Pedro Sánchez aprovechó su entrevista en Salvados con el Follonero para arrojar luz, una vez descabalgado de la secretaría general del PSOE, sobre su visión del populismo y el independentismo. Respecto a lo primero apenas merece la pena detenerse sobre ello, porque la solución más simple a su problema sería que se afiliara directamente a Podemos, una solución mucho más simple que convertir al PSOE en Podemos por evitarse un sencillo papeleo.
En cuando a su nuevo enfoque respecto al separatismo, Sánchez explicó que el problema con Cataluña (con los nacionalista catalanes, por afinar más) «sólo se va a poder resolver votando». Eso sí, Sánchez propone que lo que se vote sea una reforma de la Constitución, la cual refleje que «España es una nación de naciones” y que “Cataluña es una nación dentro de otra nación que es España, como lo es también el País Vasco, y esto es algo de lo que tenemos que hablar y reconocer». Una reforma constitucional en estos términos serviría según él “para que Cataluña como nación que es se sienta integrada dentro de España».
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¿Y cuáles son las naciones que componen España?
Si se define España como una nación de naciones, habría que reclamar a Pedro Sánchez una enumeración precisa de las naciones que componen España. Sánchez citó en su entrevista dos: Cataluña y País Vasco. ¿Cuáles son las demás naciones que componen España? ¿La nación de Murcia? ¿La nación de Madrid?
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A nadie se le escapa que España no es, por ejemplo, la suma de la nación de Cataluña y de la nación de La Rioja. Todo lo que quedaría restando a España la nación vasca y la nación catalana sería… la nación española menos el País Vasco y Cataluña. La trampa en la que ha caído Pedro Sánchez es no darse cuenta de que si eliminamos a Cataluña y al País Vasco lo que queda no son otras 15 naciones, sino la nación española, que sería otra nación, justo lo que quieren hacer ver los nacionalistas. Convertir a La Rioja o Madrid en naciones, para que sumadas a Cataluña y la CAV se forme una nación de naciones llamada España, es tratar de crear una realidad que refleje la definición en vez de crear una definición que refleje la realidad. Por otro lado eso es lo que ya se intentó para aplacar a los nacionalistas con el estado de las autonomías, al margen del nombre que le pongamos, y por tanto lo que lleva 38 años fracasando, al menos para resolver este asunto. Hablando de naciones, ¿qué territorios componen la nación del País Vasco? ¿Cree Pedro Sánchez que diciendo que el País Vasco es una nación problema terminado?
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¿Qué diablos es una nación?
La teoría clásica de Derecho Político establece que existe un doble concepto de nación. Por un lado está la nación en sentido étnico, formada por las personas que comparten una serie de rasgos culturales o raciales, como los apaches, por ejemplo. Por otro lado tenemos el concepto de nación en sentido político, compuesto por el conjunto de personas que viven dentro de un mismo sujeto político, habitualmente un estado.
El concepto de nación étnica es casi imposible confundirlo con el de nación política en los tiempos actuales. En casi todas las naciones en sentido político conviven diversas nacionalidades en sentido étnico. Tampoco hay una razón por la que todas las personas pertenecientes a la misma nación étnica tengan que vivir en una misma nación política. La última gran defensa de la nación étnica identificada con la nación política, excluyendo a los nacionalistas, la llevó a cabo Adolfo Hitler con resultado bien conocidos. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial a nadie se le ocurre que las naciones políticas tengan que identificarse con las étnicas, acaso con la salvedad de Yugoeslavia y la guerra desencadenada en consecuencia.
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Por el contrario, ya mucho antes del nazismo se podía comprobar que en cada nación lo normal era que convivieran personas de diversas culturas, con distintas razas y procedencias. Por otro lado, la realidad ha desfasado ideas como que todos los blancos o todos los que hablan inglés tengan que formar un sólo estado. Es decir, que ni todos los que son de una raza o hablan una lengua tienen que vivir en el mismo país, ni un país tiene que estar poblado por habitantes que sean de la misma raza o hablen una sola lengua. Lo normal es que se hable una lengua común y muchas particulares o que haya personas de diversas razas, culturas, creencias y procedencias.
