Roberto Jiménez, el antiestético

“.

«No fue estético que cobrásemos triples dietas en Caja Navarra”. Así lo reconocía la semana pasada Roberto Jiménez en una entrevista en el Diario de Navarra.

Una vez archivado por el Supremo el caso CAN, la pregunta para el líder del PSN era si a fecha de hoy le seguía pareciendo ético su comportamiento.

Roberto Jiménez, como decíamos, se limitó a reconocer que no era “estético”.

El líder del PSN, no obstante reconocer que las triples dietas no eran estéticas, no le parece mal el hecho de haberlas cobrado (no ha devuelto un euro, a diferencia de otros) sino que piensa que para cobrar ese dinero “hubiera sido mejor hacerlo de otra manera”.

Toda una declaración de principios.

Según él, “el trabajo en la Caja no es llevarte la pasta por ir a las sesiones”, sino que “hay un trabajo detrás” y que “me reuní infinidad de veces por petición de gente de la Caja con miembros del Gobierno de España, entidades, contactos de otras cajas…”.

Evidentemente, eso mismo podían haber dicho Yolanda Barcina, Miguel Sanz o cualquier otro miembro de la Permanente o la Junta de Fundadores para justificar sus propias dietas.

El asunto es que la oposición nacionalprogresista se jugó toda su estrategia en el caso CAN a la carta de que jurídicamente las dietas de la Permanente fueran ilegales mientras que el resto de dietas fueran legales.

Una vez determinado judicialmente que todas las dietas fueron legales, cosa que era de prever, el caso queda reducido a términos morales. O estéticos, que diría Jiménez.

Pero resulta si todas las dietas eran legales, ¿en que eran más estéticas las tridietas de Roberto Jiménez que las de Yolanda Barcina?

¿Cómo reclama RJ dimisiones por dietas que eran tan legales como las suyas aunque igual de antiestéticas?

Si las dietas de Barcina eran legales, ¿por qué tenía que dimitir la presidenta? Y si sólo eran antiestéticas, ¿por qué no empieza entonces por dimitir él?

Y si todo era una cuestión de ética y no de legalidad, ¿dónde queda también el discurso de quienes pedían la cabeza de Barcina, pero se hubieran abrazado a Roberto Jiménez para gobernar con él?

Este es el nivel ético de la política navarra en este momento.

Y a los ciudadanos ni siquiera nos queda el mando de una bodega para consolarnos.

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6 respuestas

  1. Hoy parece que NC se siente molesta por la constante doble vara de medir que se usa profusamente en los lares forales, y no la culpo porque yo también estoy hasta los mismísimos y pienso como la mayoría en dónde se pueden meter las varas del demonio.
    Y en cuanto a las dobleces, prefiero el doble de Bob Jiménez submarino al pitillero original. Bob Esponja, el amarillo, es mucho más ético y estético. Confiaría en él más para hacer un presupuesto foral que en su tocayo navarro. …Y hasta en su amigo Patricio. Por lo menos no tiene maldad alguna.
    Y como verán, a diferencia del conglomerado nazionalsozialista con Cristina Cifuentes, yo no le deseo mal a Bob o a Don Corellone, sino salud a borbotones…pero siempre lejos de nuestros dineros.

  2. Esta claro que la política es una carta de manjares que no se abandonan tan fácil,eh bob,la pena es que hay tan poco nivel dentro,tan poco,que así nos va,y con el problema principal de Navarra,que no es el paro,quien quiere trabajar,trabaja,sino el ataque continuo y diario del Nazionalismo Vasquifrenico a Navarra,estos Socialistas,no tienen perdón con su doble juego que traiciona a Navarra.

  3. La estética puede referirse a varias cosas en este artículo. En primer lugar, a la horrible foto, que muestra la natural falta de elegancia y saber estar de este lelo.¿¡Que es ese horrible escorzo que traza con el cuerpo a modo de lánguida odalisca en el diván?¿Qué es eso que lleva en la muñeca? ¿Un reloj o una cabeza de ajos?. Y luego esta la otra estética. El señor Jimenez, como su amiguito Caro, o Catalán, o caballero, se vendieron a Goñi lo mismo que los componentes de «la permanente», y merecen la misma reprobación que estos.

  4. Están Vds. en un error si piensan que la célebre frase “Estos son mis principios… y si no le gustan, aquí tengo otros», la pronunció Groucho Marx; en realidad quien la dijo fue «Bob» Jiménez después de leer (o de que le leyeran) a Carlos Marx.

    Por otro lado, amigo Liberal, debe Vd. saber que la susodicha fotografía que comenta es el resultado de los utilísimos cursos que imparte la UGT sobre «estética, elegancia y glamour» cuyo ponente, en el apartado de relojes es, nada menos, que el L.A. Cándido Méndez.

  5. La Junta de Entidades Fundadoras era un «órgano» de informe de la marcha de la entidad a sus fundadoras. Por tanto, no tenía otra función que recibir información (lo que es un enjuague y una chorrada, porque el Gobierno Foral tenía el Protectorado de la entidad, y la inspección fiscal, financiera, administrativa de la misma, y por tanto, no necesitaba «participar» en ninguna «»Junta» ad hoc para recibir toda la información y ejercitar todas las facultades que tenía para supervisar y corregir el rumbo y cambiar al capitán del barco.

    La mera creación de una «junta de fundadores» debería haber sido vetada por el Gobierno y el banco de españa, como una descarada maniobra de tener en un redil y a «dieta» la autoridad reguladora de Navarra. No es que sea un contrafuero, es que es una captura del regulador.

    Es como si VW tuviera en una comisión informativa, y ricas dietas, a los inspectores de trabajo de Navarra, que luego van a Juzgar la aplicación de las normas laborales por la entidad.. Oigan, ¿No les resultaría sospechosillo que no vieran nunca irregularidad alguna? ¿que no hicieran nunca ninguna inspección? Y ¿no les resultaría francamente incomprensible que luego e esto, VW fuera objeto de un escándalo laboral?

    Eso es la cuestión de fondo que el Supremo ha mirado sin ver. Yo no digo que no hayan querido ver. Pero ya sabrán que para ver, hace falta algo más que tener ojos.

  6. Ningún estamento judicial ha determinado que «todas las dietas fueron legales», como afirman en el artículo. Ni Barcina, ni Sanz, han sido absueltos, simplemente no se les ha juzgado, seguramente para evitar hacer jurisprudencia que pudiera afectar a otros políticos más relevantes.

    Y nadie ha devuelto el dinero cobrado por asistir a la junta de fundadores. Nadie. Ni Barcina. Ni Sanz. Ni Maya. Ni Miranda. Lo que se ha devuelto es el dinero cobrado por asistir al invento extra-estatutario y masónico de la junta permanente.

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