Suiza se propone celebrar un referendum para decidir el establecimiento de un salario universal, fijo e incondicional de 2.000 euros para vivir por la cara. «Este salario permitirá liberar a la gente de la obligación de trabajar para ganarse la vida«, según Oswald Sigg, miembro del grupo impulsor de la iniciativa. No es una extravagancia de los suizos; a fin de cuentas, buena parte de nuestro país también se cree que los servicios públicos se pagan con dinero caído del cielo. He aquí algunos datos:
Aquí nadie saca la carrera sin repetir curso
Según los datos aportados durante el debate parlamentario por el ministro de Educación, José Igancio Wert, solo el 33% de los universitarios españoles obtiene el título sin repetir curso. Es decir, que los contribuyentes tienen que pagar al 67% de los alumnos universitarios más de una vez el mismo curso. El resultado es que las facultades españolas vomitan anualmente al mercado laboral un número inusitado de licenciados, pero ni una de nuestras universidades se encuentra entre las 150 mejores del mundo y el paro entre los universitarios no tiene parangón en el mundo desarrollado. En cambio, nuestro gasto en educación superior sí que resulta equivalente (1,2% del PIB) al del resto de países desarrollados.
Un tercio ni siquiera se titula
A los datos anteriores hay que añadir el hecho de que en España se produce un 30% de abandono universitario. La cifra resulta aún más espectacular si la compramos con el 16% de abandono universitario de los países de nuestro entorno europeo. Todo el dinero invertido en universitarios que abandonan los estudios se puede considerar, en gran medida, una inversión fallida. Pagada, eso sí, con el dinero de todos.
Navarra, el coste por crédito más caro de España
El debate de si los repetidores deben pagar un suplemento al obligar a los contribuyentes a pagarles dos veces el mismo curso cobra especial interés en Navarra, debido a la cantidad de recursos que dedicamos a los estudios universitarios. No en vano, los estudios universitarios en la Comunidad Foral ostentan el coste por crédito más alto de España (15,53 euros frente a los 12,24 euros en la Comunidad Valenciana, la más barata). Yolanda Barcina ha declarado tanto que “ningún navarro dejará de ir a la Universidad por falta de recursos”, potenciando las becas, como que «me parece lógico que los alumnos que están en la Universidad muchos años no tengan que estar financiados por todos en este momento, sobre todo, con las dificultades económicas que tenemos«.
El debate de fondo, sin embargo, no es entre alumnos con recursos o alumnos sin recursos, sino si unos tienen que esforzarse para pagar la falta de interés o la falta de talento de otros.
5 respuestas
Además, un alto porcentaje de los que abandonan la Universidad, vuelven al sistema educativo para cursar algún ciclo de Formación Profesional después, insisto, de haber estado varios años repitiendo curso en la Universidad sin tener capacidad o ganas para realizar esos estudios.
Por esta vía, ¿A qué precio nos sale cada titulado de F.P.?. En estos casos, ¿no sería justo y necesario que pagaran íntegramente el costo de la enseñanza de F.P.?
Pero ya verán Vds cómo hay gente que no les parece bien esta propuesta, pues venga, ¡de lo que no cuesta nada, buena sartenada!. Lo malo es que nos cuesta «un h…», ¡ya lo creo que nos cuesta!.
Aunque se hable claro como Clarete 2011, para los soziatas el dinero público no es de «naide», con lo cual a gastar que ya vendrá la derecha a arreglarlo…si es que esta vez se puede y tiene arreglo.
Lo que hace falta es seriedad en esta vida… y tristemente la seriedad y responsabilidad se relajan muchísimo cuando hablamos de gratuidad o casi gratuidad por servicios, y también por servicios educativos universitarios…., claro está.
DIcho esto, quizás sólo un sistema de penalización o de no subvención de los estudios universitarios en caso de fallido, haría disminuir la cifra de fracasos así como la de matrículas en las que por detrás no existe un interés real.( excepciones al margen ).
A mi lo que más gracia me hace es cuando los alumnos se manifiestan para pedir más calidad en la enseñanza, pero eso no significa que reclamen que para aprobar haya que sacar un 6. Así les luce el pelo.
Lo peor son los padres que dicen estar a favor de una economía sana, que se asiente en unos presupuestos equilibrados (¿qué chica/o se casaría con un/a despilfarrador/a que gastara por encima de lo que ingresan?), que se escandalizan de los gastos suntuarios, de las inversiones improductivas … pero que no quieren saber lo que nos cuestan al conjunto de contribuyentes sus hijos/as que van a la Universidad. Por eso, además de la factura en la sombra, convendría dejar bien claro que la diferencia entre el coste real y el precio público es una ayuda que no tiene en cuenta ni el mérito ni la buena o mala sitiación económica de la familia, es decir, que hay que terminar con ella, que las becas deberían cubrir la totalidad de la diferencia entre coste real y precio teniendo en cuenta tramos de mérito (según notas notas) y necesidad económica (ídem)e inserción sociolaboral … Como Llamazares ha aplaudido en Twitter las palabras de Montoro referidas a que se ha terminado con la lucha de clases y que ahora la batalla está entre competitivos y no competitivos … pues se abre todo un «panorama» también en este punto.