estudiando filosfía o las capitales.
