¿Qué policías mienten respecto al “caso” Polo?

Que Ignacio Polo actuó incorrectamente en más de un aspecto es una cuestión fuera de toda duda a estas alturas, motivo por el cual Polo presentó la dimisión y el alcalde de Pamplona, con buen criterio, se la admitió.

Ahí debería haber quedado zanjado en principio todo el asunto pero, sin embargo, algunos sindicatos de la Policía Municipal decidieron dar continuidad al caso alegando un posible trato de favor, elevándolo a nivel judicial y creando un debate público que acaso pudiera salpicar a más responsables policiales y políticos. La Comunidad Foral no sería tal si no viviera en un permanente estado de sobresalto y agitación.

Diversas formaciones políticas acudieron al cebo que se les exhibía, como por otra parte seguramente es lógico.

Es bien sabido, por otro lado, que algunos sindicatos policiales llevan tiempo mostrando una animadversión y hostilidad manifiesta hacia los responsables políticos y policiales del Ayuntamiento de Pamplona.

El delegado de CCOO del Comité de Seguridad y Salud del Ayuntamiento de Pamplona, Julio López Dezagoire, remitía hace poco más de dos semanas una carta a los medios en la que, como protagonista y testigo de lo que había sucedido puesto que actuó como secretario de la instrucción del atestado, desmentía que hubiera habido irregularidades en la instrucción del atestado de Polo.

Según Dezagoire, con Polo se siguieron “todos los protocolos establecidos”, cumpliendo el instructor “de una manera ejemplar todos los requisitos exigibles y que, en ningún caso, perjudicaron ni beneficiaron a Polo“. Además declara que las pruebas se realizaron “en un etilómetro homologado, calibrado y certificado”, que se llevaron a cabo “sin dilaciones injustificadas ni mucho menos excesivas” y que en dependencias policiales Polo “no presentaba síntomas de encontrarse bajo la influencia de las bebidas alcohólicas, teniendo en todo momento un comportamiento correcto y colaborador”.

Por el contrario, Dezagoire denunciaba que sí había existido un intento de influenciar sobre la elaboración del atestado, pero en forma “presiones a los policías del Grupo de Atestados por parte de otros policías en lo relativo a cómo debía instruirse el procedimiento”.

Ayer el Diario de Navarra aportaba nuevos datos.

La Policía Municipal ha puesto en conocimiento de la Justicia un informe del Grupo de Control y Auditorias (algo así como lo que en la películas americanas se llama “asuntos internos”) en el que se aportan grabaciones de audio de conversaciones radiofónicas, vídeos de cámaras de seguridad y los testimonios de diversos agentes, todo lo cual constituye un material probatorio que desmonta las declaraciones de los policías que detuvieron a Polo en relación a que apenas podía expresarse cabalmente, iba haciendo eses o su acompañante tenía que ayudarle a mantenerse en pie. Tales declaraciones resultaban muy relevantes de cara al atestado porque la infracción de Polo podía tramitarse como delito si, precisamente, se observaba que se encontraba bajo los efectos del alcohol pese a no superar la tasa de 0,6.

El informe presentado refleja también el testimonio de varios policías confirmando que Polo no presentaba síntomas de embriaguez, ni dificultades para hablar, algo que además corroboran las grabaciones de las cámaras de la comisaría. El propio instructor del atestado, que coincide con esta versión, se da la circunstancia de que es afiliado del sindicato APM.

Todo ello viene a confirmar por tanto el citado testimonio del delegado de CCOO del Comité de Seguridad y Salud del Ayuntamiento de Pamplona, Julio López Dezagoire.

A causa de todo ello las sospechas se vuelven ahora contra los policías que siguieron a Polo, declararon que apenas podía tenerse en pie o trataron de presionar en la redacción del atestado.

Por un lado todo este cúmulo de testimonios y de pruebas hace pensar que sus declaraciones quizá no eran fieles a la realidad y trataban de agravar artificialmente el estado de Polo para que su caso fuera tramitado como delito.

