Sanz anunció que en el programa con el que se presentará a la investidura "va a haber muchos guiños" al PSN. Aunque dicho programa recogerá "el pensamiento político que anida en los programas de UPN y CDN", Sanz afirma que "existen muchísimas similitudes y muchos ámbitos para la aproximación, donde es posible el entendimiento y el acuerdo con el PSOE".
El presidente en funciones también reafirmó su confianza en Zapatero al renunciar a exigir al PSN-PSOE ninguna garantía de estabilidad, porque "un texto escrito no tiene porque tener más validez para garantizar una cierta estabilidad que el pronunciamiento público de Blanco". Sanz, en este momento, debe ser la única persona del mundo que ve el más mínimo atisbo de seguridad y estabilidad en el PSN, y que consideraría a Blanco y Zapatero sus garantes.
Confirmando que, desde que Ferraz le puso en la boca el caramelo de la presidencia, Sanz ve a Zapatero bajo una nueva perspectiva mucho más luminosa, el candidato ha justificado algunas actitudes del pasado explicando que "UPN no ha dicho que Zapatero iba a vender Navarra", a pesar de lo cual no tiene empacho en reconocer que "lo que hemos dicho es que Navarra ha estado encima de la mesa en el llamado proceso, y es evidente que ha estado".