La siguiente placa se encuentra ubicada en un edificio significativo de Pamplona. En su día, la presencia de la infanta Cristina sirvió para dar lustre y publicidad a la inauguración de ese edificio. El edificio en cuestión es el Planetario de Pamplona.
En un momento dado, como decíamos, la presencia de ciertas personalidades ilustres sirve para dar publicidad y brillo a una determinada inauguración. Si luego resulta que esas ilustres personas caen en desgracia lo que sucede es que la placa o la foto pasa de dar lustre y esplendor a constituir una mancha y un desdoro o, como poco, a suscitar jocosos chascarrillos en el mejor de los casos.
Es lo que puede suceder con esta placa del Planetario o con las famosas imágenes de los Duques de Palma inaugurando la sede de Banca Cívica en Washington.
Seguramente no es casual que Banca Cívica ya no exista y que todas las personas que aparecen en la foto (¡todas!) estén imputadas en diferentes casos. Seguramente tampoco es ajeno el hecho de que un país esté quebrado con la proliferación de este tipo de placas y fotos convertidas después en recordatorios incómodos.
Aunque ninguno de los protagonistas de esta información se encuetra condenado, cosa que subrayamos, no obstante rogamos encarecidamente a todas las personas que tengan una placa o hayan inaugurado algo que mantengan un comportamiento ejemplar e inequívoco. Por un lado es lo que se espera del tipo de persona que tiene una placa o inaugura algo. Por otro lado, no podemos andar cambiando (y pagando) todas las placas del país a los pocos años. Pero que si hay que condenar a alguien porque es culpable y cambiar la placa pues la cambiamos, también lo decimos.
Foto: @soyamaiur, con nuestro agradecimiento.
6 respuestas
Si…esto es un verdadero lío. Si ahora tenemos que empezar a quitar placas de Infantas, habrá que quitar las placas de los Migueles Sanz, de los Urralburus y de los Otanos Suizos. Un pastón en placas.
Y encima los nuevos socios del PSN ya tienen las suyas esperando a prensar, el Jatorra del Thyerry, el MLNV Que Nos Cobija, que si Avenida de la ETA, Plaza de la Lucha Armada, …y tan brutas porque calles y plazas ya tenemos dedicadas a la Euscalherría Jaujiana y al Misógino del Siglo Sabino Arana.
La propuesta más barata sería colocar placas a egregios personajes sólo después de fallecidos, ya que todavía los muertos no pueden ser imputados.
Imputados no, pero juzgados y penados, sí. En este país se ha juzgado a los muertos: Por ejemplo, y entre otros, un «colectivo» (no hace falta precisar, es de dominio público) desenterró (ppor decirlo así) los huesos del Cardenal Cisneros, le acusaron y le dijeron de todo y se ciscaron sobre aquellos, según me contó un testigo presencial, concejal «rojo» entonces de Alcalá de Henares. Quizá no tengamos instrucción, pero sí memoria histórica y fe en la vida eterna: porque si no hubiera otra vida no tendría sentido tanta «cosa». Recordarán que fue Carrillo el primero en utilizar el verbo «ciscar» en la Carrera de San Jerónimo; tiene gracia la cosa.
El tema de quitar y poner placas, en mi opinión denota una mentalidad infantil. Me tapo los ojos (quito la placa) no veo lo que no me gusta y como no lo veo no existe. Si el planetario lo inauguró la Infanta es un hecho, independientemente de que haya o no una placa recordándolo. La placa ni da ni quita lustre al personaje ni al edificio, es un testimonio. Otra cosa es homenajear a una persona dedicándole una calle, una plaza o lo que fuera. Esto es, si el planetario se llamara Infanta Cristina, si pudiera proceder el cambiar el nombre, pero insisto, la placa solo da testimonio de esa inauguración, que se produjo con placa o sin ella.
En el pueblo de mi padre, Artica, hay una fuente que dice: «Siendo alcalde de este lugar, Don Andrés Zuazu, se inauguró esta fuente en 1904». No sé quien fue ese tal Don Andrés, ni sus mérítos o deméritos, pero nada de eso tiene que ver con la leyenda de la fuente sino el hecho histórico de que se inaugurá bajo ese alcalde.
Con el planetario y otras inauguraciones lo mismo. Y además pueden servirnos para recordar «sic transit gloria mundi»
Como sigamos quitando y poniendo placas indignas a los ojos de la sociedad, terminaremos rehabilitando fachadas troqueladas de indignidad.
Me parece una actitud un poco infantil e ineficaz. Que tiene un costo que se puede destinar a otras cosas de mayor necesidad, y si seguimos así, cambiemos también el nombre de calles de personajes inaceptables, o el nombre de plaza, avenidas, monumentos, etc, que tenemos en toda la geografía.
Una auténtica tontería, innecesaria y de un coste absurdo. Ya que quitar algo implica poner otra cosa. Y lo que todo ello conlleva.
Ciudadano, tu tienes un problema y gordo, haz que te lo miren, porque resultas patetico en muchos de tus comentarios.
No te he contestado aun, pero es que tu tontez en este anterior comentario es supina.
No haces gracia, con tus comparaciones.
Si por ti fuera, todavia existiarian las calles Martires de la Patris, General Franco, etc…..
Que penita.