Putas, agresiones sexuales y San Fermín Chiquito

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Tanto en los Sanfermines como en San Fermín Chiquito se viene insistiendo en los últimos tiempos, incluso desde el programa de fiestas, en el problema de las agresiones sexuales y su denuncia. Este mismo año, algunas de las estampas últimamente habituales en la plaza han recorrido los telediarios de todo el mundo suscitando el consiguiente debate.

Por otro lado, esta semana la UGT exigía la puesta en marcha del olvidado Plan de lucha integral contra la trata de seres humanos con fines de explotación laboral, el cual incluye entre sus vaporosas e inaprensibles medidas “promover el control de los anuncios de contactos en los medios de comunicación”. Pero la UGT va más allá y reclama que “el Código Penal debe incluir la tipificación como delito de la demanda de servicios de una víctima de trata de seres humanos, como un instrumento indispensable para la prevención y la lucha contra este comercio de seres humanos.”

Sin embargo, al mismo tiempo son habituales las voces que presentan la prostitución como un trabajo más por lo que los únicos problemas con la prostitución o la trata serían la voluntariedad y la regularización.

Significativamente, algunos de los colectivos que con mayor énfasis respaldan la normalización de la prostitución son los mismos que con mayor énfasis promueven campañas contra las agresiones sexuales, tal vez por la intervención de algún extraño mecanismo de compensación.

Que ser puta no es un trabajo como otro cualquiera está al alcance de casi todo el mundo. En Alemania ha llegado a darse el caso real de una mujer que perdió el subsidio de desempleo por rechazar un trabajo como prostituta. En realidad, la lógica de esta situación resulta inapelable si consideramos la prostitución como un trabajo más.

Pero es que además, si ser puta es un trabajo normal habría que preguntarse en qué consiste entonces una agresión, un abuso sexual o una violación. ¿En obligar a alguien a hacer un trabajo sin pagárselo? ¿Violar a alguien es entonces como obligar a alguien a lavarnos el coche sin pagarle nada a cambio? ¿Cuál es la pena en el Código Penal español por amenazar a alguien si no nos corta el césped?

Trivializar la prostitución implica de rebote trivializar las agresiones sexuales.

Es por ello que ciertos discursos e incluso cierta educación, quizá, en vez de reducir este tipo de agresiones las aumenta. Y no porque el mensaje no se repita lo bastante y no llegue a la ciudadanía, sino precisamente porque llega perfectamente. Penalizar por un lado lo que se trivializa por otro no funciona, porque resulta contradictorio.

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8 respuestas

  1. La prostitución debe ser legalizada. Luego vienen los detalles. Debe quedar meridianamente claro la libertad para ejercerla, lo cual aboca a que sea como autónomos que prestan sus servicios a cambio de un pago. Todo ese flujo económico debe quedar registrado como prueba de la concordancia entre cliente y prestatario del servicio.
    El proxenetismo debe ser cargado de mayores penas aun si cabe, sobre todo en caso de menores y de trata.
    Y aunque a muchos nos pueda parecer mal esa profesión, sobre todo si pensamos en nuestra proia familia, no debemos coartar a nadie que quiera ejercerla; no todos somos iguales y no todos tenemos los mismo sentimientos en todo.
    Pero legalidad y seguridad personal y jurídica acabarán con todo rastro de delincuencia en este mundo.

  2. @Ciudadano Caña, la libertad para ejercerla es prácticamente inexistente. Me gustaría que se explicara más en lo que concierne a «luego vienen los detalles».

    pensando despacio no estaría mal que pagaran los proxenetas, SS, Seguros especiales, que tuvieran obligación de proteger sanitariamente a las mujeres ¡y a los varones! -que siempre nos olvidamos de que también hay hombres, adolesentes, explotados y tratados-… Esos chulos se quedarían como los de Tudela.

    aunque todo lo que supone una explotación humana seguiría en el mercado paralelo, con el agravante de la ley confiere una cierta aprobación, es pedagógica.

  3. El principal problema de la protitución, sea voluntaria o no, es que covierte a todos quienes la ejercen en puros objetos. La diferencia entre voluntaria y explotada es precisamente esa, que una es voluntaria y cobra y la otra es forzada y explotada sin desearlo. Cualquiera que tenga un mínimo sentimiento y respeto para con los seres humanos ve en ello (objetizar al ser humano) algo repugnante, denigrador y que trae consigo otros problemas no menores(embarazos no deseados, abortos, hijos que no son atendios como se merecen, enfermedades de transmisión sexual, drogadicción, depresiones, etc. El que contrata es incapaz de mirar a la mujer (u hombre) prostituida como una persona en su integridad sino como la jamona que me va a satisfacer el hambre como el chuletón del jueves en el asador Egüés. Eso sí, cómo, pago y el asador paga sus impuestos por que todos somos ciudadanos ejemplares. A mi que Manolo Porras «tenga salamí» con Períca voluntariamente y le pague un dinero por «frungir» allá ellos, pero lamentablemente no es un problema solo de ellos si finalmente se queda embarazada o él acabe contagiando el sida a su mujer María que le espera en casa con la mesa puesta. No es papel el Estado «normalizar» actuaciones y circunstancias que dejan por el camino tantos problemas si no de evitarlo en la medida de us posibilidades. No es cuestión de sentimientos «ciudadano» si no de dignidad humana que tú sí lo vés si se trata de tu familia pero parece que no vés fuera de ella. No desees para los demás lo que no desearías para los tuyos.

