¿Por qué la izquierda radical se dedica a inventarse extravagancias o a molestar a los creyentes?
Hace unos días, toda España contemplaba con indignación las imágenes de unos hinchas del PSV arrojando monedas a una mendigas rumanas en Madrid. Los hinchas obligaban incluso a las rumanas a bailar o hacer flexiones a cambio del dinero. Alguien podría haber titulado la escena de la siguiente manera: desde que Podemos manda en el Ayuntamiento de Madrid, los pobres tienen que humillarse ante los turistas extranjeros para conseguir unas monedas. Si lo sucedido hubiera ocurrido en una ciudad con un ayuntamiento del PP, sin duda ese hubiera sido el enfoque de todas las noticias. ¿Pero a qué viene esta reflexión?
Pues obviamente a que en la ciudad de Madrid, aunque haya una alcaldesa de Podemos, sigue habiendo mendigos. Allí donde los populistas llegan al poder ni las calles se limpian solas, ni el paro desaparece, ni la gente tiene una renta básica sin trabajar, ni mejoran los hospitales porque sí, ni la educación es mejor sin que los alumnos se esfuercen. De hecho, es probable que todo esto empiece a empeorar. En Navarra, sin ir más lejos, vemos cómo la sanidad y el paro empeoran, mientras que la libertad de elección en la educación desaparece por momentos, salvo la libertad de elegir vascuence. Por lo demás, la gente tiene el mismo coche, lleva a sus hijos al mismo colegio con los mismos profesores (salvo que sean castellanohablantes o quieran el PAI), vive en la misma casa, tiene el mismo trabajo, va a los mismos bares y restaurantes, liga lo mismo, lee el mismo periódico y básicamente hace la misma vida.
Incluso en Grecia, la llegada de los izquierdistas radicales más radicales sólo sirvió para que los griegos tuvieran que tragar, en vez de rescate, rescate y medio, con todos los recortes y ajustes aparejados. El populismo no puede repartir una riqueza que no existe, que no produce o que no le prestan.
¿Por qué la izquierda radical tiene que dedicarse a procesionar vaginas, inventar reinas magas republicanas, cambiar los nombres de las calles o ir a los actos oficiales vestida de Spiderman? Una posible explicación, o por lo menos un factor relvante entre otros, es porque lo realmente importante no son capaces de cambiarlo ni mejorarlo.
¿Cómo justifican su llegada al poder los populistas si, en lo importante, el mundo sigue siendo igual después que antes de su llegada al poder? Pues con todo ese catálogo de gestos ofensivos que por lo demás no tienen ningún sentido, pero que satisfacen a la parte más radical y sectaria de su parroquia. A fin de cuentas la UE y los mercados no van a preocuparse por si se le cambia el nombre a una calle, se monta una exposición anticatólica o un sujeto va a los actos oficiales disfrazado de Spiderman.
Naturalmente hay también una parte que es odio, nada menos, pero tampoco nada más. Y no es que los gestos no sean importantes, puesto que lo son y mucho, y pueden deteriorar mucho la convivencia, pero son gestos, y los gestos, gestos son. Subir los impuestos, en cambio, no es un gesto. A falta de resultados objetivos, los gestos convencerán a una parte de la población durante un tiempo. Casi podría enunciarse como principio que a menores resultados puede ofrecer un gobierno populista, más aspaviento, más gesto, más ocurrencia (por no decir más parida). Puede que todo lo dicho no resulte una explicación satisfactoria, pero alguna explicación habrá que buscar al auge, o por lo menos a la institucionalización del exabrupto, como si la sociedad española estuviera experimentando un retorno a la adolescencia.
Volviendo al caso de las mendigas rumanas: si en vez de flexiones los hinchas del PSV les hubieran propuesto sexo a cambio de dinero, muchos de los que hoy protestan hubieran dicho que era un intercambio aceptable libremente asumido por adultos en pleno uso de sus facultades. ¿O acaso alguien se cree que las prostitutas rumanas, algunas de las cuales seguramente se anuncian en algunas publicaciones de progreso, tienen motivaciones distintas para realizar actos sexuales que las mendigas rumanas para hacer flexiones? Sin embargo, en vez de proponerles sexo, esos hinchas extranjeros sin corazón les propusieron que hicieran flexiones. ¡Escándalo! Desde luego que lo es, pero eso y también lo otro. Aceptamos lo uno como parte del paisaje por estar acostumbrados y nos indigna lo otro porque somos fácilmente impresionables. Nos quedamos en el gesto, el cual sustituye al razonamiento, lo que nos devuelve a la tendencia actual en la política del país y a la tesis principal del artículo.
4 respuestas
Para un nacionalista (vasco en este caso), sólo existe un Dios, El Batúa , y Sabino es su profeta. Todo lo demás sobra, sobre todo la Iglesia.
Para los neocomunistas Dios es Trino, Marx, Engels y Lenin, y el de la coleta es su profeta , el cristianismo por tanto sobra.
Eso si, si les conviene, se convierten al politeismo, adorando a los becerros de oro del Batúa y del Marxismo batasuno, o del leninismo podemita.
¿Por qué? Para mí es evidente: pura envidia. Y de ahí al odio no hay ni medio paso. Odio al que se esfuerza y vive bien gracias a su propio esfuerzo, iniciativa, libertad y respeto a los demás. Todo eso a la izquierda le produce erisipela, no lo soportan y lo odian.
Y ahora cuéntenme lo de la solidaridad de la izquierda, la conciencia social de la izquierda y demás milongas de la izquierda y lo malísimos que somos los que no somos de izquierda. Ja.
Amedentrar,insultar,humillar al que pone la otra mejilla es muy fácil…estos que se ponen del lado del yihadismo por cobardía…porque saben que la herrico saldría volando de un bombazo si se meten con el cortan o Ala…..son unos cobardes encapuchados….porque nunca dan la cara…siempre cubiertos y por la nuca…
Navarrisimo, el argumento de «a ver si hacen lo mismo con los musulmanes…» me parece que esta un poco ajado, ¿no cree que deberíais ser más imaginativos?
Su tesis está errada, porque confunde las motivaciones. Se lo explico con un ejemplo; si un ladrón rubio me atraca con una pistola no dudaré en darle todo el dinero que llevo, pero si un ladrón moreno me atraca desarmado tal vez valore si se lo doy o no.
Según su tesis, yo actúo de diferente manera cuando se trata de un atracador rubio que cuando se trata de otro moreno; pero en realidad, lo que me ha condicionado ha sido el hecho de que uno de ellos portase un arma y el otro no.
Además, en su ejemplo usted mismo establece una equidistancia entre esa parte fanática de la religión musulmana y todo el catolicismo en su conjunto. Ni el más maquiavélico de los enemigos del cristianismo se había atrevido a llegar tan lejos como usted con su razonamiento.
Por último, vivimos en un estado de tradición católica y la educación de la mayoría de españoles ha sido en base a esa religión, aunque ya cada vez menos. Por eso es normal que cuando hablamos y criticamos las religiones enfoquemos la crítica más a la religión católica. Aunque como todas las religiones tienen unas raices muy parecidas y utilizan unos mecanismos de culto y funcionamiento muy análogos, en la mayoría de los casos las críticas son perfectamente extrapolables.