Hace unas pocas semanas les informábamos de la polémica que se estaba viviendo a cuenta del colegio público Virgen Blanca de Huarte. Aunque en nombre del laicismo un grupo de padres pidió cambiar el nombre de lo colegio por el topónimo Ugarrandía, se había llevado a cabo una votación entre las familias y el NO al cambio de nombre se impuso por un 57,8%. Era la tercera vez que se intentaba cambiar el nombre desde el año 2003.
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La cuestión, no obstante, no quedaba zanjada pese al claro pronunciamiento de la mayoría de los padres porque la consulta no era vinculante, el claustro de profesores apoyaba a la minoría, el Consejo Escolar insistió en mantener el cambio de denominación y la decisión final la tuvo que tomar el Ayuntamiento de Huarte, cuyo alcalde es de Bildu, en el pleno del 28 de marzo.
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La buena noticia es que en ese pleno se decidió respetar la decisión de la mayoría de las familias gracias a la suma de votos de GIH (Grupo Independiente de Huarte), Geroa Bai y PPN, por lo que el centro se seguirá llamando Colegio Virgen Blanca, por lo demás patrona de la localidad de Huarte.
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Paradójicamente, Bildu y Cambiando Huarte votaron a favor del cambio de nombre pese al resultado de la consulta a las familias. Esto de consultar a “la gente” está muy bien, siempre que la gente diga lo que nosotros queremos. De este modo el resultado de la consulta a las familias no sólo ha servido para conservar el nombre sino también para arrancar algunas caretas, pasamontañas, palestinos o lo que sean.
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