Que las cosas van de mal en peor ya se está notando en los prolegómenos de los Sanfermines. ¿Un ejemplo? Es frecuente que algunas empresas, para agasajar a sus clientes, compren algunas entradas para los toros en el tendido de sombra durante los Sanfermines. Estas entradas suelen adquirirse en la reventa y es una costumbre en la que a menudo existe una clientela fija para los reventas. Hasta este año, a los reventas les quitaban las entradas de las manos incluso al triple de su precio. Sin embargo, a menos de un mes para las fiestas, este año está habiendo problemas para colocar las entradas. No al triple de su precio, sino al precio marcado en la entrada.
Otro síntoma. Por primera vez desde los años setenta, podría haber abonos que no se renueven a causa de la crisis, a pesar de que los precios se han congelado. Los abonos se renuevan anualmente y se pierden si no se renuevan. Es la primera vez en muchísimos años en que podría apreciarse que no se renuevan abonos por razones económicas.
Significativo sin duda también resulta que los hoteles importantes de Pamplona, entre ellos alguno de los más señalados, tengan a estas alturas habitaciones sin reserva.
Un fenómeno similar se aprecia también en los restaurantes más emblemáticos de la ciudad. Hasta este año, y pese a que estamos hablando de los establecimientos más caros, resultaba virtualmente imposible reservar una mesa a estas alturas del calendario. Algo que ya no resulta imposible este año.
Característico también de los Sanfermines es el arrendamiento de algunos bares que, durante esos días de fiesta, se alquilan a terceros por un elevado precio. Este año se observa que los propietarios están teniendo que bajar mucho ese precio.
Consecuencia de todo lo anterior, y que la crisis es un fenómeno que afecta a todo el mundo, es que asimismo se espera una afluencia predominante, aún más que en el pasado, de turistas low-cost a los Sanfermines. O por lo menos resultarán porcentualmente más representativos por la disminución del turismo de calidad este año.
El colofón de todos estos síntomas que se van acumulando, y que también tienen su traducción en la congelación de los presupuestos sanfermineros del consistorio tras la rebaja del año pasado, es que quizá habrá que recuperar de nuestro ingenio las esencias más castizas de la fiesta, porque este año la fiesta se divorcia de la cartera.
Un comentario
Que los reventas se quedan con -muchas- entradas en el bolsillo lleva pasando desde el año 2006, se lo aseguro. Que los hoteles NO llenan -ninguno, pese a lo que digan- ni siquiera el día 6 y 7 es otro hecho que le puedo confirmar con mis propios ojos, desde el año 2005.
¿No será que esta fiesta de la que «tan orgullosos» nos sentimos ha dejado de ser lo que era? ¿No será que le gente busca otras cosas?. Sólo le diré por comparación que la Feria de Sevilla llenó TODAS las plazas hoteleras de la ciudad, a un precio medio de 175€. TODAS. Hace seis semanas, desde el lunes de pescaíto hasta el domingo de feria.
¿El problema es la cartera o el problema es «esta» fiesta?