La crisis provocada por Zapatero, al abortar el pacto con Nafarroa Bai, traía revuelto al PSN en los últimos días. Así, se hablaba de militantes "pensando en romper el carné o hacer un partido nuevo" y de que "el PSN pagará las consecuencias de la mala gestión de la dirección". Además, se multiplicaban las quejas contra la Ejecutiva Federal del PSOE afirmando que "se han cargado el partido en Navarra" y que "la sociedad nos lo va a hacer pagar". Como resultado, desde un sector del socialismo navarro se venían pidiendo las cabezas de Puras y Chivite.
A pesar del apoyo de Ferraz, advirtiendo que no se tolerarían críticas contra los susodichos, finalmente Puras se ha visto obligado a presentar su dimisión. Aparentemente, el último servicio que Puras le hace a Zapatero es el de cortafuegos dentro del PSN. Está por ver, no obstante, si la cabeza de Puras es suficiente, y si su sacrificio ritual sirve para poner fin a la crisis o por el contrario para abrirle la puerta. El PSN, de entrada, queda decapitado en un momento delicadísimo.
El propio Puras, durante la comparecencia en la que anunció su dimisión, reconoció el “desajuste” entre lo ordenado por Ferraz y lo deseado por el PSN, y pidió que se tomaran medidas para resolver este desajuste “si no quiere dar lugar al nacimiento de alguna formación alternativa dentro de la órbita ideológica socialista”. En cualquier caso, Puras calificó los intentos de rebelión en el PSN, tanto los que dijo que venían auspiciados “desde fuera” (y resulta llamativo que hiciera esta distinción) como los promovidos “desde dentro”, de “despropósito condenado políticamente al fracaso”.