Por otra parte, el informe también pone de manifiesto que los policías identificaron a Polo mucho antes de que se montara en su coche, le siguieron desde la Plaza del Castillo hasta la Plaza de toros, hablaron por radio con otros agentes, pero en cambio no le impidieron subir al coche ni comenzar a maniobrar. Si Polo hubiera ofrecido visibles síntomas de embriaguez, sería difícilmente explicable justificar que los policías le hubieran dejado ponerse al volante. Unos policías no pueden identificar a una persona embriagada, seguirla abandonando su puesto porque la conocen y tienen animadversión contra él (no es probable que la policía siga a toda personas que vea en la calle con síntomas de embriaguez), ver cómo se pone al volante, no evitarlo, dejar que se produzca un accidente e intervenir sólo entonces. No se trata únicamente de que la policía está para evitar el accidente, sino que podría pensarse que los agentes implicados tenían más interés en pillar a Polo conduciendo bajo los efectos del alcohol que en evitar la situación e incluso el choque posterior. Paradójicamente, quizá no se les podría hacer este reproche si hubieran mentido sobre el estado de Polo.

Sea lo que sea lo que pasó, el caso es que parece evidente que hay unos policías que mienten, sea para beneficiar a Polo o sea para perjudicarlo, utilizando la placa para saldar animadversiones políticas, personales o profesionales. Resulta bastante lamentable cualquiera de los dos escenarios.

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13 respuestas

  1. Cualquier material que aclare el caso será bienvenido. Si los policías se han extralimitado, deben purgar sus responsabilidades… pero sin olvidar que el señor Polo, sin ser amenazado, intento coger un coche del parque móvil municipal borracho. Demasiadas veces la maquinaria de manipulación de los partidos retuerce y machaca las historias hasta dar a su grey la historia que debe repetir, y que en este caso sería la de San Ignacio Polo, quien después de repartir la sopa de los pobres en un comedor social y regalar su cantimplora a un mendigo, sintió sed, y caminó a un bar, pidiendo un mosto. Entonces escucho un pájaro y se extasió, pasando 200 horas como levitando. En ese tiempo el mosto se había convertido en vino, que un incubo , enviado del Maligno, con forma de abertzale, reforzó con aguardiente, y luego pasó lo que pasó…

    Si se han extralimitado, mal hecho, y ya lo pagaran

    Pero Pololo sigue siendo un impresentable que esta muy bien donde esta.

  2. Vivimos en el único país en el que los políticos pueden hacer lo que les de la gana, con impunidad total y además en todo momento, con palmeros que a pesar de todo y reconocido el delito, son capaces de desdecir incluso a la policía .

    De su dimisión es de lo único de lo que debiéramos de haber hablado.

  3. Lo de Polo que siga su curso. Saco una consecuencia: el alto nivel de ejemplaridad que se exige a los cargos públicos. En segundo lugar, sería inadmisible, deberia solicutar la baja voluntaria, cualquier policía que hubiese exagerado o dicho dicho alguna mentira. Por igual motivo. Quizá si alguien quiere hacer política, no puede ser policía.

  4. Navarra, fichando talento: La asesina de León estaba trabajando para el parlamento, asesorando sobre tecnologías. Seguro que algún navarro, de la rama chupona trifásica, se esta cobrando el favor a costa de los contribuyentes castellanoleones. Que el boticario de Corella explique por favor como acabó esa tontiloca aquí, mediante qué concurso, por recomendación de quien, por cuanto y para cuanto…

  5. El día que leí el artículo del incidente del Sr. Polo me vinieron dos preguntas a la mente:

    – Siguen al Sr. Polo por la calle, cuando ya «iba dando muestras de embriaguez» le dejan meterse en el coche, arrancarlo y moverlo. En el mismo momento que arranca el vehículo, sin necesidad de moverlo, ya podían haberle hecho una prueba de alcoholemia.

    – Dándose por hecho el punto anterior, ¿qué responsabilidad tendrían los policías municipales que permitieron al Sr. Polo mover el coche? Si se le hubiera hecho la prueba de alcoholemia al arrancar el vehículo no hubiera habido accidente. Por ende veo un posible delito (¿negligencia?) en la conducta de los agentes.

    – Si le iban siguiendo hasta que cogió el coche, ¿a qué de dedica policía municipal? ¿a seguir a personas que puede que estén borrachas dejando sin vigilancia la zona de Pamplona en donde estaban destinados a hacer patrulla?

    Y ahora aparece este comunicado de C.C.O.O. ¿Qué nos da que pensar? ¿Que sus actuaciones en determinados casos no es objetiva?, ¿que sus actuaciones vienen una vez que se produce un delito y no en pos de evitarlo?

