> N. C. Según han confirmado fuentes policiales, parece que el ampuloso Alto el Fuego Permanente de ETA, pese a su afán de eternidad, no ha sido más que otra trampa de la banda terrorista para sacar tiempo y poder rehacer su maltrecha organización. De acuerdo con El Confidencial Digital, «se ha aprovechado el alto el fuego para un profundo cambio organizativo, diseñar otro tipo de comando e incorporar jóvenes». Los expertos consideran que ETA era consciente que sus dificultades de los últimos tiempos se debían al alto grado de infiltración e información de que disponían las fuerzas de seguridad. Por ello, en esta nueva etapa puede haber optado por el modelo organizativo que han popularizado grupos como Al-Qaeda: estructura a base de células independientes, cuyos miembros tampoco tienen relación entre sí. Sólo se reúnen para cometer los delitos y evitan cualquier tipo de conocimiento mutuo o relación personal, lo que hace más difícil la persecución de la justicia e incrementa el riesgo de atentados brutales. «Los servicios policiales detectaron la ‘desaparición’ de unos trescientos jóvenes vascos, que se habían significado en los alborotos callejeros de la ‘kale borroka’, y de los que no se tiene noticia. Se piensa que de aquí van a salir los pistoleros de la nueva ETA». El reciente robo de armas también se enmarca en la nueva estrategia, ya que los etarras pretender contar con armamento que no esté controlado por la policía.