En el día de ayer se produjeron ya los primeros parones en la industria navarra como consecuencia de la huelga del transporte. Estas primeras paradas las protagonizaron la plante de frigoríficos de BSH en Esquíroz y la fábrica de piezas de motor Luzuriaga, en Tafalla. Volkswagen podría seguir los pasos de estas empresas en cualquier momento, y la situación se irá agravando en la medida en la que se prolongue la huelga.
El perjuicio para todas estas empresas es evidente en la medida en que se paraliza total o parcialmente, permanente o intermitentemente su actividad ordinaria, pero no así sus costes fijos. Independientemente de cualquier otra consideración sobre la huelga, resulta obvio su impacto negativo sobre la actividad económica en un momento tan delicado.