¿Qué fue de Fukushima?

En un momento de crisis y energías alternativas caras, Fukushima vino a zanjar abruptamente el debate nuclear. No obstante, el caso es que 3 años después Fukushima ha desaparecido prácticamente de los medios. Si de todos modos alguien tiene la curiosidad de tratar de averiguar qué es lo que ha pasado, el caso es que la cifra de muertos como consecuencia del accidente sigue siendo cero.

De algún modo hemos decidido que un accidente con cero muertos es la confirmación de que la energía nuclear es una tecnología demasiado incontrolable y peligrosa, a diferencia de los aviones, el coche o la propia electricidad.

En los últimos años, de hecho, es más fácil encontrar muertos en parques eólicos que en centrales nucleares.

http://www.epaw.org/multimedia.php?lang=en&article=a19

En un balance a tres años vista que hemos podido encontrar en el diario Público, el resultado del accidente nuclear de Fukushima se reduce a cero muertos y un terreno de sólo tres kilómetros de radio alrededor de la central que no podrá volver a ser habitado.

¿No se ha exagerado mucho entonces la gravedad del accidente?

Cierto que Público añade como víctimas “indirectas” del accidente a 1.600 personas por culpa “del estrés” generado, citando a un periódico local cuya credibilidad ignoramos.

Cabe recordar, sin embargo, que el accidente de Fukushima vino precedido por un estresante terremoto de 9 grados y un tsunami que combinadamente dejaron una cifra de más de 18.000 muertos. Parece difícil separar el estrés de cada cosa, pero si atribuimos 1.600 muertos al estrés de Fukushima no debe quedar nadie vivo en Japón por el estrés del terremoto y el tsunami. Por no mencionar que, teniendo en cuenta los daños reales, aún en ese caso el estrés a lo mejor estaría más provocado por los medios que por la propia magnitud objetiva del accidente. En fin, que da un poco la sensación de que a lo mejor se trata de un intento de encontrar víctimas mortales como sea.

De hecho, otra noticia reciente es el video (con la canción “Happy”) que los habitantes de Fukushima han hecho para Youtube a fin de mostrar precisamente la normalización de la zona y que son tan perfectamente capaces de hacer el ganso en un vídeo como los occidentales. Bueno, en realidad suponemos que no es un efecto del accidente y que ya eran así antes.

Continuando con su labor difusora del género lírico, el pasado 23 de diciembre la AGAO volvió a sacar su coro de ópera al centro de Pamplona, para cantar coros de ópera, zarzuela y villancicos.  El evento fue seguido en directo por más de 300 personas y el video acumula más de 3.000 visitas en tan sólo 4 días.

 

Lo que da miedo es el recibo de la luz

Lo que nos lleva a otro hecho poco conocido, como que Hiroshima  (pese a que una bomba nuclear no tenga nada que ver con un accidente nuclear) sea hoy una ciudad de más de un millón de habitantes con el aspecto que se aprecia en la foto, en vez de un cráter radiactivo y deshabitado condenado para milenios, como podría pensarse. Aunque no se ganen premios a la popularidad con estas reflexiones, puede que el miedo se encuentre muy sobrevalorado respecto a los riesgos reales y que en algún momento haya que volver a pensar en las nucleares.

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6 respuestas

  1. Siempre pareció muy extraño que a otro lado del Pacífico no se hayan registrado altas dosis de radiactividad. Parece más bien que hubo un mensaje deliberadamente exagerado sobre el acccidente, pronto para saber si fue para consumo de los que ya tienen energía nuclear, o para que no la tengan los que hasta ahora no la tienen, y sigan consumiendo gas y petróleo, más ahora cuando EEUU gracias al shale-gas y el petróleo de pizarras va a pasar de ser importador a exportador de energía.
    A este paso los ucranianos y europeos consumiremos gas americano y no ruso. Al tiempo.
    Las cosas no siempre son lo que parecen.

  2. La energía nuclear es uno de los fraudes del siglo XX.
    Primeramente porque no hay capital privado que quiera invertir en ella por una sencilla razón: es ruinosa. Para contrastarlo, pueden ver el estudio que en su día redactó CitiGroup al respecto (http://npolicy.org/article_file/New_Nuclear-The_Economics_Say_No.pdf). Esto fue antes de Fukushima. Hoy creo que ni se hubieran molestado en redactarlo.
    Lo que es terriblemente rentable es una central nuclear construida con dinero público y posteriormente privatizada a algún amiguete. También hay otras fórmulas, como financiar parcialmente y vía regulación asegurar a través de un concepto creado ad hoc en la factura eléctrica la amortización de la parte privada. Las rentabilidades de semejante negocio están fuera de todo orden y se asemejan mucho más a las rentabilidades de los negocios no regulados o abiertamente ilegales.
    Cómo es esto? Muy sencillo, en el caso de España, la energía nuclear no nos está ayudando a bajar el coste final de la energía eléctrica porque cada hora de negociación en el mercado mayorista (pool) se cierra al precio del productor más caro. Es decir, la central nuclear recibe por cada kWh entregado a la red, lo mismo que una de carbón o de gas. Ello supone que si los costes de generación de una nuclear están en torno a los 15 euros por MWh y se venden a 60€ el MWh nos encontramos con un margen sobre los propios costes del 300% (estoy seguro de que no conocen negocio más lucrativo que este).
    En España nadie quiere poner un euro para construir una nueva central nuclear. Desengáñense, ahí no está la discusión. Si leen el informe de CitiGroup lo entenderán. La verdadera batalla por parte de las eléctricas está en frenar lo más posible las renovables. Ello es así porque en el mercado mayorista las renovables son precioaceptantes y entran a coste cero. Esto provoca que en muchas ocasiones los productores más caros se queden fuera de la mesa y consecuentemente el precio de cierre cada hora baje, con lo cual, los pobres dueños de las nucleares en lugar de tener ese 300%, pues pasan a tener un 200%.
    Si buscan el término Windfall Profits (beneficios caídos del cielo) entenderán un poco más de todo esto. Sirva como ejemplo, que la cuantía de estos es tan grande que por sí solos neutralizarían el déficit de tarifa. Sí, lo que oyen, si a cada tecnología se le pagara lo que corresponde, nos quitaríamos el problema del déficit de encima. Pero para ello, hay que hacer una auditoría externa de los costes del sector (no confundir con la típica auditoría de cuentas que cada empresa por ley tiene que contratar y que es el bote de humo con el que se responde a esta demanda de transparencia desde el lobby eléctrico). El año pasado hubo una iniciativa en el Congreso por parte de partidos minoritarios para hacer dicha auditoría del sistema y fue tumbada por PP y PSOE. Alguien adivina por qué. Seguro que sí.
    El sector eléctrico es junto con la banca uno de los espacios más oscuros del poder y de nuestra economía. Los ciudadanos no tenemos ni llegamos a atisbar la magnitud del engaño de que somos objeto.

