Corría el año 2016 cuando la izquierda global oscilaba entre no poderse creer la victoria de Trump y negarse a aceptar el resultado electoral, como el grupo de celébritis encabezado por Martin Sheen que pedía al Colegio Electoral que desoyera el resultado de las urnas e impidiera el nombramiento del ganador. Sin embargo, hete aquí que entre todas las izquierdas terráqueas hubo una formación que rápidamente dio el paso de felicitar a Trump por su victoria de la manera más efusiva, y por sorprendente que parezca y más ahora a la vista de los acontecimientos resulta que aquella formación fue nada menos que Bildu.
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La encargada de trasladar la enhorabuena de Bildu a Trump fue Marian Beitialarrangoitia, la portavoz de la formación abertzale en el Congreso de los Diputados, a través del embajador de los EEUU en España, James Costos.
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La carta, más allá de una fría notificación, es más bien una calurosa felicitación en la que Bildu expresa a Trump “nuestras más sinceras felicitaciones” y le traslada “nuestra absoluta disposición” a “seguir cooperando y trabajando con el nuevo Gobierno de Estados Unidos”.
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Apelando a los “lazos históricos que a través de la numerosa diáspora vasca unen a nuestros respectivos países” y a las “importantes relaciones comerciales existentes”, la portavoz le indica a Trump que “desde EH Bildu, deseamos seguir estrechando las relaciones entre nuestra coalición y el Gobierno de los Estados Unidos de América.”
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La felicitación parece que suscitó algunas diferencias en el seno de la coalición abertzale, pero es obvio que pese a esas diferencias la carta se envió en su literalidad y que negar la efusividad es absurdo o no hubiera habido diferencias. Más aún, podría pensarse que tales diferencias son una mera pose de Bildu de cara a su propio electorado, una forma de nadar y guardar la ropa alegando que había gente contraria al envío de la misiva para mitigar el descontento. También desde Bildu se alegó que se trataba de mera diplomacia, pero salta a la vista que Bildu no es un estado, que carece del tipo de responsabilidades que imponen ciertos dilemas diplomáticos y que, en todo caso, formaciones como Bildu se caracterizan por usar ese tipo de conflictos diplomáticos para azotar a quienes precisamente los resuelven de esta misma manera. Por lo demás parece bastante obvio que la carta de Bildu excede los mínimos de la mera diplomacia y la fría formalidad.
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Ahora que llega el momento de rasgarse las vestiduras y sumarse a la lapidación de Trump, no está de más recordar este tipo de episodios que nos recuerda la hemeroteca. Tampoco está de más para evitar dudas reproducir la carta de Bildu a Trump en su peculiar literalidad.
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A la atención del Sr. James Costos
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En nombre de la coalición vasca EH Bildu, le queremos trasladar a usted, al Gobierno de los Estados Unidos de América, así como al pueblo americano, nuestra más sincera enhorabuena por las democráticas y vibrantes elecciones celebradas el pasado martes.
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Así mismo, queremos trasladarle nuestra absoluta disposición, tal y como lo hemos hecho durante estos últimos años, a seguir cooperando y trabajando con el nuevo Gobierno de Estados Unidos.
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Los lazos históricos que a través de la numerosa diáspora vasca unen a nuestros respectivos países son un claro ejemplo de los valores que compartimos ambos. También cabe recordar las importantes relaciones comerciales existentes entre los dos países.
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En ese sentido, también queremos trasladarle que desde EH Bildu, deseamos seguir estrechando las relaciones entre nuestra coalición y el Gobierno de los Estados Unidos de América.
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Por último, le rogamos traslade al nuevo Presidente electo de los Estados Unidos, el Sr. Donald Trump, nuestras más sinceras felicitaciones. Muy atentamente.
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Marian Beitialarrangoitia Lizarralde
(Portavoz de EH Bildu en el Congreso de los Diputados)
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