Tangana importante en los interiores de Osasuna cuya Asamblea acaba de desautorizar a la junta directiva de Sabalza en un asunto relevante no ya para Osasuna, sino para todos los navarros. Se encontraba en juego la posibilidad de que Osasuna recomprara el estadio del Sadar, propiedad del Gobierno de Navarra desde el rescate que tuvo lugar en 2014 para pagar las deudas fiscales del club.
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Las novedades en torno a esta cuestión se han sucedido a velocidad de vértigo en los últimos días primero por el tanteo entre la cúpula de Osasuna y el Gobierno de Navarra respecto a una posible recompra, por un precio en torno a los 24 millones de euros, que fue a su vez la cifra en la que se tasó el estadio en 2014. Por otro lado por la aparición de una sociedad brasileña la cual habría pedido un precio al Gobierno de Navarra por la compra del Sadar. La asamblea de Osasuna, por su parte, ha frustrado una posible recompra ya que hacía falta una mayoría a favor de dos tercios y, por el contrario, votaron en contra de la recompra 147 compromisarios frente a 82 votos a favor y 12 abstenciones. Es decir, hubo casi dos tercios de los votos de compromisarios en contra en vez de a favor.
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Dicho todo lo anterior, lo que nos interesa como contribuyentes es el clamoroso dato de que Osasuna está pagando un alquiler de 75.000 euros, que como mucho serían 150.000 euros si Osasuna subiera a Primera, sobre un bien que se valora en 24 millones de euros. Es decir, que Osasuna está pagando un 0,3% del valor del inmueble como precio de alquiler, que como mucho sería un 0,6% si subiera a Primera. Normal que los socios no quieran recomprar el estadio cuando lo tienen casi gratis. A costa del contribuyente, claro está. Si se vendiera el estadio por 24 millones, habría multitud de inversiones alternativas en las que se podría obtener un interés superior al 0,3%. Las obligaciones del Tesoro, sin ir más lejos, están rentando un 1,58%.
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La cuestión final por consiguiente no es si los socios de Osasuna quieren recomprar el estadio, sino si el conjunto de los navarros quieren venderlo. No olvidemos que estamos en este punto porque durante muchos años, para pagar colegios y hospitales, el conjunto de contribuyentes tuvo que pagar a Hacienda lo suyo y lo que no ponía Osasuna. Hablamos por tanto de que Osasuna restituya lo que debe al conjunto de la ciudadanía, o que el conjunto de la ciudadanía se restituya vendiendo el estadio. Son por ello los ciudadanos los que acaso debieran ser consultados sobre si, a la espera de una contraoferta de Osasuna, proceder vender el estadio a la sociedad brasileña o a cualquier otra interesada en su compra. Más aún a la vista de que los socios de Osasuna no muestran gran interés en la recompra y que la cantidad que se sacara de la venta podría colocarse fácilmente a un interés superior al 0,3% que representa el arrendamiento actual del estadio.
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5 respuestas
Hay otra solución: que los actuales propietarios recalifiquen esos terrenos, los vendan al mejor postor y que hagan un estadio nuevo como en Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Logroño, Zaragoza, Santander, Gijón, Oviedo, etc, etc.
Por otro lado (y es que hay que contar todo, Sres. de N.C) hay que realizar obligatoriamente unas obras de remodelación en el estadio, por valor inicial de 7 millones,(pero que podrían irse hasta los 14) que los va a pagar el C.A. Osasuna. No conozco ningún inquilino que se haga cargo de las obras de remodelación de la casa donde está alquilado, menos aún si esas obras pueden suponer más de la mitad del valor del inmueble. ¿No sería lógico que si Osasuna corre con los gastos de esas obras, pasara a ser copropietario del estadio proporcionalmente al desembolso aportado?.
De todos modos, el problema que actualmente tiene Osasuna, más allá de lo deportivo, está en el grupo de presión que se ha emboscado en la asamblea de socios, con oscuras (o claras) intenciones. Si así lo desea, ahí tiene N.C. una buena línea de investigación.
No voy a votar en la encuesta porque falta la opción:
– Proceder judicialmente contra quienes desde el gobierno se saltaron la ley para evitar la quiebra de osasuna. Confiscar los bienes del club y de todos los implicados hasta recuperar lo robado a todos los navarros.
Vaya lo que viene siendo aplicar la misma justicia que me aplicarían a mí o a mi empresa.
De acuerdo Ignatius, pero el artículo 236.1 de la Ley de Sociedades de Capital establece que: «los administradores [de una empresa] responderán frente a la sociedad, frente a los socios y frente a los acreedores sociales del daño que causen por actos u omisiones contrarios a la ley o a los estatutos o por los realizados incumpliendo los deberes inherentes al desempeño del cargo, siempre y cuando haya intervenido dolo o culpa». Es decir, que cuando las actuaciones dolosas o negligentes de los administradores de una compañía, generan un perjuicio económico a la sociedad, a sus socios o a sus acreedores, deberán reparar tales daños con su patrimonio.
¿Por qué motivo no deberíamos aplicar ese criterio normativo a los administradores del Estado si son ellos los que, dolosamente, deciden p.e. saltarse el Protocolo de Déficit para maximizar sus opciones de permanecer en el poder?. Deberían ser ellos, y no los españoles en su conjunto, los que deberían hacer frente a cualquier posible sanción por parte de la U.E. Pero de que eso no suceda ya se encargaron los políticos, creo recordar que fue en tiempos de un tal González y del para cual Solchaga.
Como puede Vd. ver, en España unos son más iguales que otros. ¿Quién cambia eso?.
Cierto DeNavarra, estas cosas que vemos solamente son la cima del iceberg de corrupción donde el Estado de Partidos nos tiene metidos.
El del fútbol sólo es una pequeña muestra de la corrupción generalizada.
Quienes pueden cambiarlo nunca serán los partidos, pues viven de ello. Tampoco de la Unión burocrática Europease puede esperar la salvación, han sido y son cómplices necesarios para el latrocinio.
Por lo tanto sólo queda,de haberlo un candidato a cambiar esto, los principales y cuasi únicos interesados en cambiarlo; los gobernados.