  3. Buenas tardes,

    Siento no estar de acuerdo con Don Pimpon.
    Yo creo que la energía nuclear es fundamental en el mix energético para los países desarrollados y serios. En primer lugar es una energía constante y que funciona las 24 horas todos los días del año.

    He dicho países desarrollados y serios puesto que es una energía que no esta exenta de riesgos, aunque con la tecnología actual son totalmente controlables. Si se necesita un tornillo, que en una ferretería vale 10 céntimos, el que se usa en las centrales nucleares vale 10 € puesto que ha pasado unos controles de calidad que garantizan que va a funcionar en situaciones limites. Si el país no es serio, ¿ quien garantiza que no se va a usar el tornillo de la ferretería en la central?

    Otra cosa son a cuanto se paga el kilovatio hora y que costes se meten en dicho precio. Y en este país la seguridad jurídica de las inversiones, que no ha sido respetada con las renovables.

    Saludos,

  4. Ogeretal, mi visión es totalmente divergente. El hecho de que una central nuclear funcione las 24 horas del día y los 365 días del año no es una ventaja de la misma sino precisamente uno de sus talones de Aquiles. Las centrales nucleares a priori no se pueden parar si se quiere garantizar un retorno económicamente aceptable. Las paradas conllevan un riesgo: muchos de los accidentes nucleares han surgido en una parada precisamente. La nueva tecnología nuclear se está preparando para esto, pero la parte realmente negativa está en que, como bien refleja el informe de CitiGroup, dados los elevados costes de construcción de una central, la misma requiere estar funcionando y vendiendo las 24 horas para poder tener una mínima amortización. Pero sucede que el escenario del mix energético que mencionas es muy diferente al de la época en que se construyeron las centrales en Europa. Cada vez más, las centrales se van encontrando con horas a las que no pueden vender la energía porque la baja demanda está cubierta por hidráulica (más barata) y eólica. Y es esta una de las razones por las que invertir en una tecnología que en una década o dos puede estar todavía más limitada en horas de venta de energía supone un riesgo inaceptable para cualquier inversor privado.
    Las nuevas centrales nucleares ya se están planteando con costes de construcción significativamente más elevados (ver los informes y comunicados de la autoridad nuclear francesa). Esto requerirá un precio objetivo de venta de energía superior para poder cubrir una amortización aceptable. A ello se suma que al no poder vender tanta energía que va a ser suministrada por otras fuentes, el precio de cada kWh deberá ser incrementado nuevamente. Por otro lado, el uranio es una materia finita y con una fecha de caducidad que cada vez veremos acercarse más. Desde luego que al respecto hay teorías, pero en medios de comunicación tan proecologistas como el diario La Razón (es ironía, evidentemente), pueden encontrar mención a que las existencias de uranio fisible no durarán más que el petróleo o el gas.
    Dentro de poco alcanzaremos los 8.000 millones de habitantes sobre el planeta y el crecimiento de la demanda de energía y materias primas es exponencial.
    Las energías convencionales (petróleo, gas, uranio…) son un juego de niños para las demandas inminentes de una especia humana que no va a parar de crecer. La próxima crisis que vamos a afrontar (después de esta de tipo financiero) es energética y la única forma de superarla será con fuentes de energía infinitas (renovables). Actuar como hasta ahora es lo más parecido a la familia que va empeñando sus propiedades o el cuerpo que se va autoamputando para seguir vivo. Este curso es lento, pero imparable e implacable.

  5. Veamos:

    ¿Cuántos muertos pueden achacarse directamente a la crisis económica? Si no puede achacársele ninguno, ¿significa entonces que la crisis económica no existe, o que no es grave?

    Si el autor del artículo desea jugar con silogismos, podemos probar con el siguiente: ¿por qué encarecer la construcción de una central nuclear con protocolos y medidas de seguridad si, en resumidas cuentas, las fugas radiactivas son inocuas?

    La politización del asunto es evidente, pero los efectos de la radiación ionizante sobre la salud no se cuenta entre las creencias religiosas. El autor puede informarse de en qué consisten, deduciéndolos de los accidentes que se han dado hasta la fecha.

    Informe pero no desinforme. No es honesto.

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