  6. Pues mire, Jose Miguel, conociendo las malas artes del señor Polo , considero que hay una diferencia entre hacerle la prueba una vez montado o dejar que arranque y se choque: Que en la 2ª ocasión HAY UN PERJUDICADO DIRECTO, que es el ciudadano al que le toco la lotería de dejar el coche al lado del de Polo, o cual dificulta sensiblemente los «apañicos» a los que el régimen cacicomafioso es tan aficionado. Recordemos que pierdelotodo Polo «extravió» varios centenares de expedientes de alcoholemia entre los que estaba uno que afectaba a su hijo. Ni Barcina ni Miel- Otxin (Maya, el hombre de paja) consideraron preciso expulsar al autor de esa barrabasada. Así que los policías pudieron querer asegurarse de que esta vez no se saliese con la suya. Yo considero que hicieron lo mismo que quien se infiltra en una red criminal para hacerla saltar.

  7. Le pongo un ejemplo para que entienda lo que quiero decir:

    – Voy por la calle detrás de una persona contra la que quiero atentar.

    – Cuando estoy a su altura cojo un instrumento (una barra de hierro, una piedra, lo que encuentre) con la intención de agredirle.

    – Policía municipal me ve en ese mismo instante.

    Lo que yo digo es que policía municipal debe detenerme antes de golpear y producir un daño, ya que se presupone que mi intención es lesiva.

    Detenerme una vez he cometido el delito cuando policía municipal intuye que voy a cometerlo…ya me entiende.

    Volviendo al caso del Sr. Polo: debían haberle hecho el control una vez arrancado el coche, no una vez que ha golpeado a otro vehículo ¿Y si en vez de daños materiales se hubieran producido daños personales?

    Cuando quiera entraremos a comentar «los apañicos» del Sr. Polo. Pero este debate no es ese.

  8. entiendo y comparto lo que dice usted, Jose Miguel… con el pequeño matiz de que su ejemplo del que va a atentar contra alguien contiene un elemento intencional (conocido en derecho penal como dolo) del que ir botijo perdido por la calle carece. Creo que desde que Francisco es Papa, ni siquiera es pecado…

  9. Qué se deriva de que su ejemplo lo sea de un delito doloso? Pues que aparece el deber de prevención , del que el caso Polo carece, dado que Polo es libre de ir por la calle como considere oportuno y sus amos le dejen, DELINQUIENDO solo desde el momento en que se monta en el coche… pero entonces entra en juego EN QUE MOMENTO TIENE INTENCION DE CONDUCIR, dado que puede alegar que se ha montado para buscar unos papeles o rapiñar unas monedas del cenicero para tomarse unos chatos mas. ¿Cuándo se tiene intención de conducir? ¿Cuándo se acciona el motor? ¿Cuándo se mueve el coche? . Insisto en que los agentes actuaron cuando vieron que lo tenían bien cogido. A su ética y a las pruebas remito para juzgar qué intención llevaban, pero actuaron cerrándole el lazo muy bien.

  10. Aunque el caso me interesa más bien poco (pronto caerá en el olvido), dos matizaciones:
    a) En el plano político, cese fulminante, no dimisión aceptada. Es lo que sucede en países normales.
    b) En el plano judicial, que actúe la justicia y dirima exactamente qué es lo que sucedió.
    Aunque en este segundo punto, nos podemos ir ad calendam graecas.
    ¿Dónde está, procesalmente, el tema de un ex Consejero que, presuntamente, lavó dinero y se querelló contra no sé quién?
    ¿Qué tal van las acciones de una Consejera contra alguna persona que motivó una Comisión de Investigación?

  11. Se os olvida que iba acompañado y lógicamente el munipa de turno puede pensar que si van a coger coche lo conduzca el otro. Caso cerrado

  12. Albret: si iba acompañado y suponen que conduce el sobrio ¿para qué le siguen desde la Plaza del Castillo? Si le ven montarse en el asiento izquierdo y al sobrio en el derecho ¿suponen que era un coche inglés?
    No se, lo de Polo es de traca pero lo de esos policías también tiene su tufo.

  13. Genial. Si alguna vez me multan por cruzar un semáforo en rojo, tal vez pueda alegar que el policía estaba en la acera viendo como lo hacía y no me quiso recordar que debía hacerlo en verde..

    Me parece a mi que la pareja Maya – Santamaría son un poco pardillos, porque con sus actuaciones lo que hacen es agitar más la situación que de otra manera se relegaría al olvido.

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