¿Hasta qué punto la Primera Comunión puede quedar desvirtuada por los gastos, regalos y celebraciones que la acompañan?
Parece que los obispos tienen alguna inquietud al respecto por lo que desde la Conferencia Episcopal proponen que se done una parte de las propinas que a veces reciben los niños: «Desde la Iglesia buscamos más el compartir, por ejemplo, de las propinas recibidas entregar una parte para los niños necesitados de lejos –los refugiados, en Ucrania, Ecuador o a los misioneros– y de cerca –vecinos en paro, Cáritas–«, ha subrayado a Europa Press el director del secretariado de la subcomisión de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, Juan Luis Martín Barrios.
Los obispos, además, aconsejan regalar libros o algún juego educativo mejor que móviles o videojuegos, pero siempre «como detalle» ya que «en el niño debe quedar vivamente marcado que el gran regalo de ese día es Jesús».
En cuanto al traje de comunión, la Conferencia Episcopal sugiere a los padres la posibilidad incluso de que los niños vayan vestidos «de calle», con un traje que les pueda servir después en la vida ordinaria y cuidando los principios de «sencillez y dignidad». Dentro de la libertad, «La Iglesia sí incide en que los niños y niñas vayan limpios por dentro y guapos por fuera», subraya Martín Barrios, al tiempo que destaca la iniciativa de algunas parroquias y colegios que ofrecen la posibilidad de que los niños vayan vestidos con túnicas con el fin de evitar diferencias sociales y gastos superfluos.
Asimismo, sobre el banquete, la Conferencia Episcopal indica que es «bueno» celebrar la Primera Comunión con la familia y amigos, al igual que todos los grandes acontecimientos, pero «con prudencia y manteniendo el sentido cristiano del compartir». «A veces, es verdad, es tal el despilfarro que se contradice de raíz con lo que se celebra y se cae en la mundanidad. Pero también es cierto que gracias a las directrices de las parroquias y a la crisis económica, se avanza progresiva y adecuadamente en esas dos claves: sencillez y dignidad».
Seguramente interesa reflexionar sobre qué es lo esencial y qué es lo accesorio en las primeras comuniones u otras festividades, no sea que lo accesorio devore o tape lo esencial. Cuando a veces se habla de primeras comuniones civiles seguramente se trata de una manifestación extrema de este riesgo, de modo que algunos niños quieren traje, merienda y regalos aunque ni siquiera haya Primera Comunión. Lo accesorio no sólo eclipsa lo esencial sino que lo mata, lo sobrevive y lo sustituye.
Moralmente también resulta pertinente reflexionar por cuánto es un gasto razonable en la parte accesoria de la Comunión y poner en relación eso con la necesidad económica de muchas personas. Sin caer por otro lado en el pauperismo, la exaltación de la miseria o una especie de exhibicionismo inverso. No se trata de deslucir un acto importante, pero llega un punto en que gastar más no aporta ya demasiado al acto. O en que poner un móvil mucho más caro de lo que necesita un niño puede significar malcriarlo. Por no mencionar que la solidaridad no es el peor destino posible del dinero que tenemos de sobra en la mano.
Está bien además que los obispos digan estas cosas políticamente incorrectas y que mantengan un discurso autocrítico en una sociedad en la que lo que se premia son los discursos adormecedores o discursos exaltados, pero que desvían la crítica al prójimo como forma alternativa de adormecimiento. La Iglesia Católica tiene actualmente un raro valor añadido y es el de ser una de las pocas organizaciones capaces de dirigirse a los suyos diciéndoles algo que quizá a veces no termine de gustarles escuchar. ¿Cuánto es razonable gastarse en una Primera Comunión? La pregunta la pone la Iglesia, la respuesta cada uno con su cabeza.
4 respuestas
UNIDOS PODEMOS que los americanos dejen de bombardear las Bardenas
Es curioso cómo el pijiprogresismo se empeñe en copiar lo peor que se puede sacar de la Primera Comunión, la tendencia de algunos padres hacia el consumismo, de convertir algo espiritual en una banalidad superficial materialista.
Para materialismo, la estupidez de las comuniones «civiles»,/que deben comulgar con Pokemon o Doraimon, supngo que se zamparán unos Dorayakis a modo de Sagrada Forma pero al estilo laico tontiprogre.
Muy buena idea la de comulgar de calle o con una capita.
A ver si aprenden estos progres. Las comuniones civiles que las hagan con unos ganchitos y 3 o 4 cocacolas.
Muy de acuerdo con la reflexión propuesta por la Conferencia Episcopal, es más, extensible a bautizos, bodas, días del padre, de la madre, de los enamorados, Navaidad, etc. etc. Cada uno debería gastar lo que pueda y quiera como quiera y cuando quiera, no lo que nos diga la tele.
P.D. Eso sí, Olentzero no me lo toquen, ¿eh? :))
Unidos podemos prescindir o quedar sin comuniones, por que serían ostentaciones religiosas en un contexto social que debe ser exclusivamente laicista , pero laicista de verdad y menos a celebrar en un sitio público como un restaurante, lo que podría dar lugar a notoria desigualdad y discriminación intolerable para los niños, y niñas por supuesto , cuyos papas son de un laicismo que suscitaría envidia en paises adalides del mismo y no harían la Comunión. De todas formas ya sabemos que algunos padres llevados por su deseo de evitar traumas al niño y a la niña por supuesto , terminan en sustitución de la Comunión llevando al niño o la niña a Disneylandia,
De todas maneras , si no volver si no al chocolate con calentitos( churros) y nulos regalos a lo mas entre todos algo así como 20 duros, , a un poco de moderación y no convertir comuniones en bodas , además el traje servirá para el día a día porque no habría necesidad de que el de comunión vestido de marinero o de almirante pasara al hermano o en su caso el de la hermana que seguía.en edad, que no estaba en mis tiempos la situación económica como para tirar cohetes. !Oiga y sin traumas!.