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Por todo lo anterior, lo que Pedro Sánchez está defendiendo es que Cataluña y la CAV son naciones en sentido étnico a las que hay que reconocer además como naciones en sentido político. Lo primero no tiene sentido porque no es el PSOE el que tiene que reconocer las naciones étnicas, sino los antropólogos u otros estudiosos. Por lo demás, salta a la vista que el propio País Vasco o Cataluña no son naciones siquiera en sentido étnico. Hay rasgos culturales comunes a muchos habitantes de la CAV o Cataluña que a su vez son comunes a muchos habitantes de otras regiones españolas, como Valencia y Aragón respecto a Cataluña o Navarra respecto a la CAV. Por otra parte, ni todos los vascos ni todos los catalanes forman una unidad cultural, racial o lingüística. Puestos a reconocer una nación en sentido étnico, miren ustedes mismos el cuadro. Salta a la vista que España, más que una nación, es casi una familia, y que Pedro Sánchez tiene apellidos catalanes de toda la vida.
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Hay vascos que hablan vascuence y otros que no, pero es que aprender vascuence no convierte a nadie en miembro de la nación vasca, por la misma razón que aprender inglés no convierte a nadie en miembro de la nación inglesa. No tiene sentido pensar que un negro musulmán que aprenda vascuence forma parte de la nación vasca mientras que un vitoriano blanco, cristiano y vascoparlante no. Y si ambos forman parte de la nación vasca será entonces por algo que no tenga nada que ver con la lengua, con la cultura ni con la raza. Es por eso que la nación vasca no tiene sentido ya como nación étnica sino como nación política. Obviamente habrá personas que sientan como propios unos rasgos peculiares que compartan con unos españoles y con otros no, o con unos catalanes o unos navarros y con otros no. Es absolutamente normal que suceda esto. No es malo que suceda. Es respetable. Es bueno. Las diferencias existen, vivimos en un sistema de círculos concéntricos, no hay que elegir entre papá y mamá, es una autolimitación absurda. No tiene sentido romper los lazos comunes con todos los demás vecinos y crear un estado en base a cada una de esas diferencias, o uniformizar a todos los vecinos para crear una diferencia en base a la cual crear un estado. Obligar innecesariamente a elegir entre papá y mamá es lo que perpetúa el conflicto, ¿o alguien cree que obligados a elegir, no todo el mundo elegiría a la madre o al padre?
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Cataluña cabe en la nación política española, pero España no cabe en la nación política catalana
Ahora bien, si asumimos que el concepto de nación étnica se encuentra desfasado, incluso de frontera catalana o vasca para adentro, y que en la actualidad sólo pueden resultar viables las naciones en sentido político, entonces no tiene sentido reconocer a Cataluña o el País Vasco como naciones en sentido étnico, pero menos aún como naciones en sentido político, puesto que entonces Cataluña sería una nación política y España otra nación política distinta.
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3 respuestas
Hemos llegado a un punto interesante. Ya no sé si apoyar a grito pelado a que SANCHEZ gane el congreso del PSOE , y lo mande definitivamente a la tumba….o confiar en que el PSOE por fin se convierta en un partido socialdemócrata europeo con una base liberal y democrática. Es más factible lo primero, porque para lo segundo el PSOE tiene que refundarse, presentarse en Cataluña contra el separatista PSC, expulsar a todos los que han criado odio cainita que son muchos, y volver a atraer a muchos que se fueron a UPyD y Ciudadanos.
Así que griten conmigo:»Viva Pedro Sánchez…¡VIVA!»
Buen análisis de NC sobre el concepto de nación. Los nacionalismos son el cáncer de la vieja europa. Estas mierdas en América no pasan, ni en el norte ni en el sur.
Javichu (2): Europa se escribe con mayúsculas. En América también hay problemas de separatismo: Canadá, Bolivia. En Puesto Rico están bastante hartos de los EEUU. Los separatistas o secesionistas no debieran llamarse nacionalistas precisamente porque son contrarios a su nación o patria.
El patriotismo o nacionalismo es necesario para la convivencia y la cohesión social. Hungría y Polonia son buenos ejemplos. Defienden sus intereses nacionales frente a la masiva invasión extranjera.