  4. Peztondo, yo no deseo nada a nadie, solo hago constancia de un hecho. Al que hay que ponerle coto de alguna manera sin dejar el campo libre a los delincuentes.
    Hemengo, descolocado estás siempre, no solo hoy. Ni estoy en los 50, ni me voy de putas, y me posicionas erroneamente en cuanto al aborto porque crees que debo ser del Opus sector cortapichas o algo así. Vaya trauma que tienes con el Opus, chico.
    Y en cuanto a lo de ejercer libremente esa profesión yo conozco personalmente,que no profesionalmente, casos que lo prefieren a estar 8 horas en la fábrica. Como es normal, no todo es blanco o negro, y SI hay personas que prefieren trabajar en ello. Lo que hay que evitar es que nadie se vea obkigado a ello, y menos bajo amenazas.

  5. Ciudadano Caña:
    Por una vez, y aunque no se lo crea, estoy de acuerdo con usted, y podría decirse que al 100%. Y aunque tampoco se lo crea, me alegro mucho.
    La legalización, si no erradicar, bajaría en gran medida el número casos de trata de seres humanos. Luego vienen los detalles: educar a la ciudadanía para que conozca la realidad de la prostitución, para que viva el sexo de manera que no sea lo normal irse de putas el sábado por la noche (ni ningún otro día), en definitiva, para que nadie piense que pagar a alguien por sexo sea algo positivo. Personalmente nunca haría uso de estos «servicios», pero existe gente que por diferentes circunstancias sí lo hace, puede que por gusto, porque entiende mal el sexo o por necesidad. Si lo hace, prefiero que sea con alguien que ha decidido vivir así.
    Por otra parte, sres. redactores, vaya truño de artículo. Decir que defender la legalización de la prostitución aumenta las agresiones sexuales es una parida como un templo. Aparte de relacionarlo con el programa de fiestas de San Fermin Txikito. ¿Les parece mal que se condenen las agresiones sexuales desde el programa de fiestas y además se facilite información de qué hacer en caso de que se produzca uno?
    Me parece que lo que les molesta es que se celebren unas fiestas que no han sido aprobadas por nuestro querido Gran Hermano el ayuntamiento.

  6. Ciudadano. Entiendo lo que quieres decir de que es una realidad social. También estoy seguro que si les preguntas a esas mismas mujeres preferirían trabajar de funcionarias de 8 a 3 de Lunes a Viernes por que las circunstacias laborales son indudablente mejores. La cuestión es que no es papel del Estado «normalizar» y legalizar la cosificación tan brutal de las personas. ¿se imagina usted al Estado legalizando y cobrando impuestos de la esclavitud y de los esclavos para tener un pensión a los 70?. ¿Se imagina «normalizando» los maltratos para que fueran algo mas civilizadas las palizas a María?. El papel del Estado no es ese, y no puedo estar más de acuerdo con qwepon en que es vital la educación para evitar los intermibnables y dolorosísimos problemas que trae consigo el consumir a estas personas. Sería absolutamente contradictorio y totalmente antipedagogico que por un lado eduquemos al personal en que no se aproveche de la debilidad de las personas para cosificarlas por que «pica ahí» y por otro la sociedad lo permita y admita como algo normal pues está legalizado. Todo esto no quita para que hablemos menos y ayudemos mas esas pobres mujeres a tener un vida más digna, como la labor que hacía mi amigo Santi (cura) que el día 7 se las llevaba a la procesión de San Fermín e incluso las icorporaba en la comitiva para que al menos durante un día al año gozaran de la misma dignidad que la de la alcaldesa de Pamplona.

  7. Como todo problema humano es complicado. Se juntan muchas cosas, en las prostitutas y su clientela: Instintos y pulsiones, soledad, abusos en la infancia, problemas mentales, abandono, soledad, adicciones, pobreza, mala educación, conflictos sociales, modelos de comportamiento, dinero, mafias, dignidad, concepción de vida, religión, ideología, politica, vicios…

    Como el aborto, como la violencia doméstica, como la corrupción «Eso» no lo soluciona ni legalizar, ni ilegalizar. Ni compadecer ni condenar. «Eso» siempre va a producir incomodidad, a unos, escándalo a otros. Es un reto a nuestra voluntad de ser y hacernos como personas dignas, y no lo solucionaremos nunca. Lo que tenemos que tratar es de lograr que todos puedan al menos tener una senda virtuosa que recorrer. Que lo hagan o no, no depende enteramente de nadie, sino de muchos, y de la estructura de realidad que toque en cada tiempo, lugar y persona.

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