Posibles víctimas de Hacienda somos todos

Ayer se publicó, o se volvió a publicar, que la pareja de Ayuso propuso a la Agencia Tributaria asumir 8 meses de cárcel y 525.000 euros para evitar un juicio por fraude fiscal y falsedad documental. Decimos que se publicó o se volvió a publicar porque no parece ser la primera vez que se publica esta noticia. Quizá es que se trata de no dejar que caiga en el olvido. De todos modos no es nuestra causa defender a Ayuso o a su pareja, sino la de observar con inquietud la sensación de que donde empieza Hacienda acaba el estado de derecho.

La respuesta a la pregunta de Hacienda de quién depende es que, en adelante, cada político antes de empezar a salir con alguien quizá deba pedir a Hacienda su beneplácito a la relación. Pero esto no es algo que afecte sólo a los políticos de la oposición. ¿Quién puede estar seguro de no convertirse en objetivo de Hacienda y del gobierno por ser pareja, hermano, padre, primo o amigo de algún enemigo del gobierno? ¿Y quién puede no ser enemigo alguna vez del gobierno?

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En esta era de la historia en que todo lo que hacemos, todo lo que buscamos, todo lo que decimos, todos los lugares en los que estamos, dejan una huella en el ordenador, en el móvil, en el GPS, en los motores de búsqueda, en las tarjetas de crédito o en los contenedores de basura, nos consuela pensar que el gobierno no puede controlar tanto exceso de información, lo cual nos proporciona una sensación de falsa seguridad, porque no es así como funciona la búsqueda de información. Puesto que todo queda registrado, no se vigila constantemente a todo el mundo, cosa que sería imposible, sino que cuando alguien y su entorno se convierte en objetivo del gobierno se revisan al detalle los movimientos de esa persona y su entorno. No hace falta manejar permanentemente toda la información de todo el mundo, sólo tener guardada la información de todo el mundo y buscar en cada momento lo que interesa de una persona concreta y su círculo próximo.

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Respecto a la vulnerabilidad de nuestro derecho a la intimidad, como en el caso de la pareja de Ayuso, Hacienda es sólo la punta del iceberg pero el mayor exponente del poder absoluto estatal y gubernamental. Más allá de la publicación de todos los datos personales y todos los detalles y correos de la negociación de la pareja de Ayuso con Hacienda, lo cierto es que no podemos dejar de recordar lo sucedido en algún caso similar. De este modo, hace menos de un año el ex-futbolista y ahora entrenador del Bayern de Múnich, Xabi Alonso, derrotaba a Hacienda en virtud de una sentencia del Supremo tras un calvario de 6 años de pleitos. El problema es que para ganar a Hacienda no sólo hay que ir a los tribunales, donde se puede ganar o se puede perder, sino que enfrentándose a Hacienda uno se arriesga a una posible pena de varios años de cárcel.

¿Cómo podemos extrañarnos por tanto de que, independientemente de ser inocente o culpable, muchas personas acepten un trato con Hacienda declarándose culpables y aceptando un pago al estado a cambio de asegurarse de que no acabarán en la cárcel? Xabi Alonso, siendo inocente, no ha ganado y ha sido absuelto sólo por tener el dinero suficiente y la voluntad para pleitear con Hacienda durante años, sino porque ha sido muy valiente. Lo que se jugaba no sólo era dinero, sino los 8 años de cárcel que inicialmente pedía la abogacía del estado. ¿Es el mismo caso del novio de Ayuso? Obviamente no vamos a poner la mano en el fuego por nadie, pero resulta evidente la indefensión del ciudadano común frente a Hacienda y que muchas personas sin los recursos y el valor de Xabi Alonso, siendo también inocentes, habrán firmado un reconocimiento de culpa sólo para evitar el riesgo de acabar en la cárcel.

Otro dato interesante es el de que, entre los que no llegan a un acuerdo con Hacienda y llevan su enfrentamiento hasta el final en los tribunales, resulta que Hacienda pierde casi la mitad de los casos. O sea, que ni mucho menos Hacienda engatilla con todos sus medios a un ciudadano sólo en casos en que las pruebas resultan abrumadoras y apabullantes de modo que la Justicia da la razón a Hacienda en un 99% de los casos. Por el contrario, Hacienda usa su poder sin contemplaciones contra los ciudadanos en multitud de casos que ni mucho menos están claros. Estos ciudadanos tienen que pasar un calvario judicial, económico y psicológico incluso aunque finalmente sean absueltos.

