Aunque la actualidad impone hablar de pancartas sanfermineras, esta no se agota con la pancarta de la Armonía Txantraena. La pancarta de Irrintzi, la que dibuja Oroz, también merece algún tipo de reflexión.
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Como puede apreciarse, el mensaje principal de la pancarta resulta poco sutil: “A sanitarios decimos que hay que ser muy cabrón para haceros recortes y luego pediros protección”. Este parece ser, en pocas palabras, el resumen de Oroz de la crisis del coronavirus, el cual viene a condensar toda una serie de errores generalizados que interesa volver a refutar una vez más.
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En primer lugar procede una consideración preliminar sobre los recortes y su naturaleza intrínsecamente perversa. Recortar, austeridad… son palabras que injustamente ahora representan el mal. En realidad resulta curioso observar cómo se ha inoculado en la población de una forma tan masiva la idea de que gestionar bien consiste en gastar cuanto más mejor. Un buen gestor sería el que hace las cosas de la forma más costosa posible. Si alguien necesita 150 para hacer lo que otros más competentes hacen con 100, se puede decir que el que gasta 50 de más es un gestor ejemplar y un defensor de la administración y la ciudadanía, mientras los que gestionan bien y tienen un presupuesto más bajo son unos recortadores, unos enemigos del pueblo y un peligro para lo público.
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El que hace un trabajo por el precio más alto posible con los costes mayores posibles les puede decir a todos los demás que están recortando, que no gastan lo suficiente, que hacer más con menos es poner en peligro el estado del bienestar. Obviamente cuanto peor gestiona alguien el dinero más necesidades hay insatisfechas, pero esta multiplicación de las carencias, sin embargo, la utiliza el mal gestor como una prueba de que va por buen camino y que el camino es gastar todavía más, de lo que es prueba las carencias que hay aún gastando tanto. Con otro que gastara menos, reitera con su lógica gastadora, las carencias todavía serían mayores. Gastar más y gestionar bien se han convertido en sinónimos cuando son casi antónimos. Gestionar bien no es gastar más, sino hacer más con menos. Hacer más con más o hacer menos con más está al alcance de cualquier botarate.
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Aparte de la absoluta necesidad de reintroducir en la administración pública valores como la austeridad y la buena gestión, se hace preciso aclarar también que la sanidad pública no es el bien ni la sanidad privada el mal. Las residencias públicas no son el bien y las privadas el mal. ¿Cuántos muertos ha habido en las residencias públicas? La gestión pública no es el bien y la privada el mal. Cerdán o Calvo (que por supuesto no aparecen en ninguna pancarta) no han elegido la sanidad privada para ser peor tratados. No se trata tanto de privatizar la sanidad como de poder elegir con libertad. Si la sanidad privada es tan mala nadie la elegiría. ¿Por qué tanto miedo entonces a la libertad? En Corea del Sur o hasta en los EEUU, con sanidades privadas, han afrontado mejor la epidemia y tienen muchos menos muertos por población que España, incluso dando por buenas las cifras truchas que ofrece el gobierno. En este sentido, tener otra idea del modelo sanitario no es ser cabrón. Ser cabrón sería defender a sabiendas, como los comunistas, un modelo que funcionara peor. Defender un modelo peor por error, en todo caso, será estar equivocado, no ser un cabrón. Y a lo mejor el equivocado es el que defiende un sistema público, o casi exclusivamente público, u hostil con lo privado, en vez de uno colaborativo y mixto con la mayor extensión posible de la libre elección.
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Otra consideración imprescindible respecto al mensaje de la pancarta es que en España no ha habido un desbordamiento por falta de recursos, sino por un mal diagnóstico y una reacción tardía a lo que estaba sucediendo. ¿Por qué no es esto lo que critica Oroz? O sea, Portugal o Grecia no tienen menos contagios y muertos que nosotros por tener más recursos, sino por haber adoptado medidas de contención en un estadio menos avanzado del contagio que nosotros. Tampoco es cierto que hayan faltado mascarillas, ventiladores o trajes EPI por culpa de los recortes. Faltó todo ese material porque no se compró a tiempo, no porque el PP cerrara almacenes con montañas de mascarillas, ventiladores y trajes EPI guardados. Nunca hubo almacenes con todo ese material guardado. Atendiendo a la hemeroteca, lo cierto es que Fernando Simón, el portavoz epidémico del gobierno, decía poco antes del latigazo que había material suficiente y que bastaba con el que ya había para la campaña de la gripe. Malamente iba a ponerse a comprar material a tiempo el gobierno pensando eso. Difícilmente iba a ponerse a comprar mascarillas quien recomendaba no usarlas. Pero ningún dibujante de las peñas critica al gobierno central o a Fernando de Simón por toda esa enorme irresponsabilidad y sus consecuencias.
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Por último, no falta a quien le llama la atención que la pancarta de Oroz sea de una de las peñas que apoyan la pancarta de Armonía Txantreana con el retrato del asesino de Tomás Caballero. También es mala suerte. O sea, que la pancarta de Oroz se expondrá junto a la de Patxi Ruiz o no se expondrá.
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2 respuestas
No es por defender a Oroz, que lleva años coqueteando con la tontería. Ahora, una de cada 5 viñetas es buena. Incluso su trazo, el dibujo ha cambiado…es más feo…
A lo que iba, seguramente le dicten el contenido o al menos no creo que el 100% sea obra suya
Los recortes en datos:
Según los datos de Contabilidad Nacional, entre los años 2007 y 2017 (los años de “austeridad») el gasto público total aumentó más del 13%. En sanidad el gasto subió el 13,5%. En educación el 9,3%. En protección social el 37,2%.
Desde 2008 España ha tenido sistemáticamente presupuestos expansivos; el déficit acumulado desde ese año (crisis incluida) supera los 760.000 millones de euros. De 2014 a 2017 la deuda bajó desde el 99,8% del PIB (que se dice pronto) hasta situarse en el 98,3%, pero no por reducir gastos ¡faltaría más! sino gracias al crecimiento de la economía.
¿Eso es austeridad?, ¿esos son recortes?. Eso es como el que se fumaba seis puros habanos al día, luego se fuma solo cinco y dice que ha dejado el tabaco.