El PSOE está expresando una cierta inquietud por el hecho de que el Programa de Estabilidad 2017/2020 sostiene que el gasto público debe disminuir del 42,2% del PIB en 2016 al 39,2% en 2020, cuando el promedio del área euro se sitúa actualmente en el 47,2%, por lo que dicho Programa de Estabilidad nos colocaría en lo que se refiere a nivel de gasto público a la altura de Letonia, Bulgaria y Rumanía.
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La idea subyacente no ya de esta preocupación, sino de todo el discurso de la izquierda, no digamos el comunista, es que un país funciona mejor cuanto mayor es la proporción de gasto público y menor la gasto privado. Porque lo público es bueno y lo privado es malo. Llegados a tal conclusión, ¿por qué no un 100% de gasto público?
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Lo cierto es que más gasto público como porcentaje del PIB no necesariamente implica más bienestar. Por ejemplo, la República de Kiribati debería ser un paraíso en la tierra, ya que amén de una república su gasto público representa el 117% de su PIB. ¿Cómo es esto posible? Pues más que nada porque Kiribati es uno de los países más pobres del mundo y vive en gran medida de las ayudas externas. Que el gasto público represente una elevada parte del PIB no significa por tanto nada de nada.
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Por eso mismo, teniendo en cuenta que en España el gasto público representa un 42,2% del PIB, habría que pensar que el estado del bienestar en España y en Argelia es igual de bueno, ya que ambos países dedican a gasto público el mismo porcentaje del PIB.
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Observando a Suecia, que dedica a gasto público un 49% de su PIB, alguien podría pensar que vivir como en Suecia equivale a gastarse el 49% del PIB o más en gasto público. Algo falla no obstante en esta teoría porque cuando encontramos un país con un gasto público del 51% resulta que puede ser Yibuti. ¿Alguien cree que se vive en Yibuti como en Suecia porque Yibuti dedica una parte aún mayor de su PIB a gasto público?
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Canadá, por otro lado, dedica a gasto público un 40% de su PIB, algo menos que Eritrea. ¿Alguien preferiría ser operado en un hospital público de Eritrea que en uno de Canadá?
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Por consiguiente, pretender que los servicios públicos de España si se reduce el gasto público al 38% van a ser como los de Bulgaria y Rumanía tiene tan poca lógica como pretender que recortando un punto el 45% de gasto público de la República del Congo los servicios públicos de este país alcanzarían el nivel de los de Alemania, que dedica a gasto público el 44%. ¿Y si España subiera el gasto público al 46% para no ser como Bulgaria o Rumanía? Pues entonces sería como Hungría.
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Todo lo anterior evidencia claramente que la relación entre porcentaje de gasto público y nivel de bienestar es relativa. De hecho, tomando como referencia cualquier país en el que podamos pensar que se vive bastante bien, lo que nos encontramos es que el gasto público está lejos de ser el 100% o el 0%. ¿Y cómo puede ser eso si lo público es bueno y lo privado es malo? ¿Por qué los mejores países no son los que gastan el 100% de la riqueza que generan en gasto público?
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Como resulta también evidente, la experiencia demuestra que el comunismo desincentiva totalmente el esfuerzo. A nadie le interesa producir más, arriesgar más o esforzarse más que el de al lado para recibir a cambio exactamente lo mismo que el de al lado. El que menos hace de todos se convierte, lógicamente, en el techo de lo que hacen todos los que tiene alrededor.
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Otra cosa que resulta incuestionable es que la calidad de los servicios públicos no la determina o no solamente el porcentaje de la tarta que dedicas a gasto público, sino el tamaño de la tarta. Si dedicamos a gasto público la mitad de la tarta, pero la tarta del vecino es diez veces mayor, los servicios públicos del vecino serán mucho mejores aunque dedique a gasto público sólo un cuarto de la tarta. Mejorar el estado del bienestar tiene mucho más que ver con aumentar el tamaña de la tarta (que es lo difícil, pero lo que vale) que con aumentar el porcentaje de gasto público sobre el PIB.
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En virtud de la misma lógica, no puedes establecer unos impuestos del 50% en un país pobre para que los habitantes vivan como los suecos. Si los suecos pueden pagar un 50% en impuestos es porque tienen un salario medio de 44.600 euros. A un sueco le puedes quitar un 50% y le sigue quedando dinero para vivir bastante bien. Por el contrario, si a un mileurista le quitas el 50% de su salario en impuestos lo matas de hambre. ¿Quieres impuestos suecos? Pues consigue primero que la gente tenga salarios suecos. Lo contrario es creer, como solemos repetir, que te haces rico cuando te compras un Ferrari en vez de que te compras un Ferrari cuando te haces rico.
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Es por ello que al final en casi todos los países se ha venido a establecer un cierto equilibrio entre lo público y lo privado. ¿Quieres un sector público muy fuerte y un estado del bienestar amplio? Pues tienes que conseguir un sector privado muy fuerte, muy competitivo y muy próspero que te lo financie. Dinamita el sector privado y te quedarás sin servicios públicos. Eleva el gasto público por encima de lo que permite la riqueza del país y quebrarás el estado.
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Un comentario
Eso es lo que se dice cuando no se tiene ni idea de economía. Por eso, entre otras cosas, el 90% de tu libro-tesis te lo tienen que hacer los funcionarios del Ministerio, ¿verdad, Pedro?