Muchas opiniones hemos escuchado respecto a la visita del Papa en las vísperas de la JMJ. Incluidas las de algunos indignados o sus partidarios ofendidos porque los católicos puedan manifestar sus ideas en la calle u ocupar espacios públicos. ¿No es irónico? Otras críticas han venido dadas en el orden económico por los costes del evento: alrededor de 50 millones de euros. Extrañamente, nada se ha dicho desde ese mismo campo en torno a los ingresos del acto. Las cifras previstas oscilan entre los 100 y los 210 millones de euros. Tomando un promedio, el beneficio neto de tanto turista religioso sería de unos 100 millones. La solución a la crisis, por tanto, podría consistir simplemente en que el Papa viniera de visita todas las semanas a España. Aunque el argumento tenga que ver con la religión, no se trata de un argumento religioso sino de un argumento pragmático. Sí, ya sabemos que el Papa no puede venir a España todas las semanas produciendo el mismo efecto, lo que resulta muy lamentable, puestos a lamentar algo respecto a las visitas del Papa desde un punto de vista pragmático. No crean que esta forma de ver las cosas tan pragmática se halla muy extraviada. Sólo así se entiende que entre los patrocinadores del evento se encuentren incluso empresas del Grupo PRISA como Santillana.
Un comentario
Y se olvidan de que la señal de televisión la cobrará «religiosamente» el multimillonario comunista Roures con su empresa tan progre la Sexta radicada fiscalmente en un paraiso fiscal de bandera holandesa. Y a los trabajadores que les den…un ERE.