Finalmente, resulta llamativo que los inspectores de Hacienda reciban un bonus por acusar a los ciudadanos de defraudadores. No sólo es escandalosa la existencia de estos bonus, equivalente a que la policía cobrara por poner multas, sino que no haya una penalización por actuar contra ciudadanos que finalmente resultan inocentes. Es más, no es que no haya una penalización, es que los bonus se mantienen al margen de que las actuaciones acaben en la absolución judicial de los acusados. El estado paga un bonus por el mero hecho de acusar a ciudadanos de defraudar a Hacienda, sean después esos ciudadanos inocentes o culpables. El incentivo es acusar a la mayor cantidad posible para cobrar el bonus, al margen de la culpabilidad o la inocencia. Después los tribunales absuelven a la mitad, aunque sólo después de un calvario, y quién sabe qué porcentaje de ciudadanos firman un acuerdo de conformidad siendo inocentes y aceptando una pena injusta sólo por evitar ese calvario o la posibilidad de acabar en prisión. Esto hablando de ciudadanos particulares y anónimos, como para pensar lo que puede suceder mediando en un caso su politización.

Una vez más no ponemos la mano en el fuego por nadie, pareja de Ayuso o no, pero el sistema resulta absolutamente inaceptable. El pecado seguro del novio de Ayuso no es haber defraudado a Hacienda, sino ser el novio de Ayuso. En el supuesto de alguien conocido y en presencia de un asunto politizado, a todo lo dicho se suma además el escarnio público y la pena de telediario. El bukelismo fiscal está normalizado en España por aquellos que abominan del bukelismo. Cualquiera puede ser objeto de ese abuso de poder por parte del aparato recaudador del estado. Pero es que además proporcionar al gobierno ese poder para perseguir a alguien sin apenas contrapesos y garantías debe ser una tentación irresistible a la hora de usarlo contra sus rivales políticos. Es de hecho a lo que parece que estamos asistiendo en el caso de la pareja de Ayuso. Además, sería lo mismo si la pareja de Ayuso fuera culpable, porque el fin no justifica los medios, porque aquí de lo que se trata no es de perseguir el fraude sino de destruir políticamente a un rival, y porque es imposible aceptar el atropello de los derechos de alguien que es culpable sin aceptar la generalización de ese atropello para todos los demás.

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3 respuestas

  1. Un altísimo porcentaje de pequeños y medianos empresarios han sido inspeccionados por Hacienda y han decidido pactar. Casi todos, diría yo.
    ¿Y por qué?
    Porque Hacienda saca una infinidad de datos de tus cuentas. Los malinterpreta todos. Y tienes que ir probando uno por uno que se hicieron con una finalidad y en una forma determinada. Pero, si tienes el más mínimo indicio de que uno de tus actos o pagos puede interpretarse de dos formas diferentes, o no recuerdas el contexto de la situación, ya tienes la presunción de culpabilidad de Hacienda.
    Finalmente, acabas por transigir y olvidarte, pagando una buena cantidad, de una inspección que, si luchas por lo que consideras justo, acaba durando años.
    En resumen, no deja de ser un chantaje, o reconoces que has hecho algo mal o cuanto menos regular, o el daño que te infrinjo mediante unas inspecciones exhaustivas y eternas te producen un desgaste en tiempo y recursos muchísimo mayor que el pago de la cantidad que te exigen.
    Esta es la realidad que vivimos.

  2. Tomando como ejemplo lo que el gobierno está haciendo con un particular para hacer daño a la presidenta de la Comunidad de Madrid, ¿se imaginan lo que harán los gobiernos autonómicos del País Vasco y Cataluña (de momento) con el control total de los impuestos para perseguir a los no afectos al régimen?

  3. pero xabi alonso es entrenador del bayer leverkusen, no del bayer munich, y con el bayer leverkusen ha ganado la bundesliga

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